“Tengo un mes de trabajar. Estoy digitando desde mi casa.
Así, un poco más alegre y con nuevas expectativas se mostró ayer Michael Ureña Villalobos, de 20 años de edad, quien hace 12 años quedó minusválido luego de recibir un balazo en la columna vertebral.
El joven, quien estaba pasando una situación económica bastante difícil, dijo estar muy agradecido con las personas que últimamente lo han ayudado a salir adelante.
También contó que hubo otras personas que le hicieron promesas que hasta ahora no han cumplido.
El siguiente es un breve extracto de la conversación:
–¿Ha cambiado la vida de Michael Ureña?
–Sí. Tengo un mes de trabajar como digitador. Esto era parte de lo que quería, porque me pagan por lo que hago. Ahora quiero en el futuro crearme una empresa de cómputo.
–¿Cómo le fue con la nueva silla de ruedas que le dieron?
–No muy bien, porque es pequeña y pesada. No se adapta a muchas de mis necesidades.
–¿Qué tipo de necesidades?
–Que sea semideportiva para montarme al bus, bañarme o jugar basket.
–¿Conoce usted en qué situación está el proceso para lograr que le paguen lo dispuesto en sentencia?
–Sí, en buena parte. He hablado con los abogados y se tiene un embargo a la finca de ese señor. Creo que me van a dar como unos ¢70 millones porque una parte le toca a los abogados. Todavía no se sabe cuándo pagarán.
–Si usted lograra cobrar, ¿qué piensa hacer con ese dinero?
–Bueno, no sé, pero creo que eso sí me ayudará a crearme una empresa de cómputo y hacerme mi futuro.