La diputada Suray Carrillo apenas si duró 36 horas en la jefatura de la fracción legislativa del Frente Amplio. A través de un mensaje en un chat de congresistas, poco después de las 6 p. m. de este martes, Carrillo informó de que presentaba su renuncia al cargo, sin ahondar en mayores razones.
La salida de Carrillo de ese puesto se hace efectiva después de que, el lunes, ella emitiera un voto nulo en la tercera votación para elegir presidente legislativo, con lo cual favoreció el nombramiento del diputado evangélico Gonzalo Ramírez como jerarca del Directorio del Congreso.
El legislador alajuelense y precandidato presidencial Edgardo Araya confirmó que recibió el mensaje por vía de chat y añadió que fue un mensaje de varias líneas.
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La Nación le consultó a Araya, a las 6:52 p. m. de este martes, cuáles razones expuso Carrillo para renunciar a la jefatura; sin embargo, el diputado respondió -también a través de un mensaje de WhatsApp- que recién se estaba enterando de la decisión de su compañera de partido.
El voto de Carrillo fue nulo en la votación definitiva porque lo hizo a favor del también frenteamplista Gerardo Vargas Varela, quien no estaba habilitado para ser candidato por la presidencia legislativa en ese turno. Por eso, el voto se anulaba y se le sumaba al candidato que recibiera más votos, que fue Gonzalo Ramírez.
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Vargas Varela hizo lo mismo, votó por él mismo y anuló su voto, lo que provocó que algunos sectores del FA los criticaran fuertemente e incluso evalúen acciones a nivel político.
A los 26 votos válidos que recibió el cristiano Ramírez se le sumaron los de Carrillo y Vargas Varela, así como los de Ligia Fallas y Jorge Arguedas, también del Frente Amplio. Además, los de los independientes Carmen Quesada y Carlos Hernández. El último voto sumado a Ramírez fue de Mario Redondo, que también era nulo.
A raíz de esta situación, el secretario general del FA, Rodolfo Ulloa, informó este martes de que pediría al Tribunal de Ética partidario iniciar un proceso para expulsar a Fallas y Arguedas de la agrupación, por haberse aliado en un grupo disidente con Quesada y Hernández (llamado el G4) y haber facilitado la elección del legislador cristiano.
En cuanto a Carrillo y Vargas Varela, Ulloa pediría sanciones fuertes, aunque no la expulsión.
La Nación intentó conversar con Carrillo para conocer las razones de fondo de su renuncia; sin embargo, no respondió las llamadas telefónicas que se le hicieron.
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Después, Vargas Varela llamó a este medio para conocer detalles de lo publicado, pues aseguró que no había recibido mensajes de parte de Carrillo en ninguno de los chats de los que él forma parte.
Explicó que él, al igual que los otros diputados, también fue convocado este martes por la Comisión Política del Frente Amplio, pero que se tuvo que excusar por una situación familiar muy delicada.
En cambio, Fallas criticó duramente a Ulloa por su actitud hacia Carrillo. "Me duele que, en un partido que se hace llamar feminista, le aplica todo el patriarcado a una mujer que hizo lo correcto, respetar un acuerdo de la bancada. Ella no cometió ningún error, se mantuvo firme y respetó un acuerdo de la bancada", comentó Fallas.
Y añadió: "preocupa muchísimo saber que, cuando el jefe, que era un varón, un macho alfa, que era Gerardo Vargas, vota por Celso Gamboa para magistrado de la Sala Tercera, no vimos nunca a Rodolfo Ulloa pidiendo su cabeza ni que dejara la jefatura, pero le aplican todo el peso del patriarcado a una mujer valiente, que ni la dejan estar un día en la jefatura".
Al cierre de esta nota, la Comisión Política del FA se mantenía reunida para analizar la situación el partido con respecto a los disidentes.