El Ministerio de Educación Pública (MEP) planea sustituir los laboratorios físicos de informática por carritos móviles. Estos almacenan computadoras y son llevados por los docentes hasta las aulas para impartir las dos lecciones semanales de la nueva asignatura, llamada Formación Tecnológica.
La información trascendió en el documento Generalidades del pliego de condiciones para la contratación de un proveedor de servicios gestionados bajo con un contrato de entrega en el que se exponen los cambios que se implementan, como parte del Programa Nacional de Formación Tecnológica (PNFT).
El texto al que La Nación tuvo acceso precisa que parte del cambio incluye la incorporación de la asignatura de Formación Tecnológica de manera oficial al currículo del sistema educativo público; actualmente, esta materia se imparte solamente en 1.975 de los 4.660 centros educativos, porque son los que tienen docente de Informática.
Además, el Ministerio habla de una transformación de recursos tecnológicos con la que reemplazarán la tradicional compra de equipamiento por lotes/líneas separadas, producto de una sola fuente, por un nuevo modelo de Proveedor de Servicios Gestionados (PSG), es decir, de contratación según demanda. El documento indica que se iniciaría a partir del segundo semestre del 2025.
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“En este contexto se decide llevar a cabo la sustitución del espacio físico denominado laboratorio de informática, por Carritos/Maletas Móviles: este cambio reduce costos de inversión en la infraestructura física en el centro educativo, permitiendo mejor aprovechamiento de los recursos públicos”, se lee en el documento.
Andres Rodríguez Boza, director de Recursos Tecnológicos de Educación del MEP, señaló que al hablar de sustitución se refieren, efectivamente, a utilizar carritos, maletas u otros dispositivos que ofrezca el mercado en lugar de edificar nuevos laboratorios de cómputo que rondan los ¢20 millones.
Rodríguez aseguró que los laboratorios existentes no dejarán de funcionar y que incluso en los planos de centros educativos que se construirán se incluyen este tipo de aulas físicas.
“Estos modelos de carritos móviles existen en el Ministerio desde el 2018, son una opción para poder llevar tecnología a aquellos centros educativos que no tienen laboratorio de cómputo. Los laboratorios no se van a cerrar, se van a convertir en un aula de tecnología, abierta a la comunidad educativa”, dijo.
Según el funcionario, al usar un carrito o una maleta (imagínese una convencional solo que con compartimentos para guardar computadoras y cargarlas) no solo se puede transportar, sino también cargan las computadoras, lo que considera una ventaja en un aula en la que solamente haya un tomacorriente.
Aún no está claro si el modelo se aplicaría en todos los centros.
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La experiencia trabajando con un carrito móvil
Una docente de Informática que solicitó no revelar su identidad, trabaja con un carrito móvil en una escuela de 1.000 estudiantes en la que también hay laboratorio físico.
Su labor consiste en llevar las computadoras contenidas en el gabinete con ruedas y electricidad hasta las aulas y allí les imparte la asignatura de formación tecnológica. Para que el equipo funcione bien, debe cargar el carrito y las computadoras un día antes.
Según su experiencia, el carrito que está en la escuela desde el 2019, pero que empezó a usarse entre el 2021 y el 2022, es muy pesado por lo que para moverlo hay que hacer un esfuerzo importante, además las ruedas se tuercen. En total contiene 30 laptops que considera son “muy lentas”.
“El cambio de laboratorio a Movi-Lab ha sido muy cansado y complicado. Trabajar con esto es lo más duro, vieras el carro como suena. A mí me gustaría que la ministra (Anna Katharina Müller) viniera para que sintiera cómo es ir y venir con este carrito”, contó.
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Entre la distribución y recolecta de las computadoras se invierte casi una lección de las dos que tiene disponible a la semana por grupo. Considera que con el nuevo modelo la enseñanza se dificulta.
“Como ahora la asignatura se evalúa, los niños llevan las tareas a las casas y no las traen. Son contados los que las hacen. Ellos necesitan una base y en esta escuela no hay kínder, entonces la base se les da en primer grado. Trato de enseñarles para la vida cotidiana y así cuando lleguen al colegio les sea más fácil”, contó la educadora de primero, segundo, cuarto y quinto grado.
De los dispositivos, reconoce que aunque están ralentizados, contienen aplicaciones con las que le puede enseñar a sus estudiantes temas como algoritmos.