Creer en milagros es cuestión de fe: un sentimiento religioso que, esta semana, movilizará a ocho millones de católicos al Vaticano, en Roma, para celebrar la canonización de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII, el domingo 27 de abril.
Entre la multitud de idiomas, lenguas y dialectos que se congregarán en la plaza de San Pedro para tan extraordinario acontecimiento, el acento tico es escuchará con un eco muy especial.
La sorprendente curación de la costarricense Floribeth Mora Díaz, de 50 años y vecina de La Unión, le permitió al fin a la Santa Sede elevar a la santidad al polaco Karol Wojtyla, el Papa amigo que visitó nuestro país en 1983.
“Para mí siempre fue un santo. Me podrán decir que estoy loca, pero yo estaba en una cama, los médicos habían dicho que iba morir, oré con fe y Juan Pablo II intercedió por mí y me curó”, afirma esta mujer.
Doña Floribeth sanó de un aneurisma cerebral, el 1.° de mayo del 2011: el mismo día en que Juan Pablo II fue designado beato. Ella es, precisamente, una de las invitadas de honor en la ceremonia de canonización de los dos pontífices.
La ocasión también será celebrada en Costa Rica, donde la Iglesia prepara vigilias, cantos y jornadas de oración.
“Esto es un signo de que Dios ama a Costa Rica. Escogió para santificar a Juan Pablo II a una mujer sencilla, que nació en barrio Cristo Rey, una comunidad olvidada por muchas instituciones. Es una historia de humildad y fe”, expresó el sacerdote Sergio Valverde, encargado de las actividades.
La vigilia en honor a los dos nuevos santos se realizará en el Estadio Nacional, en La Sabana, desde las 10 p. m. del sábado 26 de abril hasta las 6 a. m. del domingo 27.
El evento es organizado por Obras del Espíritu Santo e incluye la participación de músicos, espectáculo de luces e historias de católicos que creen en milagros.
La actividad es totalmente gratuita y las entradas se distribuyen en parroquias de los barrios del sur de San José y en la sede de Obras del Espíritu Santo, en Cristo Rey.
En el barrio. Donde vive hoy Floribeth Mora, en La Unión, los vecinos también se preparan con rezos y madrugarán el domingo 27 de abril, a las 2 a. m., para seguir por Internet y televisión la misa de canonización, donde Mora llevará una reliquia del Papa: un tubo de ensayo con sangre del santo.
“Ella nunca ha cambiado su forma se ser. Hay quienes no creen en el milagro, pero uno vio que ella estaba en cama, que no podía ni levantar un lapicero y al verla como está ahora, uno cree definitivamente en este milagro”, sostuvo su vecina Rosela Castro.
En Paraíso de Cartago, el sacerdote Donald Solano fue quien escuchó, por primera vez, el testimonio de Mora y también organizará en esa parroquia una vigilia para el sábado 26, desde las 8 p. m.
“Floribeth vino en julio del 2011 y visitó el templo porque quería ver la reliquia de Juan Pablo II. Ese regalo de Roma llegó a la parroquia en junio del 2011. Al día siguiente de que vino, me contó su testimonio y ahí empezó todo un proceso que no imaginé que nos trajera esta enorme bendición para Costa Rica”, manifestó el religioso.
Luego de la selección del caso costarricense por parte del monseñor polaco Slawomir Oder, empezó un largo proceso de evaluación que culminará en una fiesta de fe para el mundo católico.
En esta gran celebración, Juan Pablo II llegará a la santidad de la mano de un milagro tico.