Las lluvias amainaron ayer sobre Costa Rica pero sigue presente el peligro de desbordamientos, inundaciones y deslizamientos.
Esto por causa de la tormenta tropical Mitch, que se convirtió en huracán ayer a las 3 a. m. y se alejaba lentamente de la costa caribeña centroamericana, hacia el noroeste, entre el golfo de Honduras y Cuba.
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) emitió ayer una advertencia contundente: hoy continuarán los aguaceros y por eso la emergencia no ha pasado aunque a ratos deje de llover.
El temporal podría prolongarse dos días más en gran parte del país, pero principalmente en la costa del Pacífico, la zona norte y la vertiente del Caribe.
La amenaza son unas bandas nubosas en el litoral Pacífico que podrían ser succionadas por el huracán y al chocar contra las montañas provocarían fuertes lluvias.
El IMN aconsejó estricta vigilancia y precaución en áreas de alto riesgo como Palmar Norte y Sur, Ciudad Cortés, Ciudad Neily, Parrita y Quepos, y recomendó a las embarcaciones pequeñas no navegar.
Anoche, el fenómeno estaba 600 kilómetros al este de Puerto Cabezas, en Nicaragua y avanzaba a 11 kilómetros por hora y tenía vientos de 160 kilómetros por hora. Mitch era considerado como un huracán de categoría 2, pero hoy podría tomar más fuerza y alcanzar la categoría 3, en la escala Saffir/Simpson con un máximo de 5.
La Comisión Nacional de Emergencia (CNE) comunicó que hasta ayer a las 4 p. m. había 1.096 personas alojadas en albergues, nueve centros educativos afectados por el desbordamiento de ríos, al igual que 12 puentes, seis acueductos y 71 viviendas dañadas levemente por deslizamientos o inundaciones.
Dos personas muertas -madre e hija- y tres desaparecidas era el reporte oficial de víctimas causadas por el fenómeno en Costa Rica.
Responsabilidad familiar
El presidente Miguel Angel Rodríguez pidió ayer a quienes han sido evacuados que no regresen a sus casas hasta que pase la emergencia y a quienes residen en zonas peligrosas que se alejen de ellas.
"Lamentablemente no podemos bajar la guardia. Corresponde a cada familia tomar las medidas de seguridad necesarias", declaró Rodríguez a la prensa, ayer en la tarde, al salir de una reunión en la CNE, en Pavas.
Consideró prematuro contabilizar las pérdidas materiales, pero estimó que no son cuantiosas. Descartó solicitar ayuda internacional y dijo que la mayor parte de las carreteras obstruidas habían sido reabiertas y reparados muchos de los acueductos dañados.
En Coronado de Osa, unos 150 voluntarios de la Cruz Roja continuaban la búsqueda de Eva Monge Quirós, de 84 años, y de los hermanitos Lady Zúñiga Fernández y Maikol Rojas Fernández, desaparecidos en la noche del jueves cuando su vivienda fue arrastrada por una cabeza de agua.
En ese mismo hogar murieron Tatiana Rojas Zúñiga, de 10 años, y su madre, Isabel Zúñiga, de 36, mientras que la niña Cindya Fernández Zúñiga y César González Campos pudieron ser rescatados de la correntada.
Todos los menores que estaban en la casa eran hijos de Isabel Zúñiga.
Calma y alerta
Ayer, Ciudad Cortés seguía inundada por el desbordamiento del río Balzar, aunque disminuyó el nivel de las aguas. El personal del hospital Tomás Casas inició la limpieza del edificio, cuyo primer piso se había inundado. Solo operaban los servicios de emergencias, farmacia, laboratorio y ambulatorios.
El hospital provisional, ubicado en un salón multiuso, solo atendía emergencias calificadas. La Caja Costarricense de Seguro Social mantenía en alerta a todos los hospitales de la vertiente del Pacífico.
En Corredores, instituciones de socorro evacuaron con pangas a 35 personas del barrio Los Castaños, pues el desbordamiento del río del mismo nombre amplió su alcance.
Guanacaste estaba en calma pero alerta. Los comités de emergencia y sus planes estaban activados y habían llegado médicos, colchones, frazadas y agua en prevención de cualquier eventualidad. En la comunidad de Río Seco 86 personas seguían refugiadas en un albergue, a la espera de que el río desbordado el viernes volviera a su cauce.
El paso por la carretera Interamericana Sur era posible hasta Buenos Aires de Puntarenas, pero la Costanera Sur seguía cerrada debido a los desbordamientos de los ríos Tárcoles, Parrita y Coronado. También seguía obstruido el paso entre Puriscal y Parrita.
El Ministerio de Obras Públicas y Transportes pidió a los conductores evitar viajar por las zonas de riesgo.