El problema de las largas filas de espera de camiones que buscan dejar o sacar carga en la Terminal de Contenedores de Moín (TCM), no es un tema nuevo para los navieros.
Así lo sostiene el presidente de la Cámara Costarricense de Navieros (NAVE), Edgardo González, quien asegura que desde la inauguración de la terminal se han presentado situaciones similares, aunque reconoce que ninguna como la ocurrida en las últimas horas.
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“La situación es bastante crítica, pero no es una situación de hoy o de anoche, es de cuatro semanas desde que abrió el puerto al 100%. Lo hemos hablado con APM Terminals porque el problema es que el servicio no es sostenible”, manifestó González.
La TCM comenzó operaciones en octubre con un puerto de atraque y fue inagurada oficialmente el 28 de febrero, cuando abrió el segundo puesto.
Según explicó el representante de los navieros, los barcos deben esperar entre cuatro y 12 horas para las labores de estiba en la terminal portuaria. En uno de los casos, un buque tuvo un atraso de hasta 20 horas. Un hecho que, según González, no debería ocurrir.
El representante del sector cuestionó si APM Terminals, concesionaria de la Terminal, estaba preparada para pasar de una fase de prueba a su operación total, debido a que gran parte de su personal todavía estaba en capacitación.
“Se pasó de una operación en modo de prueba a atender más de 20 o 25 barcos sin una transición y creo que APM Terminals no estaba lista. Mucho personal entró hace poco tiempo y está capacitándose, por lo que las grúas tampoco están rindiendo a los niveles esperados hasta el momento”, dijo el presidente de las navieras.
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A pesar de estas condiciones, NAVE evitó responsabilizar completamente a la firma holandesa que opera la terminal de Moín, debido, a que según dice su presidente, la culpa es compartida con los transportistas y algunas navieras.
“Yo creo que en una gran parte es responsabilidad de APM Terminals, en alguna parte de la cadena los transportistas, tienen parte del problema por llegar sin cita, pero el mayor responsable es APM”, aseveró González.
Esto pretendía ordenar el negocio comercial marítimo en el Caribe, sin embargo, según dice, entre las fallas del sistema de la terminal y los transportistas que llegan sin cita al puerto, el sector todavía no se ha acostumbrado a esta modalidad de horarios.
Al respecto, Óscar Sánchez, director ejecutivo de la Cámara Nacional de Transportistas de Carga (Canatrac), también atribuyó el congestionamiento en la TCM en cuanto a la asignación de citas para que los furgones lleven y saquen contenedores del puerto, así como a fallas en el manejo interno de la carga.
Admitió que transportistas informales agudizan el problema al llegar sin cita a meterse a la fila para cargar o descargar contenedores.
Sánchez aseveró que estas inconsistencias le fueron advertidas a la compañía APM Terminals en una reunión efectuada, a inicios de enero, cuando finalizó el plan piloto para la apertura de la terminal y en otro encuentro realizado hace dos semanas.
Manifestó que en la última reunión la compañía incluso se comprometió a realizar mejoras pero que, lamentablemente, persisten los problemas con las citas. “La parte operativa no está dando la talla (...). Esto está generando un tremendo cuello de botella”, aseveró.
Sánchez indicó que su organización se contactó con Casa Presidencial, la noche de miércoles, cuando se comenzó a agudizar el problema de congestionamiento para plantear sus inquietudes. “Tengo que ser claro en que ellos nos abrieron las puertas”, aseveró.
Indicó que aprovecharon la apertura del Gobierno para sugerir la posibilidad de utilizar los muelles de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo de la Vertiente Atlántica (Japdeva), para atender a los buques que tienen programado llegar en las próximas horas a Limón.
“Esta situación está afectando la economía nacional porque por ahí (Moín) ingresa el 80 por ciento del comercio del país. En la medida en que no logremos resolver este problema, va a traer otro montón de consecuencias”, advirtió Sánchez.
¿Mismos problemas en Japdeva?
Aunque el presidente de NAVE, admite que “no tiene sentido hacer la comparación”, sí recordó que estos problemas también se presentaban en el muelle gestionado por la Junta de Adminsitración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva).
“El servicio de Japdeva siempre fue bastante deficiente, las grúas pasaban meses paradas porque estaban dañadas. Ahora al menos hay comunicación entre todas las partes, algo que con la institución era mucho más difícil”, expresó González.
Según el presidente de NAVE, en algunas ocasiones, las embarcaciones que llegaban a descargar o estibar mercancía en Moín, debían esperar hasta tres días para ser atendidas.