Se les llama chapulines, como si fueran bichos que deben ser exterminados, pero, en realidad, muchos de ellos son niños que han sido víctimas de la desigualdad social.
Por eso ayer se presentó un libro titulado La paz no les ha llegado, el cual lanza un llamado a los gobiernos de Centroamérica, para que atiendan a la gran población de menores que intenta sobrevivir en las calles de la región.
Esta publicación es el resultado de un esfuerzo realizado por la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos en Centroamérica (Codehuca) y Casa Alianza, organización no gubernamental dedicada a la defensa de la infancia.
La obra, presentada en las oficinas de Casa Alianza, en San José, se basa en un estudio efectuado por la socióloga María Ester Caballero -funcionaria de Codehuca- con el propósito de ofrecer un análisis sistemático de las violaciones a los derechos fundamentales de la niñez centroamericana. Se incluyó a Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Belice y Panamá.
"En Centroamérica, alrededor de tres millones de menores de ambos sexos, de entre 5 y 17 años, están incorporados en el mercado laboral, generando ingresos indispensables para su sobrevivencia y la de su grupo familiar, en condiciones de desigualdad, violatorias de sus más elementales derechos", concluye la autora.
También revela que estos pequeños están expuestos a enfermedades, vicios y a la violación sexual, hostilidad, discriminación y otros tipos de agresiones por parte de los adultos.
El título La paz no les ha llegado pretende señalar que, a pesar de los esfuerzos de democratización en Centroamérica, aún no existen políticas claras en favor de estos niños. Por tal motivo, el libro será entregado a los presidentes de la región, al tiempo que se les pedirá incluir el tema en la agenda de la Cumbre Iberoamericana, que se realizará en Panamá en noviembre próximo.
"Cada vez hay más niños en nuestras calles. Si los seguimos tachando de delincuentes, en vez de hacer algo por ellos, estaremos comprometiendo aún más su futuro", dijo Bruce Harris, director regional de Casa Alianza.