Cuando llegó al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), lo hizo bajo la condición de que ocuparía la silla por un año solamente, pues a su edad (81 años recién cumplidos en ese entonces) no se veía de nuevo metido en los trajines de la gestión de uno de los cargos de gobierno más complicados.
Un día después de asumir ese compromiso, en una de las primeras entrevistas que ofreció como ministro a este diario, dijo que lo que más le preocupaba en ese momento era que para llegar de su casa en Moravia a su despacho en Plaza González Víquez, había demorado más de 45 minutos.
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Cuatro años después, esa “preocupación” es apenas una anécdota frente a todo lo que ha tenido que asumir, pero también, su nuevo tiempo de recorrido es una pequeña insignia que refleja lo logrado: Ahora solo tarda 13 minutos.
A pocos días de dejar el cargo, Rodolfo Méndez Mata terminó siendo uno de los pocos ministros que acompañó al presidente Carlos Alvarado durante todo el Gobierno y también de los jerarcas que más tiempo ha estado en la silla del MOPT en la historia reciente.
Su salida, el próximo 8 de mayo, marca el fin de más de 60 años en la función pública y aunque en los últimos dos años ha tenido más complicaciones de las que hubiese imaginado, asegura que se va completamente satisfecho.
– ¿Cómo define estos cuatro años?
– Han sido cuatro años muy intensos de trabajo, afortunadamente llegamos con una clara identificación de los problemas y una propuesta muy definida, mucho la recogimos en la directriz que se firmó el 8 de mayo. Hay muchos aspectos que esa directriz identifica, uno era abordar un tema que angustiaba a los costarricenses, que era las presas, la gente se manifestaba con enojo y violencia en las calles. Había que abordar ese tema y ¿cómo se aborda? Con transporte colectivo y obras.
“En segundo término teníamos el problema de las grandes obras que estaban paralizadas, que tenían recursos pero estaban paralizadas, el propósito era desatar las nudos y desentrabar esos proyectos (...) Fuimos resolviendo los problemas, en San Carlos fue muy duro porque había una comunidad frustrada de un contrato que tenía 15 años y había que salir de ese proceso y se salió.
“La carretera a Limón que en un momento yo dije que se había manejado con los pies, efectivamente se había manejado con los pies y ha sido una tarea muy dura para llevarlo al punto donde se encuentra.
“La Circunvalación norte, no es posible para nosotros inaugurarla pero está hecha, lo que falta son cosas mínimas, además logramos primero conseguir el financiamiento para la sección V y segundo un trabajo largo ante la Contraloría hasta que logramos que nos diera la autorización para la adenda. Circunvalación se va a terminar, es la satisfacción que uno puede tener, que finalmente después de 44 años se va a completar.
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– Usted le ofreció al presidente un año, ¿qué lo hizo decidir quedarse luego de ese año y además mantenerse en el cargo con todo lo que se presentó después con los escándalos por corrupción?
– El presidente y yo conversamos (antes de asumir el cargo) y él me preguntó a quién recomendaba y yo no tenía un nombre para recomendar al presidente. Entonces, cuando él me plantea si yo aceptaría le dije que a mi edad no podía aceptar cuatro años, ‘con gusto le ofrezco un año para ver si ese año involucrándome de nuevo en el sistema puedo identificar quién’, y la verdad es que la situación que me encontré era muy seria.
“La situación institucional era pavorosa, era de salir corriendo. Se identificaron problemas serios, el mismo problema de la corrupción (...) Al solicitarme el presidente que siguiera tres años más le dije que sí, que me comprometía a sabiendas que era un tema duro.
“Cuando surge el tema de Cochinilla, estaba seguro que ciertamente había surgido de la necesidad de buscar el apoyo del Organismo de Investigación Judicial, para que ellos tomaran la decisión de ir a una investigación, yo estaba claro que esa decisión había sido tomada”.
– ¿A qué se refiere cuando habla de la situación terrible que se encontró al llegar? Además de los temas de corrupción, ¿Cuáles otros problemas encontró en el ministerio?
– No teníamos presupuesto, no teníamos recursos, no teníamos contratos para hacer la conservación, el Conavi estaba prácticamente paralizado; la solución fácil era salir corriendo, y decir ‘ya me olvido y que venga alguien y guerree’.
“Después el presidente me solicitó que me quedara, no hablamos de pormenores, él sabía la situación que imperaba aquí y si me hubiera hecho la pregunta de quién podía hacerse cargo, igual le hubiera dicho no tengo, y ahora estamos viendo que están teniendo dificultades (para nombrar al futuro jerarca).
