El asfaltado de la carretera entre Guacimal y Santa Elena de Monteverde, en Puntarenas, ya no estará listo en setiembre como lo prometió la administración anterior cuando iniciaron las obras.
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El temor de los vecinos es que tampoco logren tener la vía –por la que han esperado más de una década– en Navidad, que fue la segunda fecha que se dio para concluir el proyecto a inicios de este año.
Además, les preocupa la calidad de las obras que recibirán.
El nuevo desvelo se originó con un informe del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) de la Universidad de Costa Rica, según el cual el material que se coloca en la subbase del pavimento no cumple con las especificaciones de durabilidad y resistencia requeridas.
“Empezamos a detectar que había serios problemas con el material que se extraía del kilómetro 13, es un proyecto de 17 kilómetros y hay una serie de afectaciones a los vecinos y a los usuarios principalmente por el polvo, empezamos a notar que el material que se colocaba tenía comportamiento sospechoso técnicamente, era muy frágil, se fracturaba de forma muy fácil y generaba este problema de polvo, se hacen ensayos para determinar el cumplimiento de este material (...)
"Hicimos un primer ensayo, obtuvimos resultados de incumplimiento de las especificaciones, para estar seguros se hizo un ensayo posterior y con los resultados obtuvimos la confirmación de que el material que se estaba colocando no cumplía con las especificaciones de durabilidad y resistencia”, explicó Roy Barrantes, coordinador de la unidad de gestión y evaluación del Lanamme.
El ingeniero aseguró que la semana pasada se advirtió al Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) sobre esta situación, con el fin de que tome las acciones necesarias pues este material solo se ha colocado en dos de los 17 kilómetros a intervenir.
José Luis Vargas, coordinador de la Comisión pro Carretera a Monteverde aseguró que en los últimos meses la actividad en el proyecto se redujo a niveles mínimos, así como la presencia de maquinaria en el sitio, por lo que temen que la carretera no les sea entregada ni siquiera en el primer trimestre del otro año.
“Una situación más compleja y es que resultados de laboratorio comienzan a indicar que materiales utilizados no cumplen con especificaciones técnicas del proyecto pero además en junio la empresa nos indica que tienen una deficiencia importante en capital de trabajo (...) A mediados de julio que fue la última reunión la gerencia reconoció deficiencia de liquidez”, manifestó Vargas.
Según el representante comunal, la constructora (Grupo Orosi) les aseguró que estaban muy cerca de solucionar el problema de recursos mediante un mecanismo de financiamiento “que estaba prácticamente aprobado”. La promesa era que el proyecto se reactivaría en agosto, pero hasta este jueves no había ocurrido.
No obstante, la mayor preocupación en este momento es el tema de la calidad de los materiales, pues más que el tiempo que tarden en entregarles la obra, requieren que sea duradera.
La Nación consultó al Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) y al Ministerio de Obras Públicas y Transportes sobre el estado de las obras y la calidad del material pero no se obtuvo respuesta.
Sin embargo, durante una reunión con vecinos de Monteverde, que tuvo lugar este jueves y que fue transmitida por el medio local Zona Alta Medios, el gerente de construcción del Conavi, Pablo Contreras aseguró a los pobladores que el material será retirado.
“Efectivamente el material ha tenido sus problemas, lo cual no ha cumplido a cabalidad el requerimento. Hay 10 requerimientos que tiene que cumplir el material y está incumpliendo en tres, pero no significa que esas tres tienen calificación de cero, es simplemente en algunas es por poco que no está cumpliendo”, dijo Contreras.
El funcionario aseguró que en el momento que se empezó a construir el proyecto no tenían cómo verificar la calidad del material y que la empresa a cargo les aseguró que el producto sí cumplía, por lo que acordaron colocarlo con la condición de que si este no cumplía con los requerimientos la empresa debía retirarlo.
“El material cuando entra la empresa nuestra de laboratorio detecta que el material no está cumpliendo y el Lanamme dice no está cumpliendo, el material va a ser retirado”, afirmó el ingeniero.
El asfaltado de los 17 kilómetros de carretera tiene un costo de ¢6.300 millones e incluye el pavimentado de la vía, la construcción de muros de estabilización, colocación de base de carpeta asfáltica, señalización horizontal y vertical y sistemas de protección de seguridad vial.
Además se deben intervenir 23 puntos con problemas de inestabilidad de taludes, incluida una falla geotécnica que se activó en el kilómetro 13, tras el terremoto de Sámara del 5 de setiembre del 2012.
El plazo inicial de ejecución de este proyecto era de 450 días.
Los vecinos de Monteverde llevan esperando por la carretera más de una década.
Anteriormente el proyecto había sido ofrecido en el 2014 cuando el entonces ministro de Obras Públicas, Carlos Segnini, prometió que se licitaría en el 2015.
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Una promesa similar se hizo en el 2013, cuando el jerarca del MOPT del momento, Pedro Castro, aseguró que para lograr el tan ansiado asfalto buscaría variar un contrato de ¢1.000 millones para relastreado de la vía y aumentarlo a ¢4.700 millones necesarios para el pavimento.
En el 2011, el exministro Francisco Jiménez fue más cauto y ante constantes manifestaciones vecinales, aseguró que harían las mejoras necesarias a la vía para que los vehículos livianos pudieran transitar sin problemas, eso sí manteniéndola en lastre.
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En el 2008, durante la gestión de Karla González también se prometió a los vecinos que la carretera sería completada hasta Monteverde en el 2009.