El amanecer del año 2000, podría sorprender a muchos ticos con muecas de horror en sus caras debido a posibles fisuras en las computadoras de la banca, servicios y comercio gracias a un fallo mundial en las computadoras fechado para ese primer día del milenio. Todo empezará a la medianoche en punto del 31 de diciembre de 1999.
A pesar de las celebraciones a esa hora y las plegarias para un futuro mejor, la primera mañana de 2000 será lo contrario, de cumplirse los errores masivos que varios analistas auguran. El fallo atrofiaría buena parte de las actividades humanas que son guiadas por alguna computadora.
La razón de esta catástrofe es un error de programación que yace inscrito en los sistemas de algunas computadoras, construidas antes de 1995.
El desperfecto se vincula al formato en que aparece registrada la fecha en estos artefactos, que no sabrán distinguir la llegada del año 2000, por lo cual harían todos sus cálculos como si fuera 1900. (Véase recuadro Mundo de rodillas por dos dígitos.).
Tal cataclismo informático, bautizado "Problema del año 2000" o "Error del Milenio", podría fracturar el sistema bancario, los servicios, las bases de datos y los artefactos nacionales y de paso, perjudicarlo a usted, conforme estimaciones de varios analistas nacionales y documentos disponibles sobre la temática.
El gran problema no está en las pequeñas computadoras, como sí en las computadoras centrales que manejan sistemas o redes de información, llamadas main frames.
Problemas
Según los pronósticos técnicos, de no tomarse medidas preventivas, los usuarios se verían excluidos de sus cuentas bancarias, surgirían dificultades con transferencias, se atrofiarían los pagos y, en el peor de los casos, se perderían los balances, los expedientes y las transacciones.
Sobrevendrían también desperfectos en las plantas hidroeléctricas, electrodomésticos, cajeros automáticos, sistemas de alarmas, centrales telefónicas, semáforos y cálculos, en general, de tiempo transcurrido para activación o desactivación de equipos o procesos.
Los viajeros podrían familiarizarse mucho con las salas de espera en los aeropuertos, pues se volvería un caos el control del tráfico. No obstante este panorama, las medidas de prevención ya están inundando al planeta. Mientras tanto, en Costa Rica apenas comienzan a llover.
Instituciones consultadas por este diario aseguraron que ya trabajan en el asunto y esperan evadirlo a tiempo.
El balance general tras el sondeo es que las medidas atraviesan diferentes etapas en cada sitio, constituyen esfuerzos aislados, son iniciativas de la propia institución y las prevenciones carecen de apoyo gubernamental.
Las diligencias van desde informarse del problema hasta realizar diagnósticos de su impacto, sustituir equipos y ejecutar pruebas en los sistemas a fin de verificar la eficacia de los cambios introducidos.
Con más reservas, unos, y apertura, otros, los consultados refirieron la situación en sus organizaciones. (Véase recuadro "Institucionalidad prevenida").
A los bancos estatales ya se le ha venido advirtiendo del problema. Guillermo Bolaños, director general de análisis financiero de la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF), dijo que desde el año pasado han exhortado a revisar los sistemas.
La SUGEF alerta a cada entidad financiera fiscalizada, el detalle de fases y acciones que llevan a cabo, así como sus períodos de ejecución con el objetivo de asesorarlas.
Tal urgencia parece comprensible, a juzgar por el tipo y cantidad de daños a los que se exponen los sistemas bancarios. Según el documento que la SUGEF utiliza como base para asumir este desafío tecnológico, los daños podrían oscilar desde operaciones vía satélite y actividades en el extranjero hasta riesgos comerciales.
En esta última área, si clientes fuertes de un banco (empresas, por ejemplo) no hacen los ajustes necesarios para el año 2000, podrían causarle a la entidad cuantiosas pérdidas.
El documento aludido, emitido por el Comité de Basilea de Supervisión Bancaria en setiembre de 1997, agrega que pueden surgir problemas de crédito. De esta forma, podría alterarse todo el sistema bancario si clientes importantes de este, no pueden cumplir sus obligaciones.
El Comité de Basilea es una institución suiza de carácter internacional que dicta normas financieras y asesora a entidades bancarias del mundo. Aun así, parece que el socorro no llegará a tiempo en todos los casos.
Tic, tac, tic, tac . . .
Expertos nacionales advirtieron que no todos podrán salvarse de esta amenaza debido al corto margen disponible (menos de dos años) antes de manifestarse.
Miguel Jiménez Acosta, presidente del Colegio de Profesionales en Informática y Computación, señaló que algunas instituciones ya iniciaron el trabajo, pero enfrentan contratiempos o carecen de una imagen clara de la dimensión de asunto.
Agregó que los ajustes podrían atascarse si se posterga el diagnóstico, "pues pronto los profesionales en informática se convertirán en un recurso escaso debido a la alta demanda que tendrán". No se equivoca.
Cálculos de la Asociación Japonesa de Industria y Servicios de Información (JISA) revelan que, en Japón, desde 1997 hay escasez de expertos en ingeniería de programas. El faltante se cifra en 620.000 meses-hombre de trabajo.
A esto, continuó Jiménez, se unen las limitaciones en las diligencias para adquirir equipo o programas en el sector público. Estos suelen tomar bastante tiempo y en este caso la fecha límite para resolver el problema es impostergable. La situación, advirtió, es digna de una alarma general.
