EscucharEdad: 35 años
Estado civil: soltero
Profesión: Abogado
Puesto: alcalde de Aserrí
¿Qué panorama prevé usted para las elecciones municipales del 3 de diciembre?
Va a haber una mayor participación que hace cuatro años (solo votó el 23%), pero no masiva.
¿Algún margen que prevea?
Me parece que habrá entre un 55% y 70% de abstencionismo.
¿Por qué el pesimismo?
Es que el proceso deja mucho que desear. Vale la pena hacer una valoración profunda sobre cómo se ha hecho el proceso de elección de alcaldes. No creo que convenga volver atrás, sino fortalecer.
Parece que ve poco éxito al proceso electoral...
Van a ser unas elecciones “de mentirillas” porque el Estado le está asegurando que se van a abrir los centros de votación, pero solo ese es el aporte, no existe nada más. No se dan opciones de financiamiento para que el ciudadano conozca cómo piensan los aspirantes.
¿Qué podría salvar el proceso?
Hay que alejar la elección de alcaldes de la de diputados y presidente, para que no sean el mismo año. Debería ser a mitad del período presidencial. Además, hay que unificar la elección de regidores con la de síndicos y alcaldes, para que haya un espacio exclusivo para municipalidades. Y por último, hay que asegurar deuda política; el Estado debe apoyar económicamente.
¿Qué podría esperar el ciudadano a cambio de ese costo?
Es que también hay que trasladar más competencias a los municipios, para que de verdad los ciudadanos sientan que las municipalidades son importantes en su calidad de vida. Cuando el ciudadano piensa que las municipalidad son solo para recoger basura, se está sembrando la semilla de un alto abstencionismo.
Si la incidencia es tan poca, entonces ¿por qué un ciudadano debería ir a votar?
Porque siempre hay diferencias y puede haber opción de mejorar. Nosotros (los alcaldes) podemos ser más incidentes en el destino de los cantones, por lo que dejar de votar es dejar de incidir en el futuro. La gente tiene que ver las diferentes propuestas.
¿Ve a los partidos comprometidos con el proceso?
Ahí el tema municipal también ha quedado muy de lado. El respaldo a los candidatos es mínimo, si acaso con visitas de los líderes nacionales. No hay respaldo, en especial por falta de recursos.
¿Le satisface la organización del proceso del TSE?
Me parece bien. El TSE tiene vasta experiencia, pero el reto va a ser de nuevo que los dirigentes tengan la capacidad de tener miembros de mesa y una estructura mínima para que caminen bien los centros de votación.
¿Esos problemas los ve en todos los cantones del país?
No, en la zona rural habrá más entusiasmo, por la cercanía de los candidatos con la gente, pero en las ciudades grandes hay que manejarse por publicidad, que es donde hay problemas de dinero. Teniendo el parámetro del 2002, el abstencionismo fue muy parejo en todo el país, lo que demuestra que el problema no es de cada ayuntamiento. Se trata de menosprecio al régimen municipal.
