Las mujeres casi alcanzan a los hombres en una carrera para nada alentadora: el consumo excesivo de licor.
Si hace más de una década había tres tomadoras por cada 10 hombres, hoy esa brecha prácticamente ha desaparecido.
El último estudio del Instituto de Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), publicado en el 2006, revela que el 21% de las mujeres entre los 12 y 24 años se ha embriagado al menos dos o más días seguidos al mes.
Hace 15 años solo el 4% de las mujeres reconocía haberse emborrachado. Cuando una persona se embriaga es porque toma cinco o más tragos por ocasión. Pueden ser cinco o más cervezas, cocteles, vinos o bebidas destiladas.
En ese estudio del 2006 el IAFA consultó a 5.000 personas, hombres y mujeres, entre los 12 años y los 24 años.
El consumo de licor entre los hombres también aumentó en los últimos 15 años, pero no tanto como entre las mujeres, que se multiplicó por cinco en ese período.
En 1990 el 19% de los hombres admitía haberse embriagado dos o más días seguidos al mes. La proporción pasó al 29% en 15 años. Aunque su consumo subió, ni siquiera se duplicó.
Alerta. A la hora de interpretar esos datos, la directora general del IAFA, Giselle Amador Muñoz, hace un llamado de atención.
Amador asegura que múltiples estudios del IAFA revelan el inicio de un consumo riesgoso precoz.
Los adolescentes, tanto hombres como mujeres, inician su contacto abusivo con el licor a los 13 años de edad, en promedio.
El último estudio hecho entre 5.000 estudiantes de sétimo, noveno y undécimo año de secundaria (también publicado en el 2006), encontró que el 60% de esta población se había emborrachado al menos una vez al mes.
El consumo abusivo siempre implica un riesgo para el tomador. Sin embargo, las mujeres parecen correr mayor peligro.
“No solo arriesgan la salud, sino la parte psicosocial porque aumenta la accidentabilidad. La otra cosa importante es la sexualidad: se eleva el riesgo de los embarazo sin protección y de las enfermedades de transmisión sexual pues borrachas no se acuerdan de cuidarse”, dijo Amador.
El investigador del IAFA, Julio Bejarano, explicó que las mujeres tienen una tendencia a intoxicarse más rápidamente.
La explicación es biológica: tienen menos agua corporal comparado con los hombres, y, además, el metabolismo de destrucción del alcohol a nivel hepático es menor en ellas que en ellos.
Bejarano aclaró que beber en forma excesiva no significa que una persona sea alcohólica, pero advirtió que el consumo riesgoso acarrea muchos peligros.
Los especialistas consideran que uno de los gérmenes de la violencia social es el consumo de alcohol y otras drogas. En el país se calcula que el 10% de la gente toma de manera problemática.
Esto es, más de cinco tragos por ocasión, poniendo en riesgo las facultades físicas y mentales que les permiten tener control de su entorno más inmediato, por ejemplo, a la hora de conducir un automóvil.
Aunque en las últimas semanas varias conductoras borrachas han protagonizado accidentes, los datos del Tránsito indican que por cada 20 alcoholemias positivas en hombres hay una de mujer.
Pero esas no son cifras definitivas. El jefe de operaciones de la Policía del Tránsito, Felipe Venegas, dijo que hacen un estudio para precisar el problema. El IAFA también procura montar equipos de trabajo para atender, en forma prioritaria, a mujeres y a jóvenes con problemas de consumo de alcohol.