“El estar aquí, si alguien cree que es algo para desearlo, está equivocado, estar aquí es entender que viene a hacer una tarea, que tiene que venir con mucho patriotismo y que viene a sufrir”.
– Al inicio usted tuvo un gran apoyo de la gente que lo destacaba porque veía que se reactivaban obras de infraestructura y se avanzaba en muchos proyectos, luego cuando estalló el Caso Cochinilla, la opinión pública cambió e incluso llegó a ser abucheado en la calle, ¿Qué fue lo más difícil de lidiar con esas reacciones?
– Yo llevo muchos años en la función pública, soy una persona sumamente reflexiva, yo podía entender el enojo de la gente porque estaban siendo alimentados por una historia de que aquí alguien se había llevado ¢78.000 millones, esa es una aseveración sumamente fuerte que hoy en día se pone en tela de duda, de manera que yo entendía; pero a la par de que ese sentimiento existía, también eran muchas las voces que me decían ‘siga adelante, siga adelante’, no necesariamente voces cercanas sino gente en la calle, iba al supermercado y la gente me paraba y me decía ‘don Rodolfo, siga adelante, usted ha hecho una buena labor’.
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“Eso me ayudó mucho y la otra (motivación) era que había que sacar la tarea, no fue un periodo para nada fácil, fue doloroso para mí y para la familia. Tengo una fortaleza muy grande de saber quien soy yo, eso no lo voy a cambiar por los insultos que se me hicieron desde la Asamblea Legislativa, o las acusaciones anónimas que han llevado a un allanamiento a mi casa por asuntos que son de política pública y que los han llevado a nivel penal”.
– ¿Qué ha sido lo más difícil en estos cuatro años?
– El lidiar con la burocracia ha sido los cuatro años, cuando en el primer año muchos pedían mi renuncia, algunos medios lo hacían, y yo explicaba lo difícil que era trabajar con una burocracia que estaba acostumbrada a no trabajar o trabajar en temas que no eran sustantivos del Ministerio. Traté de cambiarlo, traje a Rodolfo Solano de Corea, porque sabía cómo trabajamos juntos, le reconocía que era un excelente administrador, cuando lo perdí, se perdió la oportunidad, ya estábamos en pandemia.
“Está el tema de los problemas fiscales, ya se nos está olvidando lo que hemos vivido en estos dos años de cómo cuando empezó la pandemia se hacía necesario enfocarse en darle continuidad a las obras, porque sino era despedir gente, era necesario mantener el ritmo de ejecución de las obras y lo logramos , no todo porque nos quedamos sin presupuesto, la Asamblea nos quitó intempestivamente recursos y yo me enojé con el gobierno porque cuando se toma la decisión en el Ministerio de Hacienda, a mí no se me consultó; el enojo era por eso, porque yo hubiera hecho algo para evitar que eso se produjera si lo hubiera sabido, pero igual era una situación que entendía, yo fui ministro de Hacienda y yo entendía lo que hice fue manejarlo y buscar la manera de restituir los recurso.
“A partir de ahí es otra historia porque el tema de la corrupción vino a destruir todo el avance que pudimos haber logrado en hacer una institucionalidad un poquito más eficiente”.
– ¿Podríamos decir que Cochinilla golpeó al MOPT más que la pandemia?
– La Cochinilla golpeó mucho más que la pandemia a la institucionalidad, muchísimo más y el propósito de una investigación sobre temas de corrupción irremediablemente conducía a eso, el problema es que no se trató de lo que uno pudo haber anticipado que era detectar si había funcionarios o empresa haciendo cosas indebidas, sino que se aderezó con un señalamiento muchísimo más serio que no se esperaba que era lo de los ¢78.000 millones, en un momento que la Asamblea había quitado los presupuestos al Conavi, el golpe es mucho más fuerte porque se suma a la pandemia.
– ¿Cómo se enteró el día de los allanamientos de lo que estaba ocurriendo y qué sintió cuando se fueron revelando los hechos que se conocieron en el expediente sobre lo que en apariencia hacían funcionarios y empresarios?
– Yo hubiera esperado que hubiera señalamientos personales, lo que me sorprende cuando usted me llamó y dije que estaba en incertidumbre fue por los ¢78.000 millones y esa incertidumbre no se ha acabado, esa fue mi sorpresa.
“Yo me despierto y empiezo a oír las noticias de lo que estaba pasando y allanamientos por todas partes, no podía hablar con nadie, no sabía en realidad qué era lo que estaba pasando, estaba en una incertidumbre que decía cómo es posible que hubiera una sustracción de ¢78.000 millones, no era concebible que pudiera haber pasado. Lo otro, uno no puede juzgar quién es el buen funcionario o el mal funcionario”.
