Irene Cañas Díaz, ingeniera civil versada en energías renovables y transporte eléctrico urbano, llegó este martes a la Presidencia Ejecutiva del ICE con la meta de rejuvenecer los negocios de la institución.
Rejuvenecer, sin embargo, no implica novedades como poner al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) a construir carretera, objetivo que sí impulsaba la anterior administración.
Para Cañas, exviceminista de Ambiente y Energía, la restauración empresarial que se propone pasa por generar ingresos en la forma de nuevos negocios, pero dentro del área natural del ICE. Aclara que tampoco habla de subir las tarifas.
Ella ve posibilidades en la venta de servicios en Centroamérica y en reconquistar a sus abonados con mejor atención.
Esa es parte de su estrategia para hacerle frente a un endeudamiento que llegaba a ¢3,3 billones a setiembre de 2017, entre compromisos con entidades financieras y con su propio fondo de ahorro. También debe encarar la caída sostenida en la demanda interna de electricidad.
Cañas promete además "analizar con calma" los reclamos de poca transparencia sobre la salud de sus finanzas, que ha planteado la Contraloría General de la República (CGR) y algunos diputados del anterior Congreso.
Este es un extracto de una conversación con Cañas dos días antes de que se pusiera "el casco y la capa amarilla", según dijo ella misma, la primera mujer en asumir la presidencia de esa empresa pública.
–¿Cuál es su agenda prioritaria?
–Fortalecer los canales de comunicación con todos los sectores. Es muy importante seguir sentándose con la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) y buscar juntos soluciones a distintos temas.
"Necesitamos hablar el mismo idioma, pero con más fluidez porque a veces cuesta. Sentarnos también con la Contraloría General de la República, con los sectores de consumidores. Es muy importante que veamos desde el ICE al consumidor como nuestra prioridad. Nos debemos a ellos".
–Hereda una entidad cuya salud financiera se desconoce al detalle; con una deuda estimada en ¢3,3 billones. ¿Cómo se ve tratando de gestionar tal nivel del endeudamiento sin perder de vista sus consumidores?
–El ICE es una institución que le ha dado muchísimo al país y siempre he comentado que, en el caso de telecomunicaciones, la tecnología avanzó mucho más rápido en comparación al área de energía. En telecomunicaciones, la institución se ajustó a los cambios a pasos agigantados y sigue en ese proceso. En energía ya nos ocurre. Uno de mis objetivos es ver cómo reinventamos el negocio de electricidad. Ya a nivel mundial, empresas grandes similares al ICE, replantearon su negocio.
"Con la llegada de la generación distribuida ya no se puede pensar en que el único ingreso importante sea vender energía. Hay que vender otros servicios y eso va en la línea de redes inteligentes para regular la energía según la demanda; esa es la transformación que se nos viene. Lo importante es buscar esos nuevos esquemas de negocios que generen otros ingresos que no sean solo de la tarifa.
–¿Y cuál sería? ¿Obra pública?
–No lo veo en obra pública, lo veo más en otras áreas y asociado el tema de redes inteligentes. Con el arribo de los vehículos eléctricos, el ICE ahora tiene la gran tarea de coordinar con el resto de empresas distribuidoras una red de recarga para esos vehículos en todo el país y a ese tema se le dará mucho impulso. Hoy tenemos un esquema muy tradicional con un centro de control que despacha energía y consumidores usándola a distintas horas.
"Con generadores distribuidos que inyectan energía, y una flotilla de carros eléctricos, es lógico ir hacia un esquema de redes inteligentes para administrar la oferta y demanda durante la jornada. Esto me permite conocer mejor al consumidor y tal conocimiento me permitiría diseñar paquetes de servicios a la medida; así le enseño cómo manejar la demanda para que ni se perjudique él, ni tampoco el sistema.
"Este esquema es totalmente innovador respecto a la ruta clásica del ICE y le va a permitir a la entidad y al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) lograr ahorros importantes".
–¿Esa innovación pasa por soltar negocios clásicos como son generación, transmisión y distribución de energía?
–No tanto así. Al ICE históricamente le correspondió distribuir, transmitir y generar. Con tantos cambios tecnológicos, ¿qué podrá hacer el ICE? Administrar mejor los recursos y para ello se requiere tecnología y, por lo tanto, inversiones. Esto ya se ha discutido en el marco de Comisión Nacional de Conservación de Energía (Conace) donde están todas las empresas distribuidoras y la propia Aresep que está en esa línea de mejorar las condiciones en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) promoviendo que sea más eficiente. No necesariamente es un cambio radical.
