Las imágenes de la carretera a Limón completamente sumergida bajo el agua –difundidas durante el temporal que afectó la región Caribe hace dos semanas–, podrían comenzar a repetirse con más frecuencia.
Esto porque la construcción en proceso de la ruta de 107 km y $465 millones no contempló estudios actualizados para el diseño de cunetas, drenajes y alcantarillas.
Un estudio del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), revela que los trabajos en el tramo del cruce hacia Río Frío y Limón se realizan sin que exista certeza sobre el tipo de infraestructura necesaria para soportar la cantidad de lluvias.
La información que se utilizó para diseñar los drenajes, cunetas y alcantarillas está llena de inconsistencias e imprecisiones, confirmó la ingeniera Wendy Sequeira Rojas, coordinadora de la Unidad de Auditoría Técnica de ese laboratorio.
“Si usted no sabe cuál es la precipitación que se estima en cierto periodo, usted no va a saber qué tan grandes tiene que hacer las cunetas. En el caso de los puentes, tienen que estar a una altura tal que contando este tipo de lluvias, no sean afectados. Al no tener eso, hay incertidumbre sobre si estas obras para canalizar las aguas van a responder”, añadió.
Para la ingeniera, lo visto en el temporal de la semana antepasada es un reflejo de lo que podría seguirse presentando, principalmente, porque ya se ha dicho que la zona del Caribe es propensa a sufrir, cada vez más, de estos fenómenos climáticos.
“Lo primero que hay que ver es si las lluvias son un evento atípico o algo que se presenta frecuentemente. Hay que ver cuánta es la cantidad de lluvia que cayó en cierto periodo de tiempo, porque así es como se diseñan las obras de drenaje sabiendo la cantidad de lluvia y la intensidad”, añadió.
Agregó que las consecuencias ya son evidentes. En varias giras han observado obras de drenaje con problemas para canalizar las aguas, incluso en zonas donde ese tipo de labores ya están completas.
Sin solución
A pesar de que desde hace años existen estudios donde se identifican las zonas “inundables” a lo largo del trayecto, el proyecto no contempló mejoras para solucionar estos problemas.
“En su momento nosotros le consultamos a la unidad ejecutora si se había contemplado, por ejemplo, las zonas inundables que se tienen mapeadas. Lo que nos respondieron es que ellos estaban conscientes de esa problemática, sin embargo, el proyecto tenía limitaciones en ese sentido y aparte de que los estudios no son suficientes, hay situaciones que aunque se conocen, no se contemplaron por el asunto de la negociación y el presupuesto que se acordó”, añadió la coordinadora del Lanamme.
Orlando Barrantes, vocero de la comisión provincial del Caribe, mencionó que con el temporal quedó en evidencia la afectación en algunas de las zonas donde se desarrollan las obras.
Incluso, en tramos donde antes no se presentaban llenas, los vecinos sufrieron el anegamiento de sus casas y cosechas.
“Nos parece que el tema no se está abordando con la seriedad que se tiene que abordar y no hay una respuesta clara ni del Gobierno ni del Conavi. Estas inundaciones han afectado las obras y ha habido zonas tan críticas como B-Line. Ahí hicieron un muro que es una cosa extrañísima y con lo que pasó ahora se inundó terrible”, relató.
Impacto en obra
La carencia de obras aptas no solo impactaría a los vecinos de la ruta, dice Lanamme, sino que podría tener un “efecto significativo en la durabilidad del proyecto”.
“El hecho de que la estructura esté constantemente bajo condiciones de saturación de agua, va a degradar los materiales, deteriorará la mezcla más rápido y disminuirá la vida útil de la vía. Por eso es que siempre se indica en los proyectos que las aguas deben estar muy bien canalizadas para que estén el menor tiempo posible en el pavimento. Porque el agua siempre va a producir efectos negativos en la calidad y en la durabilidad del material”, explicó Sequiera.
Además, transitar por una vía inundada o con pozas de agua puede ocasionar accidentes o derrapes, porque no se cuenta con las condiciones de frenado adecuadas o no hay visibilidad de la señalización.
Una vía estratégica como es la principal ruta de exportación del país, dijo la especialista, debería construirse con base en estudios más robustos.
Sequeira aseguró que se hizo una llamada de atención al Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) sobre esta situación y lo único que lograron fue que se hicieran estudios nuevos para dos de los puentes y ahí se contempló el efecto hidrológico y se mejoraron los diseños.
“En los otros puentes no se tomó ninguna consideración para la importancia de la vía”, puntualizó.
Rodolfo Méndez: ‘Se va a corregir’
El ministro de Obras Públicas y Transportes, Rodolfo Méndez Mata, dijo desconocer los detalles técnicos relacionados con las obras para el manejo de agua, pero aseguró que todos los problemas serían corregidos.
“Estamos haciendo una revisión total, porque la carretera tiene que quedar con todas las condiciones y características para una obra de esa naturaleza. Vamos a hacer una revisión pormenorizada y vamos a buscar el financiamiento de manera que incorporamos todo lo necesario para que la vía quede como tiene que quedar”, afirmó.
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Los recursos para subsanar los problemas se incluirían dentro del financiamiento de las obras complementarias que el Poder Ejecutivo debe procurar y que quedaron fuera del contrato.
“Desde un comienzo señalé las deficiencias del proyecto que se contrató sin diseños (en la Administración de Luis Guillermo Solís) y nos ha costado mucho lograr que el proyecto avance a un ritmo que nos permita tener la confianza para hacer inversiones adicionales”, agregó.
Esta no es la primera vez que el proyecto enfrenta dificultades por las deficiencias en su planeación.
Actualmente, la constructora China Harbour Engineering Company (CHEC) arrastra un atraso en la ejecución de más de 26%, con respecto a lo planificado y tras haber consumido 965 días.
La última prórroga dada por la Administración fija la fecha de entrega para el 22 de mayo del 2022 y a julio anterior el avance de los trabajos era de 42%.
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CHEC también ha reclamado los atrasos en la expropiaciones necesarias para realizar las labores y, actualmente, el Conavi enfrenta dificultades presupuestarias para cubrir la totalidad de los procesos de expropiación que se requieren en el proyecto.
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Asimismo, en el mismo informe del Lanamme, se menciona que el proyecto está siendo construido con estudios de tráfico obsoletos por lo que podría quedar desfasado al poco tiempo de estrenarse.
Además de la ampliación de la vía a cuatro carriles, la obra encargada a CHEC contempla la construcción de 36 nuevos puentes y el refuerzo de los ya existentes, pasos a desnivel, retornos y puentes peatonales.
La obra tiene un costo de $465 millones, de los cuales $396 millones son financiados por el Eximbank de China y $69 millones corresponden a una contrapartida nacional.