El país está a las puertas de afrontar una de las peores epidemias de dengue, según revelan las cifras del Ministerio de Salud.
Hasta ayer, 14.284 personas se han infectado este año con el virus, confirmó Elenita Ramírez, salubrista y epidemióloga de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Asimismo, otras 30 han sido atendidas por desarrollar una forma más grave de la enfermedad: el dengue hemorrágico; 14 de ellas son de Guanacaste, y 7 de Puntarenas.
Por ahora, las tres muertes sospechosas de dengue hemorrágico no han sido confirmadas pues se está a la espera de los resultados de pruebas de laboratorio.
De seguir aumentando el número de casos, el 2013 pasaría a ocupar el segundo lugar en cantidad de enfermos desde que, en 2005, el país sufrió la peor de sus epidemias: casi 40.000 casos.
Este año, el virus se ha comportado con una particular severidad. Un hecho lo demuestra: el verano del 2013 se convirtió en la temporada seca con más casos de dengue en dos décadas.
En veinte años con dengue, 1997, 2005 y 2007 han acumulado el mayor número de afectados: en 1997 hubo 14.421 casos; en 2005 hubo 37.798, y en 2007 30.724 enfermos, según la Caja.
En aumento. De acuerdo con datos de la Caja, para el mismo periodo del 2012 solo se había atendido a 3.285 enfermos, un 334% menos que lo visto hasta este momento del presente año.
La mayor afectación se ha presentado en Guanacaste y Puntarenas, dijo Ramírez.
En las últimas cuatro semanas, los cantones con mayor incidencia han sido Upala, Nicoya, Parrita, Pérez Zeledón, Atenas, Orotina y San José.
En la capital, los lugares más perjudicados son Santa Ana, Mora, La Carpio, Pavas, barrio México y Los Guido, lo cual eleva el nivel de alerta porque estos son sitios muy poblados.
Otra de las peculiaridades que se advirtió a través de los análisis epidemiológicos, es que antes el grupo de edad más perjudicado era la población entre 20 y 29 años.
En cambio, este año el virus está atacando más a personas con edades a partir de los 15 años y de los 60 en adelante.
“En este momento, urgimos a las familias para que limpien los patios, los lotes baldíos y apliquen los 13 mandamientos contra el dengue. Es muy importante para nosotros mantener un ambiente limpio de criaderos”, alertó María Eugenia Villalta, gerente médica de la CCSS.
La Caja anunció ayer que no adoptará ninguna medida diferente a las utilizadas en los últimos 20 años de lucha contra el dengue.
“Solo necesitamos que redoblemos esfuerzos y que atendamos de forma permanente el ambiente en el que todos vivimos”, agregó Villalta.
La situación es grave porque en todo el país circulan los serotipos 1, 2 y 3. Además, el zancudo está cambiando de hábitos.
“En los últimos dos años, hemos visto que el dengue se está presentando tanto en la época seca como en la lluviosa”, dijo Villalta.
El dengue lo transmite la hembra del zancudo Aedes aegypti, que se reproduce en cualquier lugar que acumule agua: desde una llanta vieja tirada en el patio, hasta el florero al que nunca se le cambia el agua y que está dentro de la casa.
Los enfermos sufren fiebre alta, dolor articular, de ojos y muscular, pérdida de apetito, náuseas o vómitos, episodios de diarrea y sarpullidos. Cuando es dengue hemorrágico, un enfermo pierde líquidos internos y puede llegar a morir .