–Dejarse los negocios de siempre y sumar otros y, así, conseguir más dinero.
–Exactamente. Por ejemplo, hay un tema sobre el cual siempre he dicho que hay que incursionar: cómo mejoramos el servicio al cliente, cómo potenciar ese servicio en otras áreas. Muchas veces se llama a averías del ICE desde una casa por algún tipo de problema. El técnico llega, revisa y le dice al propietario que hay un daño interno en su casa. Entonces llegamos hasta el punto en que sugerimos a esa persona contratar a alguien de confianza para dicha reparación.
–Tenemos que ir más allá. Si el daño es interno, si no es del ICE, quizás el técnico del ICE pueda ahí mismo sugerir otros servicios y darle datos ahí mismo de estimaciones por costo del arreglo y la mano de obra".
–¿Y esa modernización pasa porque el Centro Nacional de Control de Energía, desde donde se administra el suministro? ¿Se independiza del ICE?
–Ese es un tema que hay que analizarlo más a fondo. Primero hay que dar otros pasos antes de ese. Me enfocaría primero en ver cómo implementar nuevos servicios y primero ordenaría la casa.
–Para una empresa tan grande, compleja y tradicional usted propone algo que suena ronovador. En esa aventura ¿conservará la estructura de gerencias corporativas que hereda de Carlos Obregón o hará cambios? Estos puestos han sido públicamente denunciados por sindicatos del ICE y diputados que los perciben como una jugada para amarrar funcionarios a puestos antes del cambio de administración.
–Tengo que analizarlo con calma. He estado acá en el ministerio de Ambiente hasta hoy (lunes) trabajando 24/7 y debo meditarlo a profundidad. Sí me gustaría contarle la experiencia que he tenido con ese tema en la junta directiva de Recope (Refinadora Costarricense de Petróleo). Ahí también heredamos de la administración pasada la intención de que Costa Rica ingresara a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
"Desde Minae, las dos defensas que se hicieron en París para evaluar los temas de ambiente y energía, me correspondieron a mí. Conozco muy bien el proceso para el ingreso a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y, en ese sentido, rescato que nos hayan jalado las orejas en temas donde estamos rezagados como trámites digitales y transparencia de datos. El otro reto para ese ingreso es todo aquello que guarda relación con Gobierno corporativo. Todo el proceso de gobierno corporativo en Recope, se ha hecho también en el ICE. Ahora tengo que ir a conocer a profundidad cómo ha sido".
–Le recuerdo que la Contraloría denunció en la Asamblea Legislativa que el ICE tiene un problema transparencia en su finanzas y que Claudio Dittel, exgerente corporativo de Finanzas y Administración de la entidad, también dijo en ese foro que el ICE mantiene privilegios salariales a “jefes sin jefatura” y que lo tiene secuestrado “una camarilla dirigente que no permite que se mueva nada sin su consentimiento”. Así textualmente lo expresó.
–En ese tema no me atrevería a adelantar criterio. Es algo que, una vez que esté sentada ahí a partir del miércoles, tendré que analizarlo a profundidad. Tengo la posibilidad de llevar equipo de apoyo y aún lo estoy completando con esa visión de ir a reinventar el modelo de negocio y ayudar a dirigir la empresa hacia nuevos terrenos. Frente a esa pregunta concreta, aún no me atrevo adelantar criterio. Prefiero estar ahí dentro y conocer bien qué está pasando.
–Apenas se anunció su nombre al frente del ICE, los sindicatos pidieron cambios en el organigrama de la entidad el cual califican como una “red de cuido” ¿Qué les responde?
–Prefiero primero llamar al diálogo con los sindicatos y que no sea mediante un correo general que me planteen sus inquietudes. Prefiero que sea en una mesa conversando donde me transmitan sus preocupaciones. Como dije, desconozco qué se ha hecho hasta hoy en materia de gobierno corporativo, pero ese es un tema prioritario para mí a partir de esta semana. Quiero primero sentarme a escuchar a los sindicatos y formarme mi propio criterio.
