Dos expertos externaron dudas sobre los aspectos que se tomaron en cuenta para diseñar el rompeolas de puerto Caldera, destruido parcialmente por un fuerte oleaje a principios de la semana.
¿Se contemplaron los márgenes máximos de oleaje a la hora de diseñar la obra?, ¿se construyó en el lugar más apropiado? y ¿se utilizaron los materiales adecuados?
Esas son algunas de las dudas externadas por el ingeniero oceánico y oceanógrafo, Luis Murillo, y por el géologo Sergio Mora, ante consultas de este diario.
El rompeolas inaugurado hace 37 días y con un costo de poco más de ¢1.600 millones, sufrió daños por unos ¢350 millones.
La construcción estuvo a cargo de las empresas italianas Piacentinni Construzioni SPA, So. Co. Gen SPA y Turchi Cesare S.R.L., pero los diseños fueron realizados por personal del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT).
"Nosotros solo construimos lo que se nos pidió en los diseños. Nos limitamos a cumplir lo que se nos pidió", dejó muy claro José Manuel Sáenz, representante de dichas firmas en nuestro país.
Según Murillo, las deficiencias evidenciadas en el puerto Caldera habían sido advertidas desde hace varios años atrás.
Explicó que aunque es muy difícil determinar cuándo van a presentarse ese tipo de fenómenos (hubo olas de hasta seis metros de alto entre el lunes y martes pasado), advirtió que en un diseño se deben prever.
Un siglo
"Siempre hay que asumir que esto debe pasar. Lo usual para hacer un diseño de este tipo de obras es contemplar el comportamiento de olas de hasta 100 años en la zona en que se vaya a construir", recalcó el especialista al ser consultado por este diario.
Se intentó hablar con la viceministra del MOPT, María Lorena López, pero no fue posible.
No obstante, Sáenz, representante de las constructoras, dijo conocer que para este caso se contó con los registro de oleajes de los últimos 20 años.
El ingeniero oceánico recalcó que "el lugar para construir el puerto fue mal escogido desde un inicio y eso se advirtió. Caldera es un chupadero de olas; se sabe que las olas más peligrosas del Golfo de Nicoya llegan ahí, pero primaron más otros intereses, no los técnicos... Sale muy caro ir contra la condiciones naturales".
A juicio del geólogo Sergio Mora, quien labora para un organismo internacional, los daños ocurridos en el rompeolas de puerto Caldera son solo una muestra de las debilidades que tiene el país para hacer frente a fenómenos naturales.
"En este caso el oleaje fue relativamente pequeño. Normalmente, el cálculo para diseñar obras de control hidrodinámico requiere de mucha información sobre la topografía submarina y comportamiento de oleajes de 50 años o mucho más", dijo el especialista, quien también remitió un correo electrónico a este diario.