Los siete puentes mayores que la constructora española Azvi debe entregar como parte del proyecto de ampliación del tramo de la Interamericana norte entre Limonal y Cañas, en Guanacaste, presentan “deficiencias y deterioros” prematuros a menos de dos meses de que la vía de $90 millones sea recibida por el Gobierno.
Las estructuras sobre los ríos Desjarretado, Javillos, San Miguel, Lajas, Higuerón y dos pasos sobre el río Salitral, evidencian fallas tales como oxidación en las bases de las barandas de metal, desgaste de las superficies de las barreras de concreto, ondulaciones, desniveles y pines expuestos en las aceras.
Así lo advierte el informe de la Auditoría del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) DAG-I-15-2022, el cual fue entregado a las autoridades de ese ministerio el 12 de noviembre.
El documento señala que estas situaciones no solo conforman incumplimientos contractuales y de estándares establecidos en los manuales constructivos, sino que generan el riesgo de deterioro prematuro de las obras, así como de accidentes de los usuarios.
En algunas de las estructuras los daños también incluyen las losas de aproximación, tales como: agrietamientos, aparentes desgastes y desprendimiento de materiales.
En el detalle de los defectos encontrados la Auditoría apuntó de que en algunos casos los puentes no cuentan con muros de protección en los márgenes de los ríos, o estas no tienen el debido recubrimiento, lo cual provoca el riesgo de desprendimiento de material sobre el río.
El informe cita casos como el del puente sobre el río Higuerón, en donde se observan agujeros en la capa asfáltica que, en apariencia, corresponden al desprendimiento de los capta luces, mientras el refuerzo de acero de la losa del puente sobre el río Salitral presenta deficiencias en su colocación.
En tanto, las barandas de los puentes Javillos, Salitral, San Miguel, Lajas y Desjarretado, tienen oxidación en las bases y en la mayoría de las estructuras hay deficiencias de acabados en las barandas de concreto. Se mencionan perforaciones, grietas y agregados expuestos.
“Es importante destacar que, en la mayoría de los casos, la varilla de refuerzo presenta oxidación”, agrega el informe.
En el caso de los pasos peatonales, se indica que las aceras de concreto de la mayoría de las estructuras de este tipo presentan algunas deficiencias como pines expuestos, ondulaciones y deficiencias de acabados.
“Las condiciones encontradas durante la visita al proyecto evidencian deficiencias durante el proceso constructivo, así como la falta de mejoramiento de los acabados de las obras relacionadas con los puentes (...) Sin embargo, algunas de las deficiencias también se podrían deber a incumplimientos en los parámetros de calidad de los materiales”, concluye la Auditoría.
Además, como riesgos de los hallazgos señalados, se menciona que las fallas en los acabados de las barreras de metal, barreras de concreto y aceras de los puentes, generan el riesgo de deterioro prematuro ante el efecto de la intemperie.
La obra debía ser entregada hace más de dos años, pero, tiene ahora como fecha de finalización enero del 2023. A pesar de los atrasos, la Administración confirmó que a la fecha no se han impuesto multas al contratista, aunque según el viceministro de Infraestructura, Alejandro Guillén, declaró a La Nación que en esta etapa final se aplicarían las sanciones que correspondan.
La carretera de concreto de 20,8 km fue encargada a la empresa española Azvi, misma que entregó con 20 meses de retraso el proyecto de Paquera Playa Naranjo.
Cañas-Limonal es parte del corredor Liberia-Cañas, de 50 km, inaugurado en 2016 a un costo de $200 millones. De hecho, a cuatro años de su entrada en uso, las losas de concreto comenzaron a presentar agrietamientos. El tercer tramo de 50 km entre Limonal y Barranca, en Puntarenas, lo construye el consorcio H Solís-La Estrella por $182,5 millones y debería estar listo en el 2023.
Respuesta del viceministro
Consultado sobre los hallazgos señalados en el informe, el viceministro de Infraestructura, Alejandro Guillén, sostuvo que han mantenido un seguimiento al registro de las “no conformidades abiertas” por la supervisión del proyecto, a fin de que se cumplan los compromisos contractuales.
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Guillén dijo que, además, se mantiene una retención en efectivo del 5% de cada estimación como garantía de cumplimiento de la calidad.
El jerarca, quien también es el encargado de la unidad asesora del proyecto, aseguró que se le indicó al contratista que esas no conformidades deben ser subsanadas antes de que se haga la recepción final de las obras.
En total, según los datos de la unidad ejecutora, se han abierto 267 no conformidades, de las cuales 154 ya fueron subsanadas.
“Con respecto a pavimentos, el contratista ha realizado algunas sustituciones en los casos que ameritaba, en otros casos se ha procedido con el sellado de juntas de acuerdo con el protocolo técnico de reparación establecido”, añadió Guillén.
En el caso específico de los puentes, aseguró que la supervisión realiza un “inventario continuo” sobre la condición de estos y en algunos ya se han realizado sellado de fisuras, mientras que en el caso del puente Salitral, se realizó una demolición parcial de la losa.
Omisa atención
Para esta inspección también se hizo una revisión de las advertencias emitidas anteriormente por la misma Auditoría como por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme). Determinaron que la mayoría de los hallazgos siguen sin atenderse.
Por ejemplo, algunas grietas en las losas, que en apariencia fueron reparadas con epóxico, terminaron en huecos que se encuentran llenos de agua, a pesar de que al contratista se le había instruido rellenar todas las perforaciones que se habían hecho.
Además, se evidencian deformaciones en el pavimento que obstruyen drenajes, y el desgaste sobre las losas que también habían sido advertido en informes anteriores, aún resultaba visible durante la visita del equipo auditor.
Durante la inspección al proyecto se observó que, tanto el desgaste sobre la losa de concreto como las deformaciones sobre el pavimento flexible, evidencian daños prematuros sobre la superficie de ruedo, tanto en las marginales como en la carretera principal.
“Esto en apariencia por carencias en el proceso constructivo, por deficiencias en los parámetros de la calidad de los materiales, o bien por volúmenes de tránsito mayores a la capacidad de diseño de la estructura del pavimento”, explica el documento.
Asimismo, indica que la pérdida de material en la superficie de las losas de pavimento y las deformaciones en la capa asfáltica, causan el riesgo de posible filtración del agua, que provocaría daños prematuros de la estructura y de accidentes para los usuarios que transitan a mayor velocidad.
Algunas de las deficiencias señaladas fueron comunicadas al contratista desde el 2020.
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