–La Junta Directiva del ICE interpuso en el 2015 una demanda contra Marta Acosta, la contralora general, al sentir que la Contraloría interfirió en su régimen de autonomía e independencia por girarle órdenes a través de un informe de fiscalización ¿Mantendrá esa demanda?
–Ese es otro tema que tengo que a analizar a profundidad y, de nuevo, prefiero no adelantar criterio. Es un asunto al que me tengo que meter de cabeza y entenderlo. Tuve esa misma experiencia cuando entré a la Junta Directiva de Recope y había que estudiarse todo al respecto del tema de la refinería con China, sobre Soresco y había una demanda también contra la Contraloría. Me encuentro en la misma posición, debo entrar y empaparme del asunto antes de referirme.
–¿Y me diría lo mismo si le pregunto si implementará las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF)? ¿O será que conservaría la línea seguida por don Carlos Obregón de posponer su plena aplicación?
–Definitivamente ese tema es una prioridad, pero hay que analizar muy bien el plazo y el manejo sobre cómo lo haremos porque aplicar las normas NIIF, según cómo se haga, puede impactar negativa o positivamente las tarifas. En ese sentido, la prioridad es que las mejoras sean en beneficio de la población. Entonces hay que, con mucho cuidado, analizar lo que implican las normas en el tema tarifario. Lo que haré es sentarme con la Aresep y Hacienda a analizar muy bien cómo ejecutar esta implementación para que las tarifas no se vean afectadas negativamente.
–El ICE registra cuatro plantas como arrendamientos operativos. Bajo esta modalidad, todo gasto operativo de esas plantas se traslada al recibo mensual de luz. Si se recalificaran como arrendamientos financieros bajo las normas NIIF, solo se iría a la tarifa, la tasa de interés del fideicomiso y se excluiría la amortización de esos activos. Esto obligaría a la Aresep a rebajar tarifas, ¿no sé si lo sabía?
–Sí, sí, sí. Por eso dije que hay que analizarlo bien, para que ver qué es lo que más le conviene al país. Depende de cómo lo hagamos y a qué velocidad.
–¿Cómo se propone volver más competitivas las tarifas de electricidad frente a las que ofrecen otros países a sus empresas? Ya me explicó cómo espera generar más ingresos al ICE, pero cómo sería la ruta para bajar el precio de la luz.
–Ese tema es uno que, con el sombrero de viceministra que tenía, se ha venido analizando en el marco del Conace y hemos venido trabajando de manera conjunta con el ministerio de Hacienda, Aresep, Minae y el sector privado. Se han hecho en estos cuatro años varios ejercicios y análisis que indican que esa es una solución integral que se sale de la competencia del ICE. Con Aresep, hemos conversado que las estructuras tarifarias ya están obsoletas y deben variarse. También, como Minae, es necesario mejorar el análisis que se hace el plan de expansión en generación.
"Hay empresas distribuidoras y municipalidades que en últimos años han desarrollado proyectos para sus áreas de cobertura. Entonces, al final, no tenemos una planificación integrada óptima que fue lo que nos dijo la Contraloría. Los proyectos que se hacen no son los mejores a nivel nacional".
–¿Caen en esa categoría también los del ICE? La Aresep y la Contraloría le han hecho señalamientos directos al ICE por problemas sobrecostos y por la mala planificación de obras como Balsa Inferior, Parque Eólico Central y hasta la hidroeléctrica Reventazón, cuyos costos se trasladan al recibo.
–La Aresep hoy ya no reconoce ciertos sobrecostos de proyectos luego de la experiencia que se tuvo con algunos. Así ocurre hoy y ya no se reconocen. Se está implementando una nueva metodología en el seno de Conace, según la cual se imponen controles y se solicita a la Aresep fijar más filtros antes de construir. Todos los proyectos se van a medir con la misma regla sean del ICE, de las municipalidades, de desarrolladores privados o de las cooperativas de distribución.
–¿Quiere decir que, en última instancia, la voluntad de construir una hidroeléctrica como El Diquís ya no dependerá solo del ICE?
–Eso es así.
–El gerente de planificación y desarrollo en el ICE, Javier Orozco, hace poco afirmó que hoy no se requiere sumarle más plantas al SEN, pero insiste en construir la hidroeléctrica El Diquís para que sea una "gran batería de respaldo" para obras centroamericanas basadas en sol y viento. Que la paguen los ticos para nuestros hermanos centroamericanos. ¿Comparte esa visión?
