Los riesgos de derrumbe en la carretera entre San José y Caldera (ruta 27), por la cual transitan 1,5 millones de vehículos por mes, persistirán por al menos cuatro años más dado que la reparación de los peligrosos taludes se enfrenta a un viejo problema del Estado: el atraso en las expropiaciones de los terrenos.
La caída de materiales ha sido una amenaza para los conductores, como ocurrió la noche del 10 de noviembre del 2020, cuando un enorme deslizamiento obstruyó los carriles en el kilómetro 41 (entre Orotina y Atenas) e impactó a un furgón y un vehículo. José Miguel Hernández, vecino de Esparza, conductor del tráiler, contó el susto que se llevó: “Yo venía conduciendo normal y de repente nos cayó todo eso encima. Viajaba con mi esposa. Primera vez que paso por una situación como esta. Temí por la vida de mi esposa, la fuerza del material nos sacó de la carretera fue un asunto de segundos. Tengo 10 años de ser trailero y nunca había pasado por una situación similar. Estoy adolorido un poco”, dijo a esa vez a Telediario.
De los 10 taludes identificados en estado crítico, la empresa concesionaria de la vía solo pudo intervenir dos en el 2021. Para este año estima poder trabajar en dos o, en el mejor de los casos, tres más. Eso significa que, a ese ritmo, para lograr una condición óptima de seguridad a lo largo de la vía de 77 kilómetros, se necesitarían unos cuatro años.
El secretario técnico del Consejo Nacional de Concesiones (CNC), José Manuel Saénz, explicó que el principal problema que enfrentan para agilizar las intervenciones es la lentitud en los procesos de expropiación de los terrenos que se requieren para realizar los cortes en la montaña y así dar solución a los puntos propensos a deslizamientos. Las expropiaciones son responsabilidad del Estado, no del concesionario.
Sáenz detalló que en 2021 repararon dos de los taludes más críticos. Se trata de los ubicados en los km 37,5 y 38,5. Precisamente, en el km 38 se dio un derrumbe en noviembre del 2020 que mantuvo cerrado el paso durante 28 horas. Además, agregó Sáenz, ya se completó la expropiación en el km 40, otro de los tramos considerados como urgentes de atender, por lo que este mes de enero se iniciarían las labores.
“Estamos socando la línea para ver si nos dan entrada en posesión en el km 44, para poder empezar los trabajos para remediar el hundimiento (...) los dos en los que se pudo entrar de primero eran los más complicados, falta el del km 40 que es el que esperamos poder liberar el año entrante y entrarle por lo menos a dos o tres ese año, no creo que puedan ser más de esos pero la ventaja es que empezamos por los más críticos entonces los otros pueden esperar un poco más”, sostuvo el jerarca.
Saénz criticó que pese a la nueva ley de expropiaciones que permite la entrada en posesión de los terrenos al tiempo que se resuelven eventuales inconformidades con el avalúo por parte de los dueños, algunos casos se estancan en sedes judiciales. “La reforma dictaminó que depositando el monto puede entrar en posesión y, ahí, que el propietario pelee, pero hay jueces que interpretan otra cosa y ahí es donde usted no puede empezar a arreglar el talud si no tiene libre la parte de arriba, porque se trabaja de arriba para abajo”, añadió.
La ruta fue 27 fue inaugurada el 27 de enero del 2010 y, el 24 de mayo de ese año provocó la primera víctima por un deslizamiento. Marlene Vanessa Briones Cruz, de 30 años y madre de tres niños, falleció a las 7 p. m. cuando la motocicleta en la cual viajaba con su pareja chocó contra una piedra en el kilómetro 45, conocido como Paso de Dantas.
El más reciente informe de fiscalización del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), determinó que, a 12 años de su apertura, la vía sufre “muchos problemas” por razones geológicas-geotécnicas. La mayoría de fallas se ubican en la zona montañosa en el tramo entre Atenas y Orotina.
El Lanamme advirtió sobre el peligro de caída de rocas y material en los km 37,5 y en el kilómetro 38,6 (ambos son los puntos intervenidos actualmente).
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Además, calificó como de “alto riesgo” para la seguridad de los usuarios, la condición del talud ubicado en el km 40,8 y 44,5.
Paulo Ruiz, geólogo del Lanamme detalló que en el caso específico del km 38,6, donde en el 2020 se presentó un derrumbe importante, la falla se da por un proceso de drenaje ácido y un flujo de agua constante que vuelve los materiales más susceptibles. Además, indicó que pese a los trabajos que se realizan, persisten sitios con mucha inestabilidad que podrían desencadenar eventos más importantes.
Sobre el km 40,8, explicó que el problema ocurre por la altura del talud y la pendiente, por lo que la atención de ese punto es urgente ya que representa un riesgo para los usuarios.
Asimismo, en el km 44,5 persiste un hundimiento que viene siendo intervenido desde hace varios años sin que se logre una solución adecuada. Allí se evidencian daños en el muro anclado y la calzada que han sufrido los efectos del movimiento que se va dando en el sitio. Este punto, explicó Ruiz, ha sido catalogado en riesgo alto debido a que si el hundimiento llega a ser aún más grande podría afectar la conectividad completamente.
Para este punto, el Gobierno manejaba dos posibles alternativas, que incluían la eventual construcción de un viaducto paralelo a la vía, o un corte profundo en el talud para realizar lo que se conoce como terraceo para procurar “acostar” el talud hacia la montaña.
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El último sitio identificado en el informe se ubica en el km 75,9, donde el riesgo más bien persiste por caída de rocas que se van erosionando y dejan expuestos bloques más grandes que caen por gravedad y también implican un peligro para los conductores.
El documento del Lanamme señala que es “urgente realizar los estudios y obras de intervención para garantizar su estabilidad en el corto y en el largo plazo. Se recomienda priorizar su intervención”.
Además, sugiere la necesidad de implementar planes de monitoreo para detectar con rapidez estos movimientos y tomar las medidas necesarias de forma inmediata, con el fin de salvaguardar la seguridad de los usuarios.
De acuerdo con el Lanamme en los sitios catalogados como con un riesgo alto, las condiciones revelan la probabilidad de perder conectividad por completo en el corredor, además recuperar dicha conectividad en caso de eventuales deslizamientos requerirían inversiones mayores.
Arreglos y ampliación
Tras el informe emitido a finales de noviembre, la concesionaria Ruta 27 (antes Globalvia), manifestó que tomaría en consideración las observaciones en sus planes de mantenimiento, “ajustado a los estándares que están definidos en el contrato de concesión”.
“Sobre el tema de los taludes, para todos ellos, ya ha completado los estudios geológicos-geotécnicos y diseño de soluciones requeridas. Un ejemplo son las importantes obras de mejoramiento acometidas este 2021 entre los kilómetros 37 y 38. Sobre otros puntos mencionados, Ruta 27 está a la espera de la expropiación de terrenos necesarios para realizar las obras de mejoramiento”.
De acuerdo con la concesionaria, cada año invierten $20 millones en el mantenimiento preventivo de toda la vía.
Entretanto, se mantiene el proyecto de ampliación de esta carretera, que pretende duplicar su capacidad con hasta tres carriles por sentido. El costo estimado del plan es de $646 millones, sin embargo, el CNC trabaja para evitar que eso implique un aumento excesivo de los peajes. Para evitarlo el Estado tendría que aportar al menos $150 millones.