El Ministerio de Seguridad Pública ignora el paradero de Bhodan Koziy, ucraniano sospechoso de cometer crímenes durante la II Guerra Mundial.
La Nación confirmó ayer que Koziy, a quien el gobierno ordenó expulsar desde el año 2000, vendió hace seis meses su casa que tenía en el centro de Río Segundo de Alajuela y se mudó sin indicar a las autoridades su nueva dirección.
El ministro de Seguridad Pública, Rogelio Ramos, pidió ayer a sus subalternos que actualizaran el lugar de residencia del ucraniano.
Puntualizó que no existe orden de captura contra Koziy y tampoco se le persigue, pues todavía no se está ejecutando la orden de expulsión.
Según el ministro, la expulsión es una medida administrativa y no penal, y por lo tanto al sospechoso no se le considera un fugitivo.
No obstante, el director general de Migración, Marco Badilla, aseguró que Koziy debió haber reportado su nueva dirección pues debe estar a disposición de las autoridades costarricenses.
Vecinos de Río Segundo, que prefirieron no ser identificados, dijeron que Koziy y su esposa, Yaroslava, salían muy poco de su vivienda y apenas hablaban con los habitantes del vecindario.
Los extranjeros se fueron de allí hace siete meses y no dijeron hacia dónde se dirigían.
Describieron a Koziy, de 79 años, como un anciano enfermo quien se recuperaba de una operación quirúrgica que le practicaron el año pasado.
En Río Segundo vivió al menos durante los últimos cinco años. Antes residió en Tambor de Alajuela.
Los propietarios de la antigua casa de Koziy en Río Segundo, desde hace mes y medio, aseguraron que la propiedad estaba desocupada cuando la compraron –seis meses atrás– a un intermediario.
Los recibos telefónicos de esa residencia siguen llegando a nombre de Yaroslava Koziy.
Limbo migratorio
Aunque la expulsión de Koziy es una decisión en firme del Gobierno de Costa Rica, no ha sido posible ejecutarla pues el país no ha encontrado una nación dónde enviar al ucraniano.
A la vez, fiscales polacos del Instituto de la Memoria Nacional de Polonia reabrieron una investigación contra Koziy –la semana pasada– y anunciaron el interés de pedir a Costa Rica la extradición del sospechoso.
A Bohdan Koziy se le vincula con el asesinato de judíos polacos en 1942 y 1943.
En 1986, los tribunales nacionales aprobaron extraditar a Koziy a la antigua Unión Soviética, pero ese Estado no garantizó a Costa Rica que no aplicaría la pena de muerte al ucraniano.