Una suma de problemas provoca las largas filas de furgones en la ruta 32 y en la entrada a la Terminal de Contenedores de Moín (TCM), en Limón. Así lo sostiene el ministro de Obras Públicas y Transportes, Rodolfo Méndez Mata, quien ya busca mecanismos para solucionar la situación.
Según Méndez, el anuncio de que la ruta 32, que conduce al Caribe, iba a estar cerrada durante varias horas esta semana, por demarcaciones, impulsó a decenas de transportistas a viajar anticipadamente a entregar o recoger carga en el nuevo puerto marítimo.
Además, tiene reportes de que hay un fallo en la central de llamadas de la TCM, a través de la cual los traileros reservan espacios para atención en el muelle.
Se suma que decenas de furgoneros acuden al lugar sin cita previa, que algunos barcos adelantaron sus programaciones y que el semáforo de la intersección entre la 32 y la ruta 257 (que conduce al muelle) está dando problemas, agrega Méndez.
El ministro reconoció que hay una “condición vial totalmente inadecuada”, pues la carretera al Caribe está en construcción y eso afecta aún más la libre circulación.
De momento, el ministro dijo que se coordinan reuniones con la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) para buscar soluciones inmediatas.
La primera implicó suspender, al menos por hoy, la demarcación en la 32, entre el peaje del Zurquí y el cruce a Río Frío.
El jerarca indicó que más tarde se discutirá si las obras se reactivan manaña, pues la señalización con pintura termoplástica es urgente, para garantizarle la seguridad a todos los usuarios de este tramo de vía, con frecuente lluvia y neblina.
Otra posibilidad, a mediano plazo, es colocar pavimento en el espaldón, en las cercanías de la TCM, para que los conductores puedan estacionar allí los furgones mientras esperan para ingresar.
Según la oficina de relaciones públicas de la terminal portuaria, las presas se resolvieron a las 10:15 a. m. cuando se habría normalizado el tráfico en el sector.