En Estados Unidos, la estatal Oficina de Gestión y Presupuesto (OGP) estima que, solo a la administración de ese país, le costará más de $2.300 millones prevenir esta catástrofe. Otros expertos consideran que sus estimaciones se quedaron cortas, pues creen que costará unos $30.000 millones.
En la misma dirección, Roberto Sasso, consultor de la empresa Rho-Sigma S.A., opinó que la mayoría de gerentes y jefes de sistemas en las organizaciones públicas y privadas, niegan la existencia del peligro. Para Sasso, todos creen que el tema no los afecta o es un truco de los consultores para vender servicios.
"Debemos crear conciencia sobre el tamaño y la seriedad del problema. Las empresas pequeñas tienen la opción de cambiar los sistemas", recomendó.
Sasso sugirió a los usuarios de servicios, en vista de los posibles riesgos, guardar recibos, documentos o cualquier otro respaldo con el cual puedan comprobar posesiones de tierra, dinero, registros y demás. Todo esto en caso que ocurran pérdidas de información.
Consultado la semana pasada sobre este desastre electrónico, el renombrado investigador estadounidense Nicolás Negroponte advirtió que aunque se erradiquen problemas de la propia empresa, nadie controla los daños creados por terceros (socios, intermediarios comerciales, entre otros) que no hayan saneado sus equipos para el primero de enero de 2000.
Así las cosas, tales sistemas enviarán información errónea por el mundo donde los programas están en buen estado. "Este asunto no será solo del primero de enero, estará ahí por años" explicó.
Acciones gubernamentales
El viceministro designado de Ciencia y Tecnología, Fernando Gutiérrez Ortiz, afirmó que no hay tiempo para una política general; por ahora lo mejor serán las medidas aisladas.
"De parte del gobierno, lo primero sería activar COPOIN, para reunir a los expertos del caso y contribuir a neutralizar los efectos del problema", afirmó.
La Comisión de Política Informática (COPOIN) se creó a inicios de los 90 con la responsabilidad de sentar la política informática del país. Gutiérrez explicó que la Comisión está estructurada, pero debe activarse. Según cree, la instancia podría dictar políticas de acción en el mediano plazo una vez instalado el nuevo gobierno.
"Habría que actuar rápido..., habría que facilitar las contrataciones para agilizar la sustitución de equipo en los casos que haga falta" concluyó.
En vista de este tipo de dificultades, el primer ministro británico, Tony Blair, anunció -a finales de marzo- la puesta en marcha de un plan para la "delicada adaptación de los sistemas informáticos al cambio de milenio", según difundió la agencia noticiosa AFP.
El plan, que asciende a unos $155 millones, se unió a las intenciones de Blair de entregar una donación de unos $16 millones al Banco Mundial para financiar el envío y luego la formación de expertos en computadoras a los países en vías de desarrollo. Su accionar no es para menos.
Los especialistas entrevistados creen que la amenaza trasciende el terreno de la computación y más bien la consideran de interés nacional.
"El próximo gobierno (de Miguel Angel Rodríguez) debería nombrar a un funcionario, del más alto nivel, para coordinar todos los esfuerzos y si es el caso diseñar planes de contingencia para los sistemas que fallarán", enfatizó Sasso.
Por ahora, Costa Rica no está preparada ni informada como es debido para enfrentar el "Error del Milenio". Tanto así es, que podría ser con el primer amanecer de 2000, cuando muchas empresas, instituciones y usuarios verán horrorizados el problema, que algunos toman ahora a la ligera.
Mundo de rodillas
Pagos de intereses, fechas de vueloso y cuentas de servicios son terrenos que podría dañar el problema de computadoras del año 2000.
La historia de esta carrera contra el reloj comenzó hace 40 años, cuando se inició y cobró fuerza la programación de computadoras.
Entonces, la mayoría de programas se crearon con un formato de fecha que solo permitía dos golpes de teclado para la casilla de los años, cuando en realidad correspondían cuatro espacios.
Así, una fecha como el 6 de junio de 1996, por ejemplo, se almacenó y se ha utilizado en muchas computadoras de la forma 06/06/96; mientras que el 1º de enero de 1980 es 01/01/80.
Este artificio era para ahorrar espacio y memoria en las máquinas cuando aún se trabajaba con tarjetas perforadas. Ello condujo a que se suprimiese, en la casilla de los años, los dos espacios que correspondían al "19".
El problema surge hoy ante el cambio de fecha del 31 de diciembre de 1999 al 1º de enero de 2000.
En el segundo de transición entre el 31/12/99 al 01/01/00, conforme el formato del computador, muchas máquinas no sabrán que el año 2000 (es decir, 00) es posterior al año 1999 (o sea 99).
Es aquí cuando los analistas esperan la aparición de errores masivos en las computadoras que no han sido modificadas, ya que la fecha se emplea en miles de cálculos aritméticos basados casi siempre en sumas y restas. La confusión podría hacer que se detengan o empiecen a generar información equivocada pues no reconocerán qué año es.
Por ejemplo, para alguien que nació en 1967, si un computador debe averiguar su edad en 1998, restará 67 a 98 y concluirá que tiene 31 años. Sin embargo, si la máquina hace el mismo cálculo en el año 2000, restará 67 a 00 y así obtendrá -67 años. La computadora, entonces, tomará ese dato y hará sus cálculos basándose en él.
Este tipo de error atrofiaría las operaciones basadas en períodos.
FUENTE: Centro de Documentación e Información de La Nación y el libro Time Bomb 2000 (Bomba de tiempo 2000 traducido del idioma inglés), escrito por Edward y Jennifer Yourdon.