En medio de complicaciones económicas, Puntarenas perdió la posibilidad de recibir a unos 12.000 pasajeros que llegarían a puerto Caldera, a bordo de los dos cruceros más grandes que han visitado Costa Rica.
Las embarcaciones Bliss y Joy, de la línea de cruceros Norwegian Cruise Line, suspendieron las tres visitas que tenían programadas para el Pacífico Central durante su recorrido por todo el continente americano.
Las naves no pudieron atracar en Caldera por un problema de sedimentación. Ante la pérdida de la profundidad necesaria para llegar a puerto, los cruceros decidieron suspender su parada.
Guiselle Brenes, gerente de operaciones de la agencia de cruceros Smyth Internacional, afirmó que las pérdidas son millonarias y afectan a toda la economía del Pacífico Central.
“La línea está muy resentida, nos ha dolido mucho porque estos cruceros son los más grandes que han venido acá. Imagínese la pérdida para los turoperadores; los cruceros también contratan servicios de buses que llevan a los pasajeros a Puntarenas y eso es un montón de plata que la provincia deja de percibir”, señaló Brenes.
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Según Juan Ramón Rivera, presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop), esta situación también afecta la logística de los importadores y exportadores nacionales, porque tampoco pueden atracar embarcaciones de gran calado.
“También muchos barcos de carga no han podido hacer su atraque en Costa Rica. Eso, desde luego, encarece los costos de nuestras importaciones y exportaciones, así como la pérdida de turistas que no han llegado al país por este problema”, señaló Rivera.
Urgente intervención
A raíz de que el problema de sedimentación redujo en más de un metro la profundidad en los puestos de atraque de Caldera, Incop acordó con la empresa concesionaria adelantar el dragado previsto para 2021.
Aunque el contrato de concesión con la Sociedad Portuaria de Caldera (SPC) establece que el dragado se debe realizar cada cuatro años, y el último fue en febrero de 2017, las partes acordaron adelantar las labores de urgencia con el fin de garantizar la operación del puerto.
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“Logramos finiquitar la negociación con el concesionario para adelantar el dragado de los puestos de atraque, para poder mantener la operación del puerto en su debido nivel y poder recibir los barcos de calados de diseño original del puerto”, señaló el jerarca de Incop.
Los trabajos, que cuestan ¢1.500 millones, empezarán en dos semanas a cargo de la empresa Van Oord. El fin fin es extraer cerca de 400.000 metros cúbicos (³) de material acumulado en el lecho marino, lo que equivaldría a la carga que podrían transportar 40.000 vagonetas con capacidad promedio para transportar 10 metros³.
“Nos hemos comprometido a adelantar el dragado para seguir apoyando con fuerza el comercio y la economía del país. Necesitamos que nuestro puerto tenga las mejores condiciones para recibir buques del mayor calado posible”, señaló Ricardo Ospina, gerente general de SPC.