Este miércoles 8 de enero, un video en la conferencia de prensa de Casa Presidencial que hablaba de una nota del medio de la Universidad de Costa Rica Doble Check, afirmó falsamente que el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) financiaban los cursos libres de la UCR.
“Los recursos que tanto se pidieron para el FEES son utilizados hoy en día para cursos libres sobre Taylor Swift”, dijo el video.
Este video hizo eco de comentarios que se veían en redes sociales desde el lunes 6 de enero; se hacía ese mismo reclamo el día que comenzó la matrícula de los cursos y se anunció que habría uno llamado Taylor Swift y la literatura escrita por mujeres.
No obstante, esto no es cierto. Los cursos libres que brinda la casa de estudios superiores, tanto en enero como en julio, no utilizan recursos del FEES. Así lo confirmaron a La Nación Marlen Calvo Oviedo, directora de la Escuela de Estudios Generales, unidad que imparte estos cursos, y Estefanía Calderón Sánchez, coordinadora de los cursos libres.
“Nada de lo que se hace para cursos libres se hace o viene del FEES. Los profesores son ad honorem y la comisión que evalúa los cursos que se habilitan cada periodo también lo hace de manera voluntaria. (...) Tampoco se utiliza el tiempo de lecciones normales de los profesores de la Universidad”, subrayó Calvo.
Calderón agregó que todos los cursos, pese a estar adscritos a la Vicerrectoría de Acción Social, son autofinanciados.
“Nos financiamos con el dinero que se les cobra a las personas estudiantes (¢13.000). Ese dinero se destina al proyecto, no se le paga a ningún profesor. Es para materiales, fotocopias y otros recursos necesarios”, dijo la coordinadora.
La Nación contactó con la oficina de prensa de la Presidencia de la República para conocer si alguien les indicó que se usaban fondos del FEES y cómo lo verificaron. Se está a la espera de la respuesta.
El espíritu de los cursos libres en la UCR
La Universidad de Costa Rica brinda cursos libres tanto en enero como en julio sobre diversas temáticas. Cualquier persona puede recibirlos, no es necesario ser estudiante de la Universidad. Hay opciones que admiten niños y adolescentes, y otras son espacios en los que amas de casa o adultos mayores han encontrado un nuevo espacio de aprendizaje.
Todos los cursos tienen un valor de ¢13.000, sin importar la temática que abordan.
Calvo aseveró que la idea de los cursos libres es que la comunidad nacional tenga acceso a la UCR y al conocimiento brindado por profesores especializados en cada área a un precio cómodo.
Para enero de 2025, además del curso sobre Taylor Swift, se abrió una oferta de 58 cursos con temas diversos, con nombres como Del swing al hard bop o De Rayuela a El perseguidor.
También hay lecciones sobre la Historia de la Gran Logia Masónica de Costa Rica desde el siglo XIX hasta hoy, y otro ofrece técnicas de filtrado de café.
Las personas reciben un certificado digital de participación en el que se da garantía de que adquirieron el conocimiento y tienen nuevas habilidades.
¿Cómo se escogen los temas de los cursos libres?
Para que un curso libre se imparta debe pasar un proceso que consta de cinco filtros, expresaron las entrevistadas. Cualquier persona, sea profesor de la UCR o no, puede hacer una propuesta de curso tanto para enero como para julio.
La persona interesada envía un correo al correo cursos.libres@ucr.ac.cr. Con eso se arma una base de contactos.
Cuando se hace la convocatoria, la Escuela de Estudios Generales revisa esas postulaciones y contacta a los posibles facilitadores. En esa llamada les pide sus atestados: resumen curricular, una descripción del curso y el conocimiento que tienen para impartirlo.
Este es el primer filtro, en el que se comprueba que la persona tenga lo necesario para dar el curso según el conocimiento requerido para este.
Cada interesado recibe una boleta de compromiso que debe llenar con el detalle preciso del tipo del curso, el título que llevará, público al que va dirigido, referencias, forma de impartirlo. Este es el segundo filtro, donde se depura el contenido que se pretende.
Un tercer filtro llega con una comisión conformada por tres profesores de la Escuela de Estudios Generales. Este proceso toma un mes y medio.
“Si el curso no es pertinente, el filtro para y no se ofrece a la comunidad”, puntualizó Calderón.
Ya con la evaluación hecha, la comisión le presenta a la directora de la Escuela de Estudios Generales la oferta preliminar de cursos y ella los revisa y da su aprobación. Este es un cuarto filtro.
Finalmente, un quinto filtro se da cuando se envían los cursos a la Vicerrectoría de Acción Social, que lo vuelve a revisar y a aprobar.
“Es un proceso largo. Para la próxima jornada de julio vamos a comenzar en marzo. Son cursos que llevan una reflexión que nos permita confirmar y estar contentos y seguros de la pertinencia de cada curso y de quién los imparte”, dijo Calderón.
Calvo precisó que los instructores que no son profesores en la UCR se comprometen a acatar todos los lineamientos para los docentes de la institución.
“El reglamento de acoso sexual es uno de los pilares de la institución, también el de horas de trabajo y de evaluación. Los profesores ‘de afuera’ se comprometen a llevar el mismo nivel que se espera de los profesores de planta”, aseveró.
La evaluación del curso libre
El proceso no termina ahí, porque al finalizar cada periodo se evalúa para determinar si cada curso permanece en la oferta, si se requieren cambios en el programa o si se elimina.
La voz de cada estudiante es escuchada. Al final de las lecciones, se envía una evaluación tanto para el curso como para el docente. A partir de esas evaluaciones se hacen cambios o surgen nuevos para profundizar.
“Tuvimos Administración de Condominios y gustó tanto, que se abrió Administración de Condominios II, con información más avanzada para quienes llevaron el primer curso y vieron la necesidad de profundizar”, destacó Calderón.
Esto también le permite a la Universidad invitar a los instructores a dar el curso en una nueva oportunidad.
“Todo esto nos hace ofrecer cursos que tengan un nivel universitario y la calidad UCR en cursos para la población. Y esto no solo en lo académico, también en el comportamiento del facilitador y el trato que reciba el estudiantado”, concluyó Calvo.