Tras dos años de campañas y preparativos para elegir a su nuevo secretario general, lo que hizo en junio, la OEA deberá empezar de cero.
Con la renuncia de Miguel Ángel Rodríguez, el Consejo Permanente de ese organismo de 34 países debe poner en marcha la transición y convocar a una Asamblea General –integrada por los ministros de Relaciones Exteriores– para nombrar al sustituto.
El Consejo –que no puede aceptar ni rechazar la renuncia– hizo lo primero ayer, al acordar que a partir del 15 de octubre estará al frente de la OEA el actual subsecretario, el estadounidense Luigi Einaudi.
En cuanto a la convocatoria a Asamblea General, ayer se hablaba de realizarla en Washington en noviembre, pero el Consejo Permanente decidirá la semana entrante.
Lo que sí es claro es que encontrar candidatos no va a ser ningún problema.
Empezó la pelea
Ayer ya se hablaba en los pasillos de la OEA de que podría prevalecer la tendencia de volver a dar a la oportunidad a un centroamericano.
Rodríguez fue el primero del istmo en la historia de la OEA en ocupar esa posición.
El presidente salvadoreño, Antonio Saca, ayer de visita en Estados Unidos, dijo que los presidentes centroamericanos se reunirán pronto para coordinar una candidatura.
Pero al lado suyo, en una conferencia de prensa, el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, dijo que el puesto está abierto a quien esté mejor calificado.
De hecho ya empezaron a saltar suramericanos.
Entre ellos, el ministro del Interior de Chile, José Miguel Insulza; el expresidente de Perú, Valentín Paniagua; y el canciller peruano, Manuel Rodríguez. Por Centroamérica, se habla del expresidente salvadoreño, Francisco Flores.
Tanto Flores como Insulza estuvieron interesados en la Secretaría General cuando Rodríguez era candidato, pero el primero nunca se lanzó oficialmente y el segundo se retiró. Para ganar la elección, se necesita al menos el apoyo de 23 de los 34 países.