– Usted dijo que desistió de dejar encaminada la reforma que hasta hace poco pensaba comenzar, porque no había ambiente, ¿esa decisión cambió luego de los allanamientos a su casa?
– Definitivamente, básicamente el allanamiento a mi casa es porque se dice que las plantas de asfalto que tiene el Ministerio yo las paré para beneficiar a las empresas constructoras, cuando yo llegué las plantas estaban paradas, yo no las paré.
“Y el otro tema es que designamos rutas cantonales en rutas de travesía porque eso, según el decir de alguien y aparentemente lo compra el OIJ, lo hice para dar más trabajo a las empresas y eso era inexplicable porque la limitación es el presupuesto y es lo que se ha hecho desde 1972 que se aprobó la Ley de Caminos, no ha variado y sin embargo me llegaron a allanar la casa por esas dos cosas.
“Si yo tengo que hacer cambios en la organización que por ejemplo, podría sugerir que no solo las plantas sino todos los equipos que pasen a las municipalidades termino en un calabozo, porque van a aducir que eso lo hago por favorecer, entonces dije hasta aquí llego, no me voy a complicar ya con avisos de investigaciones de corte penal en temas de política pública”.
– ¿Por dónde hubiera llevado esa reforma si la hubiera empezado, a qué le hubiera entrado primero?
– Lo que está para mi claro es que las desconcentradas tienen que volver al Ministerio.
“Tenemos una serie de duplicidades en el tema de infraestructura (...)Tenemos dos instancias una el Conavi y otra en el Ministerio cuya responsabilidad es la conservación, tenemos planteles, gastos, tenemos una planilla que mucho se fundamenta en esa realidad histórica de un equipo que estuvo y que ahora está pero sin la potencialidad de hacerle frente a esas tareas.
“La construcción de las grandes obras se realiza en Conavi con recursos del Banco Centroamericano de Integración Económica y en el MOPT del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tenemos el fideicomiso de Ruta Uno con el Banco de Costa Rica que es otra instancia, el programa de caminos vecinales del BID se maneja de manera separada, con otra estructura, todo eso debería estar dentro de un solo sombrero para tratar de buscar las mismas políticas de gestión. Yo pensaba emitir un decreto para dejar corregida parte de esa problemática”.
– ¿Siente que completar la Circunvalación habría sido el broche de oro para cerrar más de 60 años de función, siendo que fue usted quién inició esa obra hace más de 40 años?
– Me duele que no hayamos podido terminar la Circunvalación, porque si echamos una mirada ahí está hecha, lo que falta es mínimo, pero yo nunca me he atribuido ninguna obra. La satisfacción que yo sentí de la sección V fue cuando logramos que la Contraloría nos diera la autorización para la adenda, porque el propósito es terminarla, no es que lo quiera terminar yo, y ahí está, se va a terminar.
– ¿Se va satisfecho o siente que le faltó algo?
– Yo no puedo resolverlo todo, pero siento la satisfacción de lo que he hecho, yo me voy completamente satisfecho con lo que he hecho, totalmente satisfecho y tranquilo.
– ¿Qué le aconsejaría al próximo jerarca?
―No es tan sencillo, tiene que rodearse de un equipo de confianza que le ayude, no va a poder ser muy grande porque no hay posibilidad, pero el primer consejo es que se rodee muy bien de gente de confianza, de verdadera confianza. En el Conavi, Mario Rodríguez era de mi confianza, los demás yo no los conocía y yo sé que Mario no hizo nada que no fuera correcto.
– ¿Qué debería preocuparnos como país en temas de infraestructura, qué nos espera?
– Se requieren fondos frescos y mucho más abundantes que los que hay en este momento (...) Comprendo la necesidad de los recursos privados, pero debe haber un entendimiento de que manejar un proyecto por concesión de obra pública tiene un periodo de ejecución antes de la licitación de 6 a 7 años, si quiere que sea exitoso con toda la preingeniería, estudios de factibilidad. Cuando veo que todos hablan de que vamos a resolver este problema en esta administración con alianzas público privadas, con las leyes y dificultades que tenemos, en cuatro años no sé cómo lo manejaría.
“Se requieren recursos para la conservación, tenemos 500 puentes en mal estado. Es indispensable inyectar recursos, se nos está cayendo prácticamente un puente por mes, hemos sido bendecidos de que no ha habido ninguna afectación a los usuarios y la emergencia (por la época lluviosa) fue generosa el año pasado. Yo lo reconozco, yo sufría cada vez que había una emergencia porque decía cómo voy a hacer frente, con qué”.