Una grieta y varias manchas oscuras evidencian los estragos ocasionados, desde hace tiempo, por la lluvia y la humedad en el cieloraso de un quirófano del Hospital Tony Facio, en Limón.
Afuera, algunas camillas “perdieron” sus rodines o lucen las cicatrices del herrumbre, y uno de los cinco ascensores sencillamente dejó de subir y bajar, ante la falta de mantenimiento, como lo evidencia su piso carcomido.
Mientras, en la unidad de Emergencias, los pacientes tienen que esperar su turno en el suelo debido a que esa sección, al igual que otros servicios, acusa las secuelas del descuido administrativo.
“En Cuidados Intensivos, usualmente, tenemos que quitar un monitor de un paciente para ir a medir los signos vitales a otro y eso es increíble”, se quejó Julio Humprheys, jefe de terapia respiratoria.
Treinta y dos años después de su apertura, este coloso de hierro y cemento, de 22.000 metros cuadrados de área, ya no da abasto para cubrir las necesidades de los 460.000 asegurados bajo su jurisdicción.
Más daños. Aires acondicionados dañados, grifería deteriorada, luces quemadas y poco espacio también son otros problemas hallados por los interventores que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) nombró, en junio pasado, para poner orden en el Tony Facio.
La medida incluyó la separación de cuatro funcionarios de alto rango: Daver Vidal, exdirector del hospital; Marta On, directora administrativa; Erick Montoya, jefe de gestión y mantenimiento; y Raúl Sánchez, jefe administrativo de mantenimiento.
Actualmente, estas personas enfrentan un proceso administrativo y se exponen a eventuales sanciones, detalló Wilman Rojas, director regional de la CCSS.
“Las cosas cuando llegamos eran bastante críticas, teníamos problemas a nivel de infraestructura, todo lo que era ascensores estaba en malas condiciones. Hay cinco ascensores y todos estaban malos”, comentó Janitza Zamora, jefa de mantenimiento .
Por su parte, Hendrick Miles, actual director del hospital, no se anima a enlistar las necesidades de equipo del centro hasta que termine un estudio que va a precisar qué compras se deben hacer.
Pista clave. La presa de cirugías fue el síntoma más visible que permitió a los interventores detectar el problema que el Tony Facio arrastraba desde hacía tiempo.
“Múltiples quejas por las listas de espera en el hospital fue lo que detonó una auditoría, pero esta reveló que había más cosas mal como: falta de ropa, mala organización y equipos sin mantenimiento, entre otras cosas”, detalló Wilman Rojas, director regional de la Caja.
Según la Dirección Médica del centro médico, hay 5.387 personas aguardando una cirugía en diferentes especialidades.
Oftalmología, cirugía general y urología son las ramas con mayor saturación. Solo en oftalmología hay 1.830 personas a la espera de una intervención; en cirugía general, 1.285; y en urología, 630.
Para tratar de reducir la lista, el hospital está optimizando el uso de sus cuatro salas de cirugía.
“No hemos considerado aún extender horarios de operación o pedir ayuda a otros centros médicos”, aseguró Luis Carlos Vega, subdirector médico.
”También estamos dando prioridad a los pacientes con lesiones sospechosas de cáncer”, agregó.
Pero los problemas con acaban ahí. Vega admitió que en especialidades como oftalmología, ortopedia y urología los asegurados deben esperar hasta nueve años para tener una cita con el médico.