La inundación en un sector de la Interamericana norte, el sábado anterior, donde más de 20 vehículos quedaron atrapados tras el desbordamiento del río Naranjito, ocurrió en una de las zonas de obras abandonadas del proyecto de ampliación Barranca-Limonal.
En ese sector, ubicado a unos 2 km de la entrada del plantel de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), los vehículos fueron cubiertos por el agua que quedó empozada en medio de los desniveles existentes entre la carretera en uso y el trazado de la vía, que hasta el año pasado estaba en construcción.
Los trabajos en ese punto, así como en el trayecto de 50 km que comprende la obra, fueron suspendidos desde finales del año pasado. A ambos lados de la vía se mantienen materiales, así como trabajos inconclusos en taludes, además de cunetas tapadas, árboles cortados y muros de piedra, como los que se observaban a un costado del lugar de la inundación.
A pesar de estas condiciones, el ministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador Jiménez, negó que el estado de la carretera fuera la principal causa del anegamiento que afectó a los vehículos.
En un audio enviado a través de la oficina de comunicaciones, Amador achacó lo ocurrido a las condiciones de marea alta y la crecida de los ríos, incluso mencionó el eclipse anular de ese día como una de las posibles razones del crecimiento en las mareas.
“Hubo un eclipse al mediodía, ese día, eso afectó mareas, la marea estaba alta y venía del río con crecidas y cabezas de agua (...) Se hizo un cierre preventivo por el mismo efecto, cuando se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo, pues la gente se sacó a pie (...) estamos ordenando una investigación para verificar aguas arriba y aguas abajo cuál es la condición de esos ríos”, afirmó.
El jerarca aseguró que la posibilidad de que los trabajos suspendidos influyeran en la emergencia se determinará a partir de un informe que se elaborará.
Por el momento, sostuvo que la “única solución” es un dragado integral en la cuenca del río, cuyo costo es de alrededor de $1 millón, sin embargo se requieren estudios y permisos. Asimismo adelantó que no hay recursos para realizar ese tipo de intervenciones en todos los cauces que lo requieren.
“Entonces, en este momento el plan es hacer los dragados por la emergencia en la que estamos (...) vamos a intervenir puntualmente hasta donde se pueda, pero se ocupa un manejo preventivo en todas las cuencas del Pacífico”, añadió.
Según Amador, se tenía previsto que este lunes comenzaran los trabajos preventivos que fueron contratados a la empresa Conansa, como parte de un plan de protección de las obras suspendidas y elementos de seguridad vial en Barranca-Limonal. En tres meses, indicó, iniciaría otra intervención de alrededor de $15 millones para completar los segmentos que ya están en lastre.
En relación con el puente sobre el río Naranjito, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) comunicó el domingo que se realizó una inspección para descartar daños en la estructura antes de la rehabilitación del paso vehicular.
Estudios de manejo de agua
La situación de riesgo de ese tramo en abandono es conocida por el MOPT desde hace meses. Tanto así que la institución gestionó la contratación de urgencia citada por el jerarca, con la cual se pretende realizar labores de estabilización y seguridad vial en los tramos donde hay trabajos a medio terminar.
Incluso, en febrero del año pasado cuando las obras aún estaban en construcción el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales advirtió mediante un informe que los estudios hidrológicos e hidráulicos realizados para las labores de drenaje del proyecto carecían de la certeza requerida para la revisión y diseño de tales trabajos.
Esas labores se referían a “la capacidad que tendría este tramo de carretera de prevenir inundaciones sobre la superficie de ruedo en caso de fuertes aguaceros o eventual desbordamiento de ríos”, citaba ese documento.
Posteriormente, en agosto de ese mismo año la Auditoría del MOPT también señaló los riesgos presentes en el proyecto y destacó deficiencias en los materiales y la necesidad de intervención de algunos taludes.
Los trabajos de ampliación de los 50 km entre Barranca y Limonal, así como en La Angostura, a la entrada de Puntarenas, se encuentran detenidos desde noviembre del año pasado. Inicialmente, el Ministerio pretendía que se diera una cesión contractual pero ese plan no se concretó.
Ante la situación, la empresa H Solís, contratada para ese proyecto, presentó en junio una solicitud de finiquito alegando que la paralización de los trabajos se debió a problemas de expropiaciones, atrasos en pagos de facturas, así como la suspensión prolongada de las obras y el intento fallido de ceder el contrato.
Sin embargo, la Unidad Ejecutora declaró el abandono del proyecto, razón por la cual las partes iniciaron un proceso de arbitraje para definir los términos del finiquito del contrato y la eventual indemnización que reclama la constructora.
El pasado 22 de agosto, el viceministro de Infraestructura, Efraím Zeledón, aseguró ante los diputados de la Comisión de Guanacaste que las obras alcanzaron un 18% de avance tras haber consumido más de dos años del cronograma y unos $34 millones del presupuesto.
El Gobierno anunció que el préstamo con el que se construía dicha ruta sería redirigido a la construcción de la carretera a San Carlos, mientras que para terminar la obra en la Interamericana se gestiona un nuevo crédito con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y será necesario realizar un nuevo proceso de licitación.
Obra sin terminar
H Solís y MOPT inician arbitraje para resolver finiquito de obras en Barranca-Limonal
Ampliación de tramo Barranca-Limonal sin contratista y cerca de quedar sin financiamiento
Obras en Interamericana Norte podrían quedar incompletas, advierte Auditoría
Estudios para drenajes de vía Barranca-Limonal no son confiables, dice Lanamme