Un mes después de que el ministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador Jiménez, ordenara el arranque de los trabajos para rehabilitar el viejo puente sobre el río Virilla en la ruta 32, conocido como puente del Saprissa, en el lugar no se ve maquinaria ni cuadrillas.
A pesar de que el mismo día que se realizó el acto protocolario hubo hasta maquinaria simulando el inicio de las obras, lo cierto es que el sitio está desolado.
En aquella actividad, el director del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), Mauricio Batalla Otárola, incluso anunció que debido a este proyecto se aplicarían cierres e interrupciones en el tránsito a partir del 14 de febrero. Tampoco ha ocurrido.
La Nación pudo constatar mediante varias visitas al sitio que no hay obras en proceso. El jueves anterior únicamente se observaba un backhoe en la zona de accesos a la parte inferior del puente nuevo, que se inauguró en el 2020. Este martes a la 1:25 p. m. ese mismo equipo estaba siendo retirado del lugar en una plataforma.
¿Por qué no inician las obras?
El atraso en los trabajos, que según el jerarca del MOPT, concluirían en 12 meses, obedece a que la orden de inicio a la que fue convocada toda la prensa, se dio sin que se hubieran firmado las adendas necesarias para llevar a cabo la rehabilitación de la estructura.
Esas mejoras fueron adjudicadas al consorcio Virilla ruta 32, conformado por las empresas MECO y Puentes y Calzadas, por $18,6 millones. Ese mismo consorcio tuvo a cargo la construcción del puente nuevo que se construyó al lado de la vieja estructura.
A fin de aprovechar accesos y otras obras previas que la empresa ya había ejecutado en el sitio, el Conavi decidió otorgar a esas mismas empresas, por medio de una adenda o añadido al contrato, la rehabilitación del viejo paso.
Sin adenda
La adenda o ampliación de contrato, sin embargo, se daba en varios niveles. Por una parte, entre el Conavi y la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) que funge como administrador del proyecto. También debe firmarse adenda entre UNOPS y el consorcio.
La primera ya se dio, pero no la segunda.
El representante UNOPS, Martín Arevalo, confirmó a La Nación este lunes 27 de febrero que esa adenda actualmente está siendo gestionada a nivel interno de esa oficina.
“La extensión de este tipo de contratos lleva una revisión minuciosa por parte del equipo legal de UNOPS en la sede de Copenhague (capital de Dinamarca), el que se asegura de cumplir con todos los requerimientos de legalidad y transparencia que rigen el actuar de la organización”.
Según Arévalo, este proceso se inició antes de la orden de inicio de obras del proyecto. Esperan “que esté concluido esta semana o a más tardar la próxima”.
El 31 de enero, un día después del acto realizado por el MOPT, el vocero del consorcio confirmó que la adenda necesaria para los trabajos no había sido firmada debido a “trámites normales de la administración”, aunque aseguraron que el contrato con el cual se construyó el puente nuevo permanecía vigente y activo. No obstante, dicho acuerdo no permite ejecutar la rehabilitación anunciada.
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El lunes anterior, se envió nuevamente la consulta a los representantes del consorcio en el que participa MECO, pero indicaron que sería el Conavi el que respondería.
Conavi traslada responsabilidad a UNOPS
Consultado al respecto, el director del Consejo, Mauricio Batalla, aseguró que el Conavi contrató con UNOPS la adenda para incluir estas obras en el memorándum de acuerdo autorizado en el 2021 por la Contraloría General de la República.
El jerarca, sin embargo, no se refirió a la adenda que, como confirmó el representante de la oficina de Naciones Unidas, debe suscribirse con el contratista para ejecutar las obras de ampliación.
Pese a que este medio constató en al menos tres visitas al sitio de las obras, que no hay movimientos de maquinaria o personal, Batalla insistió de que “los trabajos en el sitio comenzaron desde el día en que se dio la orden de inicio”.
“Me informa UNOPS de que se han enfocado en la preparación de limpieza y terrenos de construcción”, dijo.
El director del Conavi tampoco respondió con claridad sobre qué tipo de trabajos se pueden ejecutar con el contrato que estaba vigente al momento en que se dio la orden de inicio, el cual, según confirmó el representante de UNOPS, corresponde al acuerdo firmado para la construcción del puente nuevo (inaugurado en el 2020).
“El alcance total del proyecto es la rehabilitación y ampliación del puente”, declaró Batalla en referencia a esa pregunta.
Asimismo, el director ejecutivo sostuvo que la Administración exigirá que se cumpla con el cronograma de entrega.
De acuerdo con la información presentada por el Conavi, la rehabilitación de la estructura que incluye una demolición en ambos extremos, así como el postensado del tramo central y reforzamiento de fundaciones, se completarían en un plazo de 12 meses, que comenzaron a correr desde el 30 de enero.
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Por la estructura sobre el río Virilla pasan a diario cerca de 25.000 automotores. Una gran parte corresponde a vehículos pesados que transportan carga a los puertos limonenses.
El puente del Saprissa fue construido en 1986 y desde su habilitación ha sufrido daños y deterioro de elementos estructurales, además es necesario el reforzamiento para que cumpla con la normativa sísmica actual.
El plan para la rehabilitación del puente había quedado en suspenso desde el 2020, cuando se inauguró el nuevo paso, pues la intención era realizar esa obra mediante la adenda al contrato, pero las investigaciones por el Caso Cochinilla, hicieron que el gobierno anterior pusiera en pausa la obra, ya que uno de los contratistas (MECO) es uno de los principales investigados en esa causa.
En noviembre anterior, el Conavi comunicó la decisión de reactivar la adenda, así como el contrato con UNOPS.