"Yo he tenido una vida buena, mi vida ha sido superbuena, he sido inmensamente feliz, lo mínimo que yo puedo pedir es que me permitan terminarla tal como la he vivido", manifestó el psicólogo Mauricio Leandro hace dos años a La Nación durante una entrevista en la que defendía el derecho de las personas a elegir tener una muerte digna.
Este defensor de la eutanasia falleció el viernes a sus 51 años, debido a un cáncer de hígado que le fue diagnosticado en setiembre del 2013 y que lo llevó a alzar la voz en favor de que los pacientes en etapa terminal pudieran decidir a qué tratamientos querían someterse.
En Costa Rica, morir por propio consentimiento no está permitido en la ley, por lo que el deseo de Leandro no llegó a materializarse. "Murió por causas naturales, debido al proceso propio de su enfermedad (...) Recibió medicamentos para manejar el dolor, pero sin pasar por otros tratamientos como la quimioterapia que él no quiso", explicó su entrañable amigo Íñigo Legarza.
DEL ARCHIVO El tico Mauricio Leandro tiene un cáncer incurable y aboga por la eutanasia
Leandro laboraba como psicólogo en la Universidad de Costa Rica (UCR), por lo que este lunes, a las 10 de la mañana, en la Escuela de Psicología se le rendirá un homenaje póstumo.
Familiares, amigos y allegados de su amada Turrialba, decidieron honrar sus deseos. Por eso, tras la cremación de su cuerpo, las cenizas serán esparcidas, una parte en el río Pacuare y otra en su laguna, a dos días de camino.
"Las va a llevar uno de mis mejores amigos, el sacerdote Johnny Ramírez, excompa del cole ¿Qué si va a ir otra gente? ¡Ah, yo no sé, ya eso sí les toca a ustedes! ¡Organícense a ver!", dijo a la periodista Yuri Jiménez, durante la entrevista del 2014.