La cesión del contrato para ampliar el tramo entre Barranca y Limonal, en la carretera Interamericana Norte, lleva ya más de cinco meses estancada mientras la obra continúa paralizada desde octubre del año pasado.
En diciembre anterior, el ministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador, anunció la intención de ceder el contrato a cargo del consorcio H Solís-La Estrella a otra empresa, debido a la poca capacidad de ejecución del contratista y al lento avance registrado tras más de dos años de haber recibido orden de inicio. En esa ocasión el jerarca aseguró que el arreglo estaría listo en cuestión de semanas, pero eso no ocurrió.
El mismo consorcio tiene a su cargo además de la ampliación y rehabilitación de ese trayecto de 50 km, el tramo de La Angostura, en la entrada de Puntarenas. Ambas obras le fueron encargadas durante el gobierno anterior por $182 millones, provenientes de un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
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Aunque varias constructoras mostraron interés, a la fecha solo la China Harbour Engineering Company (CHEC), que actualmente tiene a su cargo la ampliación de la ruta 32, y la firma mexicana Tradeco continúan en la pelea.
¿Por qué no se ha dado la cesión?
El viceministro de Infraestructura, Efraín Zeledón, reconoció el viernes anterior que el proceso “ha sido complicado” y lo comparó con una nueva licitación, pues conlleva etapas como presentación de requisitos de experiencia, garantías de cumplimiento, capacidad financiera y técnica.
A esas fases se suma la búsqueda de un acuerdo entre ambas constructoras.
Zeledón advirtió que aunque estiman estar muy cerca de concretar el acuerdo, pero de no lograrse existe la posibilidad de finiquitar el contrato y sacar a licitación lo que falta de la obra.
No obstante, ese proceso representaría un mayor atraso para este proyecto, que originalmente debía ser entregado en el primer semestre de este año.
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Según el viceministro, la revisión de requisitos a ambas empresas “va muy avanzada”, aunque ya superaron la etapa de negociaciones entre
Uno de los temas que más dificultó el proceso entre las partes, tenía que ver con los costos, pues la obra quedó con menos de un 20% de avance y ya se consumieron más de $30 millones del presupuesto asignado.
“Estamos hablando de una oferta del año 2019, con precios del 2019 y sí, en algún momento hubo ciertas tensiones entre las empresas, sin embargo, pues ya llegaron ellos a un punto en el cual están satisfechos con la forma en la que van a manejar la cesión a lo interno”, explicó.
De acuerdo con el jerarca, como parte de esos ajustes se tomo la decisión de que el tramo de La Angostura quedaría fuera de la eventual cesión y su finalización sería asumida por el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT). Además, será necesario hacer ajustes en algunas de las obras del proyecto principal.
El proyecto de ampliación del tramo Barranca-Limonal recibió la orden de inicio en agosto del 2020.
Además de la ampliación de los 50 km, la obra incluye la construcción de los intercambios de Cuatro Cruces, Monteverde, Judas de Chomes, Guacimal-Pozo Azul y La Irma, así como la intervención de los puentes sobre los ríos San Miguel, Naranjo, Ciruelas, Seco, Aranjuez, Sardinal, Guacimal, Lagarto, Cañamazo, Congo y Abangares.
La obra original también contemplaba 16 pasos peatonales y 39 pasos de fauna silvestre.
Los principales problemas que enfrentó al inicio, fueron ocasionados por atrasos en expropiaciones y permisos; posteriormente y al igual que otros proyectos a cargo de H Solís, sufrió el impacto del Caso Cochinilla, debido a la poca capacidad de ejecución con la que quedó la empresa tras el escándalo por presunta corrupción con obras viales.
La intención del MOPT de sacar a la constructora de esa obra, se sustentó en la necesidad de que avance en otros proyectos que tiene a su cargo como la carretera de Circunvalación norte, en San José, los intercambios de Taras y La Lima, en Cartago.