“Aunque las circunstancias pastorales justifiquen que la procesión se realice con la tradicional imagen del Señor del Triunfo (que no está mencionada en ninguno de los libros litúrgicos), no sería correcto que el sacerdote monte un burro o un animal semejante”, advirtió el obispo de Cartago, monseñor Mario Enrique Quirós Quirós, a los curas de todo el país, en su calidad de presidente de la Comisión Nacional de Liturgia de la Conferencia Episcopal.
Este pronunciamiento llegó en un comunicado de la Diócesis de Cartago, en vísperas de que inicie la primera Semana Santa después de dos años de restricciones debido a la pandemia mundial, el próximo domingo, con la recreación de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
Monseñor Quirós añadió que “la imagen de Jesucristo (con o sin burro) podría integrarse cómo elemento adicional, pero la presidencia corresponderá siempre al sacerdote que por ello precederá dicha imagen”.
El clérigo, que además es doctor en teología católica, exhortó a sus compañeros religiosos a “instruir a los fieles sobre el significado de la celebración, insistir en que lo verdaderamente importante es participar en la procesión y no simplemente procurarse una palma o un ramo de olivo.
“Que los ramos o palmas no se conserven cómo si fueran amuletos con un fin curativo o para mantener alejados a los malos espíritus y evitar así, en las casas y los campos, los daños que causan, lo cuál podría ser una forma de superstición. La palma y el ramo de olivo se conservan ante todo, como un testimonio de fe en Cristo, rey mesiánico y en su victoria pascual”, sentenció Quirós.
El jerarca católico señaló al clero que la procesión del encuentro, el Viernes Santo, donde Jesús se encuentra con María su madre, camino al Monte Calvario, “en su preparación y desarrollo, resulta de capital importancia, que estas expresiones de piedad popular, no se alejen de este estilo de expresión sincera y gratuita de piedad, para convertirse en manifestaciones folclóricas, que atraen no tanto el espíritu religioso cuánto el interés de los turistas”.
Sobre la procesión del silencio, del Viernes Santo, con la imagen de Jesucristo en el sepulcro, el obispo Quirós dijo que “el silencio que marca las celebraciones de este día, no expresa dolor o luto, sino la admiración de quien contempla la grandeza inmensurable de la misericordia divina. Entonces resulta esencial, que esta procesión no sea presentada como un momento trágico o un espacio de duelo, por lo cual es necesario dejar de lado todos los elementos que apunten en ese sentido”.
Corrientemente, en las ciudades y pueblos costarricenses, se acostumbra que en esta procesión, una banda vaya “tocando” la pieza instrumental del “Duelo de la Patria”.
Finalmente, el obispo de Cartago se pronunció sobre la ceremonia del lavado de pies y recordó que el Papa Francisco lo ha extendido no solo a los creyentes que participan como apóstoles, sino que ha incluido en ese rito, tanto a mujeres y hombres creyentes, con el fin de que sea más representativo este acto de fe.
Quirós enfatizó que se deben cumplir estrictamente todas normas emanadas del Ministerio de Salud, para protegerse y proteger del contagio de la pandemia del corona virus, por el que dos años continuos no se ha realizado la Semana Santa tradicional.