–Considero que a los estudios que se han hecho de El Diquís, es necesario hoy sumar otras variables. Hay que analizar los beneficios que daría bajo el esquema de servicios auxiliares no solo para Costa Rica, sino para la región. No le digo ni que sí, ni que no. Con Diquís hay que valorar la aparición de nuevos servicios, que no se consideraron inicialmente hace algunos años.
"A nivel regional, Honduras reconoce que se equivocó sumando de forma intensiva una gran cantidad de paneles solares en una misma zona. ¿Quién le ha dado estabilidad a ese sistema? Costa Rica, pero ese servicio permanece sin ser reconocido como debería ser. No necesariamente el costo de Diquís se iría a las tarifas de los costarricenses porque pueden aparecer posibilidades de vender servicios a Centroamérica y definir cómo se reconocerían".
–¿Entonces usted si le ve futuro a lanzar la construcción de El Diquís en su administración?
–No diría eso. Primero hay que hacerle números con variables nuevas que ahora están sobre el tapete.
–Hay una clara tendencia internacional a privilegiar fuentes de generación limpias basadas en sol y viento y mucho menos en fuente hídrica. Teniendo esto claro ¿usted apuntaría un poco más solar donde poseemos escasa capacidad instalada?
–En solar, totalmente de acuerdo. Lo que veo es que la demanda no crece y tenemos un plan de expansión con proyectos de generación privada en camino y a mí me interesa más desarrollar esos 100 Megavatios que nos darían las plantas geotérmicas Borinquen I y II. Esa es la energía renovable más fiel que tenemos, la geotermia está ahí siempre.
"Es importante solar, pero si la demanda no crece, tampoco me comprometería a llenar el país de plantas solares si no tengo a quién venderle la energía. Además, tengo un cuello de botella en Nicaragua con la línea de transmisión regional para exportar. Aunque una planta solar se levanta en seis meses, en este momento el SEN no la necesita; máxime si tengo proyectos eólicos y geotérmicos en camino. Todo dependerá de cómo se comporte la demanda".
–Pero acaso no es contradictorio descartar así plantas solares pero sí continuar acariciando la posibilidad de hacer una hidroeléctrica de más de $3.700 millones como es Diquís; en esta coyuntura de caída en la demanda de energía solo por la posibilidad de vender en la región hipotéticos servicios de respaldo energético y teniendo problemas de transmisión en Nicaragua, como usted misma reconoce.
–Por eso decía que ni sí, ni que no. Es cuestión de analizar todo de manera integral. Aquí no estoy discriminando a ninguna forma de tecnología, todo depende de si nuestra sociedad va a consumir más o menos.
"Mi punto de vista es que será menos consumo porque cada vez son más fuertes las políticas de eficiencia energética y también los aparatos basados en electricidad cada vez son más eficientes. No estoy discriminando por fuente; todo dependerá de la demanda y cuál será la manera óptima de suplir la demanda".
–El ICE ha venido haciendo esfuerzos por recortar su planilla buscando ahorro y eficiencia. Ese personal hoy podría rondar los 19.000 funcionarios y ahorita el Instituto carece de proyectos constructivos grandes donde meter a sus trabajadores. ¿Valoraría recortar más la planilla para apuntalar mejor su salud financiera?
–El dato que tengo es de 13.800 empleados en el ICE.
–¿Y ese dato incluye la planilla de proyectos?
–No, esa es independiente y fluctúa si hay o no proyectos.
–¿Y cuánta es la planilla del ICE que hoy está dedicada solo a hacer obras?
–No sabría decirle. Pregunté hace unos días y el dato que recibí fue ese de 13.800 personas. Creo que el dato de la planilla de proyectos no lo pedí. Ando con mil cosas en la cabeza. Sin embargo, cuando se diversifican los negocios, uno retira funciones y pone otras y así vas disminuyendo los costos diarios que se financian desde las tarifas.
"Yo no puedo llegar al ICE y tirar a la calle a 7.000 funcionarios de entrada. Tengo primero que ofrecerles un 'Plan B' porque el costo social de una acción así sería enorme. Si reinvento negocios y creo otros ingresos, baja la presión sobre un negocio regulado".