“Desde el primer momento que entré en la oficina de él comenzó a acosarme, solo decirme cosas, no sé si son piropos, me hace sentir incómoda. Me dice que soy linda, que qué estoy haciendo para estar tan guapa, me dice cosas acerca de mis ojos... el día que entré me dijo: ‘dichoso yo que me miran esos ojos’. Cuando estaba sola, me hizo sentir muy incómoda e impotente de no poder decirle nada, porque él era el jefe mío, tenía miedo si le decía algo, por tener más autoridad que yo y que eso me pudiera perjudicar en el resultado o calificación de mi práctica profesional”.
Este es parte del relato de una alumna del Colegio Técnico Profesional de Puriscal que denunció el pasado 6 de diciembre al jefe de la Policía Municipal de ese cantón josefino por acoso y hostigamiento sexual. Los hechos presuntamente habrían ocurrido a partir del 25 de octubre, cuando la joven de 18 años comenzó su práctica profesional en el Departamento de Seguridad Ciudadana y Control Vial del Ayuntamiento, del cual está a cargo el jefe policial, de apellidos Quesada Obando y con 38 años.
La Nación tuvo acceso al documento de la denuncia recibida el 7 de diciembre, tanto en el Departamento de Recursos Humanos como en la Auditoría Interna del municipio, como lo confirman los sellos. La queja fue tramitada por la coordinadora de la Oficina de la Mujer, Mabel Salazar Ramírez.
El caso también fue confirmado a este diario por el director regional del Ministerio de Educación Pública, Francisco Corella Rojas, quien aseguró que ya brindaron apoyo psicológico a la estudiante.
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En la denuncia, la joven manifestó que sentía mucho temor cuando se quedaba a solas con el oficial e incluso, una vez él se le acercó a tocarle el hombro y le dijo ‘¿por qué se asusta?’. Asimismo, narró que le preguntaba por el novio y que le decía que lo cortara porque era muy “feo” y que él le pagaba el divorcio si se llegaba a casar con ese novio. La muchacha relató que esos comentarios la hacían sentir muy mal e incómoda y que el hombre incluso la acosaba fuera de la Municipalidad.
“Me pidió que lo acompañara a realizar una diligencia fuera de la institución, al ser mi jefe yo tenía que acompañarlo. Me llevó a Correos de CR a recoger un paquete de él, al salir del lugar me agarró de la cintura y me dijo: ‘cosita bonita, vamos del lado donde pueda lucirla más’; me llevó hacia el parque donde nos topamos con una compañera de él, regidora, la saludó y le dijo: ‘vea ella es mi nueva novia’, yo no sabía ni que hacer, ni qué decir, sentía vergüenza y miedo, me topé además a mi papá que me vio con él, yo le tuve que explicar a mi papá que él me pidió que lo acompañara, que era mi jefe”, narró la estudiante.
La denunciante señaló que luego de un mes ya no soportaba más la situación, pero que como no sabía cómo decirle al policía que parara y tenía miedo, decidió hablar con la encargada de la práctica profesional y con la asistente de Archivo de la Municipalidad, quien a su vez dio aviso a la encargada de Recursos Humanos, misma que luego la trasladó de oficina para que ya no laborara en el mismo espacio físico que Quesada Obando.
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Dos días después de llegar a la nueva oficina, agregó, el policía pasó, la tomó del brazo y le dijo “me abandonaste”, con un tono que a ella no le gustó. Destacó que no había denunciado los hechos antes porque temía que eso le afectara en la calificación de su práctica profesional, pero que decidió hacerlo porque luego “puede venir otra estudiante y (el policía) puede hacerle hasta algo peor”.
La alumna relató que cuando laboró en la oficina del policía no quería ir a la Municipalidad e incluso pensó en inventar que tenía que ir al hospital para obtener un justificante y ausentarse. “Sentía demasiado feo estar ahí con él. Me pasaba diciendo además que disfrutara de la vida, que estaba bien ser infiel, me hacía sentir mal (...) Ya me daba más miedo quedarme ahí sola, no podía ni usar mis audífonos para estar atenta por si él entraba, el tiempo se pasaba muy lento”, añadió.
Al final de la denuncia, la joven manifestó que sus padres y su novio le reprocharon haber salido de la oficina con el policía, pero recalcó que no supo cómo actuar. “Yo soy muy tímida, no dije nada porque no sabía a quién acudir, no quería normalizar las cosas que él me hacía, por dicha se habló con la encargada de Recursos Humanos para que me sacara de ahí”, concluyó.
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Relación de poder
En las consideraciones de fondo de la denuncia, la coordinadora de la Oficina de la Mujer señaló que la Municipalidad es responsable de crear un ambiente libre de violencia de género y que lo sufrido por la estudiante fue una posible relación de poder, dada su edad, sexo y posición jerárquica, ya que estaba en estado de indefensión y vulnerabilidad frente al jefe policial.
“Este hostigamiento sexual es una de las manifestaciones más frecuentes a nivel laboral, es una práctica discriminatoria por condición de género que debe ser sancionada, ya que ha provocado profundas consecuencias emocionales y psicológicas en la víctima durante la realización de su práctica profesional colegial, en donde manifiesta temores, incertidumbre, ansiedad, inseguridad, evitación a la institución, humillación, entre otros”, agregó.
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La Nación intentó conocer más sobre el proceso que lleva el Ayuntamiento para atender el caso, pero el vicealcalde Miguel Mata alegó que no pueden “hablar nada al respecto” ya que están a la espera de que la Defensoría de los Habitantes les dicte el procedimiento que deben seguir. También confirmó que aún no han notificado al jefe policial a pesar de que la denuncia fue puesta hace más de dos semanas.
Precisamente, por esa razón, cuando este medio intentó hablar con el oficial Quesada Obando, respondió que no iba a referirse al tema porque aún no ha sido notificado. “No tengo idea de qué es”, dijo.
Igualmente, cuando se le consultó por la denuncia al director del Colegio Técnico Profesional de Puriscal, Jorge Cordero Amador, tampoco quiso referirse al tema y alegó que se le debía preguntar al director regional del MEP. Este último respondió que de su parte únicamente se han activado los protocolos que corresponden y se le ha dado “contención” a la estudiante, ya que como no pudo terminar su práctica en la Municipalidad se le buscó otro lugar para que la finalizara.
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Fuentes policiales confirmaron a este periódico que el oficial denunciado anteriormente laboró en las municipalidades de San José, San Rafael de Heredia y Moravia, en donde también ocupó puestos de jefatura policial.
De acuerdo con la Ley contra el Hostigamiento Sexual en el Empleo y la Docencia, “las sanciones por hostigamiento sexual se aplicarán según la gravedad del hecho y serán las siguientes: la amonestación escrita, la suspensión y el despido, sin perjuicio de que se acuda a la vía correspondiente, cuando las conductas también constituyan hechos punibles, según lo establecido en el Código Penal”.
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