El paso a desnivel que se construye en el cruce semaforizado de Guadalupe, en Goicoechea, perdería funcionalidad a poco tiempo de inaugurarse.
No se trata de un nuevo hallazgo, pues así lo indicaban estudios de tráfico que la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) y el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) conocían desde antes de que se firmara el contrato para el diseño y construcción de la obra, en el 2015.
Por eso, para garantizar la fluidez de los vehículos que transiten en la dirección San José-Guadalupe, se planteó la necesidad de construir un tercer nivel, que costaría cerca de $8,3 millones.
Sin embargo, no se incluyó en el contrato original de construcción para no atrasar el proyecto de las tres rotondas que incluía también La Bandera y Garantías Sociales.
Se decidió dejar la obra para “más adelante” y ejecutarla de manera complementaria.
Sin embargo, UNOPS pareciera haber tomado otras consideraciones y en este momento, más bien, busca la forma de incluir ese tercer nivel en las obras actuales.
“Lo que significa en términos prácticos, hacerlo ahora, es la posibilidad de no pagar un costo adicional de movilizar una empresa que implica un 20% del costo total (...) entonces la solución es aprovechando que la obra está en marcha, considerar la conveniencia de hacerlo ahora, evitar la molestia de una nueva obra y ahorrar ese 20%”, añadió Alejandro Rossi, representante de UNOPS Costa Rica.
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No obstante, esa intención implica otro factor, y es que para ratificar la necesidad del nivel superior, se necesita verificar el tráfico en la zona, que actualmente es de 50.000 vehículos diarios.
Nuevo estudio
Aunque los estudios de tráfico de hace cinco años muestran la necesidad del tercer nivel, tanto UNOPS como el Conavi acordaron que debe realizarse una actualización de la demanda.
Sin embargo, según Rossi, debido a las medidas de distanciamiento y restricción vehicular que obligó la pandemia, se determinó que no se haría un estudio completo con conteo de vehículos, ya que no se lograría una “fotografía” real del tráfico.
A esto se suma la ejecución simultánea de grandes obras viales en la Gran Área Metropolitana (GAM) que interfieren en la dinámica vehicular.
De esta forma, la actualización se realizará con base en tasas de crecimiento, proyecciones y análisis de los tiempos de espera. Uno de los principales insumos contempla la cantidad de vehículos por persona.
“La hipótesis es que claramente se justifica porque hay una tendencia al incremento del tránsito vehicular del GAM, pero queremos verificarlo”, sostuvo.
Rossi reconoció que si bien a futuro podría considerarse que obras como el tramo norte de la carretera de Circunvalación, el nuevo puente sobre el río Virilla en la ruta 32 y algunos topics alrededor de la zona de Guadalupe podrían compensar los niveles de servicio, es imposible contar con esa previsión.
El nuevo estudio tendría un costo de $15.000 y deberá ser realizado antes de que termine este año, para que el encargo del tercer nivel no implique una ampliación en el plazo constructivo del túnel.
Posteriormente, el Conavi deberá solicitar permiso a la Contraloría General de la República para extender el contrato con UNOPS. Para la aprobación de esa extensión, el MOPT deberá garantizar que existen los recursos necesarios para ejecutar la obra.
“La primera gestión que se hizo es el chequeo a nivel del Banco Centroamericano de Desarrollo (BCIE) sobre la existencia de recursos para este último tramo, eso fue confirmado”, dijo.
De acuerdo con Alejandro Rossi, la ejecución del tercer nivel se realizaría dentro del mismo plazo de ejecución de la obra, que es de 14 meses y que se completaría, si no hay atrasos, en marzo del 2021.
En la actualidad, el paso a desnivel se extenderá a lo largo de 790 metros, incluye un túnel a cuatro carriles por el que circularían sin detenerse los vehículos desde y hacia San Pedro, es decir sobre la Circunvalación.
En la parte superior, por la rotonda que tendrá dos carriles, viajarán los vehículos desde Guadalupe a San José y viceversa y también servirá de intercambio con el túnel.
También incluirá aceras a ambos lados, bahías para autobuses, un puente peatonal y una alcantarilla ampliada sobre el río Torres.
La obra que se sacó a licitación en setiembre de 2018, tras enfrentar atrasos por temas de derechos de vía, también debió superar un empedrado proceso de adjudicación.
Fue hasta enero de este año que se empezó a construir, luego de que quedara en firme la contratación a la empresa Puentes y Calzadas por $19,5 millones (¢11.544 millones), financiados por el BCIE.