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La onda expansiva de una explosión que se produjo ayer en la mañana en una fábrica de pólvora situada en San Rafael de Quircot de Cartago mató al trabajador Dónald Villalobos Brenes, de 27 años de edad.
La explosión, según versiones preliminares, se produjo en un local de 36 metros cuadrados en el que se muelen los explosivos.
En ese momento había almacenados en el local, construido con madera, 15 kilos de pólvora que explotaron por razones desconocidas anoche.
El estallido sorprendió a Villalobos cuando se encontraba a unos cinco metros del local. Eran las 8:20 a. m.
Con heridas en el rostro y el estómago, la víctima fue trasladada por la Cruz Roja al hospital Max Peralta, de Cartago, pero falleció en el quirófano a las 10:45 a. m.
El médico Rónald Garrote explicó que el paciente llegó en estado crítico y, pese a los esfuerzos para salvarlo, fue imposible.
Un perro guardián de las instalaciones, el cual se hallaba cerca del local, murió en el sitio.
Villalobos tenía poco tiempo de laborar en la fábrica en la que trabajan 10 personas más; él ingresó en enero pasado.
El estallido causó temor entre los vecinos pues la onda expansiva también produjo severos daños en los ventanales y en el techo de al menos dos viviendas.
La fábrica se encuentra ubicada en un área donde se han construido varias urbanizaciones.
Por esos terrenos pasa el oleoducto de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), por el que fluyen 220 metros cúbicos de combustible por hora.
El subdirector de Urbanismo de la Municipalidad de Cartago, Oscar López, dijo que la tubería de Recope es un peligro para la población ante el riesgo de explosiones similares a la de ayer.
Respuesta
Wílliam Ulate, gerente de mercadeo y distribución de Recope, dijo que el oleoducto no constituye peligro pues se halla a uno o dos metros bajo tierra.
Manifestó que cuando se tomó la decisión de que la tubería atravesara ese sector no había ninguna fábrica de pólvora.
El director de Armas y Explosivos del Ministerio de Seguridad Pública, Érick Karoliki, dijo que la fábrica fue inspeccionada el martes y estaba en regla.
El negocio pertenece a la compañía Fuegos Artificiales Internacionales (FAISA), cuyo dueño es el empresario Custodio Calvo.
Karoliki manifestó que las autoridades descartan que mediara un error humano en la explosión.
Según dijo, todo parece indicar que el mal estado de los químicos podría ser el origen del percance.
Añadió que enviaron muestras de los químicos a los laboratorios de la Universidad de Costa Rica para verificar su composición.
Un gran estruendo
Muchos pobladores de San Rafael de Quircot salieron de sus casas asustados por el estruendo.
“Yo pensé que el volcán Irazú había vuelto a despertar”, expresó Blanca Torres, cuya casa está a 25 metros de la fábrica. Dos ventanas de la vivienda quedaron destrozadas.
Antonio González, dueño de otra fábrica de pólvora ubicada a dos kilómetros del lugar del percance, dijo: “Sentí que la tierra cimbraba y un gran ruido”.
Gerardo Navarro y Claudio Marín, dos vecinos que viven a unos 300 metros de la fábrica, dijeron que oyeron un gran estruendo cuando desayunaban.
“Yo pensé que era un temblor fuerte y salí en carrera”, contó Navarro, quien vive en la zona hace más de 24 años.