“Ninguna mujer debería ser forzada a cubrir su cabeza. Ninguna mujer debería ser asesinada por no cubrir su cabeza. Nadie debería ser ahorcado por decir esto”, se lee en los laterales del Boeing 787-8 Dreamliner, que aterrizó en el Aeropuerto Daniel Oduber Quirós el lunes 3 de abril a las 7:48 p. m.
El Boeing —que tiene capacidad para 237 pasajeros— pertenece al piloto y cineasta argentino Enrique Piñeyro, realiza tareas humanitarias alrededor del mundo para la Organización No Gubernamental (ONG) Solidaire y, según airfleets.es, del 2013 al 2021 fue propiedad de Aeromexico.
Proveniente del Aeropuerto Internacional Ezeiza, en Argentina, la aeronave con matrícula P4-787 envía un fuerte mensaje al régimen de Irán, pues además de las aseveraciones en los costados, el avión luce en su cola una foto de Mahsa Amini, una joven iraní que falleció mientras estaba en prisión tras ser detenida por la Policía de la Moral, y del futbolista iraní Amir Nasr-Azadani, quien a sus 27 años enfrenta una pena de muerte por participar en las protestas contra el régimen.
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NO WOMAN SHOULD BE FORCED TO COVER HER HEAD
— Enrique Piñeyro (@epineyro_ok) December 17, 2022
NO WOMAN SHOULD BE KILLED FOR NOT COVERING HER HEAD
NO MAN SHOULD BE HANGED FOR SAYING THIS
At Solidaire we are going to plot the Boeing 787
It would be great if the players did something tomorrow upon entering the field@afa pic.twitter.com/rlgd4v3973
Sin saber que su muerte desencadenaría una ola de manifestaciones dentro y fuera de su país —por las que se registraron cientos de fallecidos— Amini fue arrestada en setiembre del 2022, cuando tenía 22 años, por aparentemente llevar el hiyab mal colocado.
En Irán las mujeres deben cubrirse el pelo, no pueden usar abrigos cortos arriba de las rodillas, y tampoco pueden vestir pantalones ajustados o con agujeros. Todos estos estrictos códigos de vestimenta son controlados por la policía de la moral.
Según los medios Irán Wire y la agencia de noticias Fars, la mujer falleció por un “paro cardiorrespiratorio inesperado”; sin embargo, distintas asociaciones de derechos humanos de la región, como Hengaw o Haalvsh, aseguraron que la joven murió producto de “una brutal paliza”, propinada por las autoridades.
Para respaldar la información anterior, el medio Irán International, compartió, a días de su muerte, una radiografía del cráneo de Amini, en el cual se aprecia una fractura ósea importante.
El mismo medio, que aseguró recibir las imágenes de un grupo hacktivista, también publicó imágenes aparentemente del tórax de Amini, donde se puede observar una hemorragia.
“Una fuente del hospital donde murió Amini le dijo a Iran International el sábado que el tejido cerebral fue aplastado después de ‘múltiples golpes’ en la cabeza , y agregó que Amini fue llevada al Hospital Kasra en la capital, Teherán, mientras no respondía y tenía muerte cerebral”, aseguró el medio iraní en setiembre.