Si realmente estuvieran entre nosotros, otro gallo cantaría. Pero los ejemplares que se han adueñado del paisaje del Parque de Diversiones, tienen una forma muy particular de estar: son y no son.
Diseñados para entretener a todo aquel que tenga gusto, una familia completa de once especímenes de dinosaurios, con gruñidos incluidos, estarán exhibiéndose a partir del próximo sábado 6 de diciembre en este lugar, y hasta el próximo 8 de enero.
Después de convertir los alrededores de Pueblo Antiguo en un jardín prehistórico sin disimulos, estos animalitos se quedaron a medio camino entre la verdad y la ficción, y la sombra que despliegan sobre el pasto del lugar pareciera producida por monumentales paraguas.
Fueron llegando de uno en uno: desde el conocido triceratopo, cuyo peso original estiman los paleontólogos era de 5 toneladas, hasta el delgadito parasaurólofo, que nada más pesaba 3 toneladas, aunque llegaba a medir hasta 9 metros.
Elaborados por una reunión de talentos de arquitectos, pintores, paleontólogos, ingenieros y expertos en computación, estas fieles reproducciones de dinosaurios fueron hechos por la compañía norteamericana Dinamation, y es una de las principales atracciones que tendrá el Parque Nacional de Diversiones para esta época de vacaciones.
Explicar su complicado funcionamiento interno podría desalentar la imaginación de más de uno, así que lo mejor es saber que estas réplicas animadas y rugientes de los animales que habitaron el planeta hace millones de años, estarán a la vuelta de la esquina para llevarnos sin esfuerzo a un pasado que, definitivamente, no volverá.
El precio de entrada al parque seguirá siendo el mismo: entrada general: ¢500, pase especial: ¢1.800, y pase anual: ¢8.000 (con la compra de uno, se da otro gratis).
El horario del parque es de 9 a.m. a 9 p.m.