En el primer semestre de este año fallecieron cuatro bebés más que los que murieron en el mismo período del 2004 antes de cumplir un año de edad.
Esto pasó a pesar de que nacieron 445 niños menos en relación con la primera mitad del 2004.
Lo anterior hizo que la tasa de mortalidad infantil para el primer semestre del 2005 aumentara levemente pues pasó de 9,39 muertes por cada 1.000 nacidos vivos a 9,63.
Esta tasa es, incluso, más elevada que la tasa anual del 2004, año en que cerró en 9,25 muertes por cada 1.000 nacidos vivos.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), también subió la tasa de mortalidad neonatal (las muertes que se producen en los primeros 27 días de vida), que pasó de 6,84 muertes por 1.000 a 7,31.
Los fallecimientos de bebés causados por malformaciones congénitas (de nacimiento) también subieron en el primer semestre. Del total de muertes en ese período el 35% tuvo esa causa. En el primer semestre del 2004 fue el 28%.
También este año han muerto más por enfermedades respiratorias (se pasó del 7,6% del total de muertes en el 2004 al 8,4%), y subieron los decesos por enfermedades infecciosas y parasitarias (de 1,5% el año pasado a 2,7% en el primer semestre de este año).
Cartago fue la provincia que registró la mayor tasa de mortalidad en el primer semestre: 13,5 muertes por 1.000 nacidos vivos. Esta provincia, incluso, experimentó un aumento en la tasa, que pasó de 8,4 muertes por 1.000 a 13,5.
Por el contrario, provincias como Heredia y Guanacaste registraron un descenso importante en el número de muertes infantiles antes de cumplir el año de edad.
En Heredia se pasó de 10,7 muertes por 1.000 a 8, comparados el primer semestre del 2004 y el primero del 2005. En Guanacaste la tasa bajó de 14,5 a 11,1 por 1.000 nacidos vivos. Para las autoridades, se deben realizar acciones en los centros de atención para mantener la mortalidad infantil en un dígito.