El arzobispo de San José y destacado reformista social de la década de los cuarenta, monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez, podría alcanzar la beatificación y –¿por qué no?– hasta la santidad.
La ruta hacia esa meta empezó a dibujarse durante la visita de los obispos ticos al Vaticano, a mediados de febrero anterior.
Los prelados acudieron a la Congregación para las Causas de los Santos, donde monseñor José Francisco Ulloa, obispo de Cartago, mostró su interés por presentar la causa de santidad monseñor Sanabria, según él mismo lo declaró en el sitio en Internet de la Conferencia Episcopal.
“Monseñor Sanabria fue un gran arzobispo, que hizo tanto por Costa Rica, durante su corto episcopado. Ojalá un día lo pudiéramos venerar como beato primero y luego como santo, con el fin de tener un intercesor en el cielo en favor de nuestro pueblo”, dijo Ulloa.
Añadió que el proceso de beatificación para un obispo tiene un tratamiento especial, debido a que se deben examinar una serie de aspectos propios de su responsabilidad, como pastor de una diócesis, escritos,
cartas pastorales, predicación, virtudes, entre otros.
Sanabria fue obispo de Alajuela y luego arzobispo capitalino. Por ello, algunas de las dudas de Ulloa eran: ¿en cuál diócesis se debe iniciar el proceso de beatificación y si lo debe hacer un obispo o la Conferencia Episcopal? La respuesta fue que se debe enviar una carta con esas consultas a la Congregación y ahí se le indicarán los pasos por seguir.
Monseñor Sanabria está sepultado en una capilla en San Rafael de Oreamuno, Cartago, su tierra natal.
Fotos: Archivo La Nación