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Científico costarricense participa en estudio internacional sobre molécula contra cáncer de mama

Microbiólogo Javier Mora forma parte de equipo internacional que busca solventar cáncer de mama; estudios de momento se realizan con ratones, pero confía en avanzar a ensayos clínicos

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Costarricense que estudia molécula contra cáncer de mama explica sus investigaciones
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Costarricense que estudia molécula contra cáncer de mama explica sus investigaciones

El microbiólogo costarricense Javier Mora Rodríguez es parte de un equipo internacional que estudia el poder de una molécula para combatir el cáncer de mama.

La molécula se llama interleucina-38 (IL-38), y tiene la habilidad de regular el sistema inmunitario. Junto con científicos de España y Alemania, ha estudiado por años cómo este compuesto podría utilizarse para ayudar a combatir la enfermedad.

La esperanza de estos científicos es conseguir una inmunoterapia. Las inmunoterapias procuran fortalecer las células del sistema inmunitario para que ataquen a las cancerosas y las destruyan, pero sin hacerle daño a las células sanas en el proceso. Estos tratamientos se utilizan solos o en combinación con otras terapias.

En sus estudios, los investigadores vieron que, al inactivar esta molécula y “neutralizarla”, se puede estimular el sistema inmunitario y despertar un tipo específico de células de defensa, esto mejoraría la respuesta inmunitaria contra el tumor y aumentaría la efectividad de la quimioterapia.

Los resultados de estas pesquisas fueron publicados en la revista Journal for ImmunoTherapy of Cancer.

De momento, solo ha podido comprobarse en células de laboratorio y en ratones. Sin embargo, estos pasos en ciencias básicas son necesarios antes de probarse en seres humanos.

“Un grupo significativo de pacientes no reacciona a la inmunoterapia actual. Decidimos explorar vías adicionales que puedan influir en la respuesta inmunitaria antitumoral y mejorar la eficacia futura de los tratamientos existentes”, especificó Mora en entrevista con la Universidad de Costa Rica (UCR).

Ellos se concentraron en un subtipo de cáncer de seno. Existen varios tipos de cáncer de mama que no se tratan por igual porque sus características son diferentes. Los investigadores se concentraron en el cáncer de mama metastásico (en donde las células cancerosas se expandieron a otras partes del cuerpo) y el triple negativo. El cáncer triple negativo tiende a crecer y propagarse más rápido, por lo que resulta en menos opciones de tratamiento, así como un peor pronóstico.

“Este tipo de cáncer no responde bien a las inmunoterapias. Por eso, es necesario buscar nuevas estrategias para reactivar esa respuesta inmunológica que ataque al tumor”, explicó el especialista.

Javier Mora Rodríguez estudia una molécula contra cáncer de mama.

Fotografía: Laura Rodríguez Rodríguez / UCR
Él es Javier Mora Rodríguez, es microbiólogo y forma parte de un equipo internacional que estudia una molécula que podría tener potencial contra el cáncer de mama. Fotografía: Laura Rodríguez Rodríguez / UCR

Investigaciones previas que Mora realizó determinaron que la interleucina-38 (IL-38) ayudaba a mantener el equilibrio en el cuerpo, porque evita que las respuestas inflamatorias se descontrolen.

Sin embargo, en el cáncer funciona diferente y su acción normal más bien podría actuar a favor del cáncer.

¿Cómo? En este escenario, la IL-38 “apaga las alarmas” del sistema inmunitario y les permite a los tumores “crecer sin ser molestados”.

Con esto en mente, los científicos quisieron ver si inactivar la IL-38 permitiría liberar las defensas del cuerpo y darles la oportunidad de atacar al cáncer de manera más efectiva.

El equipo trabajó con ratones genéticamente modificados para desarrollar tumores similares a los vistos en seres humanos.

Concluyeron que, al bloquear la IL-38, se ralentizó el crecimiento de los tumores en los ratones.

Pero eso no fue todo, la inactivación trajo aliados. Las células T γδ (gamma-delta), conocidas por su habilidad para reconocer las células cancerosas, comenzaron a crecer alrededor del tumor.

Estas células, que normalmente no se ven en muchos cánceres, parecían tomar un papel protagonista en la batalla. Además, su presencia atrajo a otro grupo de células importantes del sistema inmunitario: las células dendríticas convencionales (cDC1). Estas últimas células son fundamentales para activar las células CD8+T: “los soldados más letales” del sistema inmunitario.

“Vimos que (las CD8+T) eran capaces de atacar a las células cancerosas y reducir el tamaño de los tumores”, dijo Mora.

La nueva molécula “le quitaría el disfraz” a las células cancerosas para que el sistema de defensas pueda reconocerlo. Los tumores son capaces de “disfrazarse”, esto los hace resistentes a la quimioterapia y a la inmunoterapia actual.

Sin embargo, al neutralizar la IL-38, era como si el cáncer dejara el disfraz: el sistema inmunitario puede ver con claridad al adversario y atacarlo directamente.

Una vez con estos resultados, el equipo decidió ir un paso más allá. Combinó la molécula con quimioterapia y la aplicó a otro grupo de ratones con el mismo tipo de cáncer.

Andreas Weigert, investigador alemán que trabaja con Mora, dijo a la UCR que la quimioterapia induce la muerte de las células tumorales. A su vez, las células tumorales moribundas liberan más IL-38. Por ello, pensaron que bloquear la IL-38 mejoraría los resultados.

Estos mostraron que la neutralización de la molécula no solo activaba el sistema inmunitario, además hacía que el tumor fuera más vulnerable a la quimioterapia.

Estos resultados no son aplicables a seres humanos y no necesariamente funcionarían en las pacientes con cáncer de mama triple negativo o metastásico. Por ello son necesarios ensayos clínicos en personas para ver si, en un futuro, las pacientes tendrán nuevas opciones.

Por ahora, los científicos confían en que esta sea una puerta para los tumores que casi no tienen opciones terapéuticas.

Y esto no solo sería opción para tumores de seno. Hay otros, como el glioblastoma multiforme, un tumor cerebral maligno que no funciona de forma eficiente con la inmunoterapia. Bloquear la IL-38 podría dar una esperanza para estos pacientes, aunque para eso se necesitan todavía más estudios.

Irene Rodríguez

Irene Rodríguez

Periodista de Ciencia y Salud. Trabaja en La Nación desde 2009 y en periodismo desde 2004. Graduada de Comunicación Colectiva en la Universidad de Costa Rica, donde egresó de la maestría en Salud Pública. Premio Nacional de Periodismo Científico 2013-2014. Premio Health Systems Global 2018. Becada del Fondo Global de Periodismo en Salud 2021.

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