Si tiene medicamentos vencidos, dañados o que están en desuso y no sabe qué hacer con ellos, no los guarde más, pero tampoco los bote al basurero, fregadero o inodoro. Esto podría causar mucho daño. En su lugar, llévelos a la Universidad de Costa Rica (UCR) este viernes, donde personal especializado los desechará de la manera correcta.
Ahí los podrá entregar en la Facultad de Farmacia, en Finca 1, y la Facultad de Ingeniería, en Finca 2, como parte de una iniciativa de los estudiantes del curso “Intervenciones en Salud Pública” de la Facultad de Farmacia. Ellos reciben el apoyo del programa “Un Planeta Saludable”, una alianza entre las empresas Roche, Grupo Montecristo, Hospital Metropolitano y Geocycle.
“El consumo y la acumulación de medicamentos se ha incrementado en los últimos años, y algunas de estas sustancias se han convertido en contaminantes de nuestro ambiente. Este problema se une a otros relacionados con el uso no racional de los medicamentos y su uso inadecuado como la automedicación, la posibilidad de intoxicaciones y la falsificación o adulteración de medicamentos”, señaló Angie León Salas, docente de la Facultad de Farmacia de la UCR.
¿Cuáles medicamentos se recibirán y cuáles no?
Estos son los que sí podrán recibirse:
- Los que superaron su fecha de vencimiento o caducidad.
- Los que tienen alteraciones físicas, como daños en el empaque o presenten cambios en su presentación original.
- Los que se almacenaron en condiciones inadecuadas, como lugares húmedos o muy calientes.
- Los que se dejaron de utilizar por un periodo prolongado o que ya no se necesitan.
- Los que tienen el sello de seguridad perdido o violado, aunque no hayan caducado.
Estos no se recibirán:
- Psicotrópicos
- Estupefacientes
- Punzo cortantes (jeringas)
En estos últimos casos es mejor coordinar su desecho con un centro de salud.
El peligro de acumular o desechar mal los medicamentos
El manejo erróneo de medicamentos tiene graves consecuencias. Por ejemplo, quienes almacenan tratamientos médicos “por si acaso” elevan el riesgo de automedicación (o de recetarle fármacos a alguien más sin tener los conocimientos para hacerlo), o de que los fármacos se pongan malos y luego no sirvan. Además, el riesgo de que terminen en la basura es mayor.
Los medicamentos vencidos que siguen en casa corren el riesgo de ser usados (especialmente si no se revisa la fecha de caducidad), lo que incrementa las probabilidades de intoxicación y pérdida del efecto terapéutico.
Y los fármacos en mal estado también pueden desarrollar crecimiento bacteriano.
Desechar los medicamentos con la basura “normal” también conlleva otros riesgos. Por un lado, las botellas, cajas y etiquetas pueden ser material “de primera calidad” para quienes falsifican medicamentos.
Por otra parte, los medicamentos que se desechan en la basura o lavabo tienen un impacto ambiental muy grande: la sustancia va al ambiente y afecta aguas, suelos, plantaciones y, con esto, a los animales.
Esto no solo afecta la salud ambiental, también podría aumentar la resistencia antimicrobiana. En otras palabras, las bacterias podrían generar inmunidad hacia los antibióticos y tendríamos menos armas para defendernos si nos infectan.