“La ruta nunca estuvo cerrada”. El director de la región Central del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), Mauricio Sojo, aseguró este lunes ante la Comisión de Infraestructura de la Asamblea Legislativa que el sector de Cambronero, sobre la carretera Interamericana Norte, siempre estuvo abierto al tránsito el 17 de setiembre, horas antes de la tragedia en la que nueve personas perdieron la vida al ser empujadas por un deslizamiento hacia un abismo.
“La carretera tenía un carril inhabilitado. A través de paso regulado se detenía el tránsito para que la maquinaria pudiera trabajar. La vagoneta recogía material. Cuando estaba un poco lleno se abría (el paso), pasaban los vehículos y así hasta que se terminó de recoger todo el material.
“La ruta nunca estuvo cerrada, la ruta siempre tuvo paso regulado todo el día; no es que hubo un cierre ni alguien dio una orden de apertura total, simplemente se trabajaba, se recogía el material y se volvía a abrir”, declaró ante los diputados.
Agregó que ese sábado, cuando se terminó de recoger lo último de un primer deslizamiento, quedaron habilitados los dos carriles y se retiró la maquinaria para que no estorbara en el camino.
La versión del funcionario contrasta con las declaraciones dadas por el ministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador Jiménez, tanto el día del hecho como con lo explicado al día siguiente por el director del Conavi, Mauricio Batalla.
En el video divulgado la noche del accidente, Amador dijo: “El día de ayer (el viernes), ocurrió un deslizamiento en Cambronero en otro sitio diferente. Ese deslizamiento, hoy en la mañana (sábado), no había terminado de limpiarse. Solicité que, por favor, terminaran lo antes posible (...) A la 1:30 de la tarde, se habilitó la ruta 1. Sin embargo, a las 4:30 p. m. ocurrió el accidente que todos lamentamos tan profundamente”.
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Esa misma versión sostuvo durante la conferencia de prensa realizada al día siguiente en Casa Presidencial, cuando insistió en que nunca giró una orden de apertura.
Ese mismo día, La Nación consultó al director del Conavi, Mauricio Batalla sobre el cierre de la ruta, pues el día anterior al desastre también había registrado cierres a causa de derrumbes.
“Se hizo el levantamiento de todo el escombro, se habilitó un carril, se puso señalización y se hizo el protocolo de apertura de la ruta y a partir de ahí se abre la ruta (...) Me parece que se abrió ayer la 1:30 de la tarde”, dijo.
Incluso, ese mismo sábado 17 de setiembre en horas de la mañana, el Facebook oficial del MOPT daba cuenta de un cierre total en la carretera. Y a la 1:30 p.m. la misma cuenta anunciaba la apertura.
Sojo aseguró durante su intervención ante los diputados que es usual hacer ese tipo de advertencias para que los usuarios tomen previsiones y “comunicar que hay un evento”, pero afirmó que la dinámica de esos eventos se ven en el sitio. El anuncio de la apertura, afirmó, correspondía a que se había terminado de limpiar toda la vía.
El ingeniero declaró que, ese día, cuando se terminó de limpiar el material que cayó sobre la vía, se recorrió la ruta “de arriba a abajo” dos veces. “No había nada que nosotros pudiéramos decir ‘va a suceder una desgracia, a nivel de ingeniería se hizo lo que se debía hacer”, afirmó.
Sin protocolo
El ingeniero del Conavi también reconoció que la única ruta que cuenta con un protocolo de cierre en caso de riesgo por condiciones climáticas es la ruta 32 y dijo desconocer por qué no existe ese mecanismo para otras vías con igual nivel de vulnerabilidad.
Los diputados además cuestionaron al encargado de la zona por desatender las advertencias de los alcaldes, y aseguró que en su caso llegó al puesto un día antes de la tragedia, al tiempo que alegó que al Conavi ingresan gran cantidad de documentos.
Con relación a los informes del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), Sojo dijo que estos nunca son ignorados, pero también afirmó que los puntos señalados por los expertos de ese laboratorio “son los más grandes y los más obvios” y corresponden a fallas “que cualquier persona que ha pasado conoce”.
Sojo insistió en que el hecho que originó el accidente correspondió a un evento imprevisible, porque entre otras cosas, el árbol que golpeó el autobús se encontraba dentro de una propiedad privada, fuera del derecho de vía.
Por su parte, el ingeniero Alejandro Badilla, quien también tiene a su cargo la atención de esa zona, aseguró que el administrador vial contratado para ese trayecto de la carretera tenía como principal encargo, esa semana, monitorear los puntos donde se estaban dando deslizamientos y entregar informes en la mañana y en la tarde.