Los vecinos de Corralillo volvieron a transitar desde este domingo por la ruta nacional 228, que comunica esa comunidad con Cartago, carretera que quedó deshabilitada desde setiembre por un enorme hundimiento.
Fueron los propios lugareños los que encargaron y pagaron los trabajos para rellenar y lastrear la vía, desatendiendo las advertencias del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), según el cual se requieren estudios más profundos para buscar una solución duradera al problema geológico en ese sector, que reduzca los riesgos para los conductores.
A pesar de esas advertencias, el viernes comenzaron los trabajos para reabrir el paso, que también comunica a Corralillo con Patio de Agua, San Martín, San Joaquín, San Antonio y Río Conejo. Para llevarlos a cabo, pobladores y empresarios de trasporte aportaron dinero para comprar material y pagar la maquinaria, pues ya no están dispuestos a esperar acciones del Estado que no llegan.
Los obras terminaron el domingo con el lastreado y la colocación de cintas de precaución en este punto, a 500 metros del cruce a Copalchí.
“Ya se logró finalizar la primera etapa del trabajo, nos falta encauzar el agua antes de que llueva; hacer un cordón de caño es lo que nos tiene corriendo para así estabilizar y dar más seguridad”, comentó Juan Carlos Navarro, presidente de la Comisión Ruta 208.
Los vecinos mostraron su complacencia y celebraron que ya no tengan que hacer grandes recorridos por rutas alternas, los que implicaban más tiempo y más gasto de combustible.
“Ya pasé ayer (lunes) y hoy (martes) por ahí y gracias a Dios todo muy bien, me ahorré 35 minutos para llegar a mi trabajo. Seis meses después, sin recibir ayuda del Gobierno, no quedaba otra opción que tomar la iniciativa por parte del pueblo para resolver el problema por el momento “, comentó Navarro.
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Yerling Hernández, otra pobladora, también celebró este trabajo. Según dijo será de gran ayuda pues las otras vías no son seguras para ningún vehículo.
“Nosotros tenemos moto, pero el otro camino que estábamos usando es muy peligroso, este es mucho mejor, incluso para los autobuses. Para viajar por San Juan la calle es muy angosta, en bus se dura casi dos horas, en carro una hora y en moto unos 45 minutos. Abrieron otra más cerca pero es muy peligrosa también porque es muy angosta y resbalosa”, recalcó.
Otros vecinos que viajaron en bus aseguraron que lograron ahorrarse una hora para llegar a Cartago. La unidad de transporte público, dijeron, pasó sin ningún problema por el tramo reparado.
Por su parte, el Conavi explicó que aunque la intención era colocar un puente, la Dirección General de Puentes del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) les informó en febrero de que no es posible colocar la estructura.
“Por las condiciones y criterios geológicos, la longitud del puente requerida en la zona corresponde a un puente de 100 metros, compuesto por dos tramos con una pila en el centro, que por motivos de la misma inestabilidad del sitio no es viable”, argumentó la Unidad.