Las mujeres alcanzaron una participación del 40% en la Asamblea Legislativa por primera vez en la historia, luego de que 23 de ellas fuesen elegidas para dictar leyes en el período 2010-2014.
Dicho porcentaje se consiguió 14 años después de que en 1996 el Congreso fijó una cuota mínima del 40% en la participación femenina electoral. Durante ese lapso, también transcurrieron cuatro elecciones nacionales.
Entre las décadas de los 50 y 90, las mujeres no representaron más del 20% entre el total de diputados, aunque el porcentaje sí creció conforme avanzaron los años.
Sin embargo, el mayor salto se produjo en el 2002 cuando la participación femenina subió a un 35%, con un total de 20 legisladoras.
En la elección anterior, la cifra subió al 38% con 22 diputadas.
Antes de 1949, las mujeres ni siquiera eran consideradas ciudadanas; por tanto, no sufragaban.
Mayoritarios con mujeres. En esta última elección, los partidos Acción Ciudadana (PAC), Liberación Nacional (PLN) y Movimiento Libertario (ML) aportarán altas cuotas femeninas al Congreso.
En el caso del PAC, la participación es totalmente equitativa (seis hombres y seis mujeres).
El PLN también tiene casi un 48% de mujeres en su equipo legislativo y el Libertario, un 45%.
En la otra orilla, el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) solo tendrá un 16% de mujeres en su nómina legislativa, mientras que los partidos con solo un diputado aseguraron estos puestos para hombres. Estos son Restauración Nacional, Renovación Costarricense y Frente Amplio.
Por provincias, San José y Heredia son las únicas que aportan más diputadas que diputados, mientras que en Puntarenas y Guanacaste los hombres dominan y Cartago es el caso más extremo con solo una legisladora entre siete puestos.
Evolución. Yañis Quesada, politóloga del Instituto Nacional de la Mujer (Inamu), recordó que desde 1990 el Congreso ordenó que los partidos políticos incluyeran mecanismos eficaces para asegurar la participación efectiva de las mujeres en las papeletas.
Pero, arguyó Quesada , los partidos no aplicaron el término “eficaz”. Por ejemplo, en 1998, los grupos cumplieron la cuota en papeletas, pero ubicaron a las mujeres en “puestos de relleno” con escasas opciones de ser elegidas.
Por solicitud del Inamu, el Tribunal Supremo de Elecciones aclaró que la participación de la mujer debía incluir puestos elegibles.
Este año, por ejemplo, el PLN obtuvo siete diputados por San José y cuatro de esas candidaturas las ocupaban mujeres.
Para el 2014, el nuevo Código Electoral establece que la participación debe ser igualitaria entre hombres y mujeres y, en el caso de papeleta impares, la diferencia no puede ser inferior a uno.
Además, las papeletas deben tener alternancia entre sexos: mujer-hombre u hombre-mujer.
Quesada añadió que se debe avanzar hacia reformas en paridad de género para los puestos cuya designación es del Poder Ejecutivo.
En Costa Rica, las mujeres que trabajan estudiaron, en promedio, un año más que los hombres, aunque reciben ingresos inferiores.