San Joaquín (Flores). Había una vez, hace 50 años, un conocido cafetalero del cantón que decidió llevar hasta su casa uno de los cuentos a los que Walt Disney le dio vida con dibujos animados en 1937: Blanca Nieves y los siete enanos.
El relato no está muy claro, pero lo cierto es que el finquero empezó con solo tres de las figuras del cuento de hadas de los hermanos Grimm.
Para entonces seleccionó a un enano que toca la guitarra y a otros dos que parecen cantar. Y de ahí no pasó la historia.
Hace apenas cinco años, Aidé Murillo, dueña de la casa, quiso retomar la idea de su desaparecido tío Julio Barrantes Madrigal y decidió mandar a fabricar el resto de los enanos y una versión de Blanca Nieves, tal y como la idearon en Disney cuando pensaron en los dibujos animados.
Desde entonces el patio de esta casa, ubicada 150 metros al norte de la Escuela de Estados Unidos de América, cuenta con todos los personajes del cuento de la bella princesa.
Según explicó Marielos Ruiz, prima de la propietaria de la vivienda, también se decidió construirles una pequeña cabaña, similar a la que sale en la producción de Walt Disney.
Esto ha hecho del lugar uno de los atractivos de San Joaquín. Tanta popularidad ha tenido la casa que es tomada en cuenta hasta para dar las direcciones locales.
“Aquí la gente dice: 'De la casa de los enanitos tantos metros al este o al sur'. Nadie se pierde, es el punto de referencia para ubicarse”, contó la vicealcaldesa, Angélica Chávez.
“Siempre se ilumina durante las noches y para la Navidad se le ponen adornos y luces de la época porque los vecinos siempre vienen a ver la casita de los enanos”, comenta José Joaquín Bolaños, quien vive en la famosa propiedad.
Añade: “Desde que mi esposa (Marielos) y su tía Aidé decidieron terminar con la idea de su tío, viene más gente a ver las figuritas. A menudo llegan grupos de niños de kínder o escuela a dar una vuelta y nos piden permiso para tomarse fotografías con los enanos”, narró Bolaños.