Un temblor podría provocar el colapso de la ruta 27 en el kilómetro 44, donde un hundimiento detectado desde 2009 se agrava cada vez más, advirtieron este jueves geólogos e ingenieros del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), luego de una nueva inspección.
Se trata de un problema recurrente que aumenta con cada estación lluviosa, pues aunque la empresa concesionaria Ruta 27 (antes Globalvia) ha realizado intervenciones, como anclajes, y una pantalla de pilotes, estos han sido insuficientes.
“Las obras que se construyeron, cada vez aportan menos a la estabilidad del terreno. Es un riesgo elevado que está latente, el principal problema que se podría presentar es un movimiento súbito del terreno, un temblor, por ejemplo, el peor escenario es que ocurra un sismo cercano relativamente fuerte al final de la estación lluviosa”, manifestó Rónald Naranjo, ingeniero de la Unidad de Gestión y Evaluación de la Red Vial Nacional del Programa de Infraestructura del Transporte.
¿Por qué no han dado resultado las obras realizadas? Según el ingeniero, ni los anclajes ni la pantalla de pilotes fueron lo suficientemente profundos o extensos para cortar esa superficie de falla (geológica) y retener de forma efectiva el terreno que se está movilizando.
Para él, dada la magnitud del problema, lo más recomendable sería evitarlo y, de ser posible, cambiar el trazado de la ruta.
“Se pueden construir pasos elevados tipo viaducto que estén apoyados en las zonas que sí son estables y permitan el paso seguro, ya no por la carretera, sino por un puente adicional”, expresó.
Según Naranjo, el daño se acelera porque el terreno se ha deslizado en busca de un sitio estable, mientras no lo encuentre, se seguirá moviendo y a una mayor velocidad.
Ese riesgo lo confirmó Laura Solano, del Programa de Ingeniería Geotécnica del Laboratorio, quien hizo énfasis en que desde el 2009 se han hecho informes y desde entonces es evidente que el movimiento se acelera.
Todo se origina en la topografía, pues para construir la vía se colocó un relleno en ese hundimiento, que es lo que ahora se desliza.
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“Hay una falla muy marcada que recorre a lo largo de la montaña, lo que hace que se mueva y las soluciones han mitigado, pero no han logrado frenar porque es una falla geológica más grande”, señaló.
Por esta carretera de 77 kilómetros transitan a diario hasta 100.000 vehículos en algunos tramos, aunque en los últimos días la circulación podría ser mayor, debido a que está cerrado el sector de Cambronero, sobre la carretera Interamericana Norte, luego del derrumbe que provocó la muerte de nueve pasajeros de bus, la tarde del sábado.
El incremento de tráfico pesado producto de ese cierre también se podría convertir en acelerador del daño.
Solución por llegar
Frente a la apremiante situación, la empresa concesionaria informó a La Nación de que manejan como la posible solución la construcción de un viaducto, como el que sugirió Lanamme.
La obra cuyo costo es de $15 millones, consiste en un puente paralelo a la calzada actual, el cual pasaría por encima de la falla. Por ello, su construcción no implicará afectación al tráfico.
“El viaducto requiere la expropiación del terreno adyacente a la carretera actual. La gestión de las expropiaciones se inició hace más de un año y en la actualidad ya están completas. Las obras comenzaron el mes de mayo pasado, pero tuvieron que ser suspendidas a la espera de la formalización de un decreto de conveniencia nacional que autorizara la tala de árboles. Dicho decreto fue publicado el pasado martes, lo que permitirá retomar las obras en los próximos días”, adelantó la concesionaria.
Según Ruta 27, las intervenciones implementadas hasta ahora en el intento de frenar el hundimiento han representado una inversión de $5 millones. Sin embargo, dijeron, un sismo registrado en agosto del 2020 afectó los trabajos y agravó la falla.
La empresa afirmó que en el sector hay múltiples fallas geológicas, la más importante tiene una profundidad de unos 50 metros, la cual se detectó a raíz de ese movimiento.
Es decir, en aquel momento ocurrió lo que Lanamme advierte de nuevo que puede ocurrir: que un sismo fuerte en una zona cercana provoque el colapso en ese punto.
¿Qué dice Concesiones?
El secretario técnico del Consejo Nacional de Concesiones, Eduardo Chamberlain, detalló que los trabajos a cargo de la empresa para estabilizar el deslizamiento del km 44 se frenaron porque además de que había una expropiación pendiente, debieron gestionar el decreto de conveniencia nacional que permitiera la corta de unos 180 árboles.
Con la publicación del decreto, el martes, ya este jueves se emitió el permiso para la corta por parte del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), lo que facultaría a la concesionaria a iniciar los trabajos en los próximos días.
La construcción de ese viaducto podría tomar cerca de nueve meses, pero además de esa obra la intención es que se puedan realizar cortes en el talud, con lo cual, mientras avanzan los trabajos del paso elevado, se va liberando de peso el terreno hundido y así evitaría que continúe el acelerado deterioro que se ha registrado en los últimos meses.
Chamberlain sostuvo que la solución planteada, iría en complemento con los diseños de ampliación propuestos para esa zona, dentro del plan que se analiza para duplicar la capacidad de toda la ruta.
6 km de fila
El hundimiento en el km 44 obliga a los conductores a reducir la velocidad, situación que este jueves provocaba presas de hasta 6 kilómetros.
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Según los oficiales de tránsito, la situación es tan complicada que un tráiler tarda hasta cuatro minutos en pasar por este sector.
Otro hundimiento en el kilómetro 47 había obligado a realizar una importante intervención en el 2010, el mismo año de inauguración de la carretera.