"Uno sube, baja, camina por el río. Si no, se vuelve loco, chapea, pinta, da mantenimiento...".
Así describió un funcionario de la planta de asfalto Colima, en Santo Domingo de Heredia, la situación que viven desde que a principios del año la máquina no opera por falta de asfalto.
En el sitio laboran seis personas de 6 a. m. a 2:30 p. m. El martes pasado, uno de ellos cortaba la maleza en la mañana. Alrededor de las 2 p. m., todos esperaban la salida junto a un remolque que sirve de oficina.
En otro plantel del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), en Sarchí de Valverde Vega, Alajuela, el miércoles pasaba lo mismo.
A eso de las 10 a. m., los cinco funcionarios conversaban bajo el techo de un galerón, mientras un cargador averiado impide poner a operar el quebrador de piedra del MOPT.
"Antes esto daba (piedra para asfalto) para todo Alajuela, Puntarenas e incluso San José", dijo Álvaro Campos, uno de los operarios. "Esto es una mina", asintió Herberth Rodríguez, quien junto a sus compañeros de la planta La Luisa sostuvo que solo falta un repuesto, pues aparte de eso el quebrador puede operar con normalidad.
Los funcionarios recordaron que hace unos años allí laboraban hasta 27 personas.