Miguel González Quesada, de 39 años de edad, y su compañera Xinia Aguilar Fernández, de 42 años, fueron localizados asesinados ayer en una casa en Calle Los Pinos, Ochomogo, en San Nicolás de Cartago.
El doble homicidio, presuntamente, ocurrió el domingo, cuando vecinos dijeron haber escuchado gritos y golpes en el aposento donde vivía la pareja, pero en esa oportunidad creyeron que se trataba de una disputa intrafamiliar.
Los cuerpos los halló ayer a las 9:30 a. m. una vecina a quien le preocupó que durante el lunes no observó movimiento en la casa y porque además la puerta de acceso a la residencia se encontraba semiabierta.
Al entrar y correr una cortina que separaba una pequeña sala con el dormitorio, observó los cadáveres, el del hombre tendido en la cama y el de la mujer cerca de un armario.
El móvil del doble homicidio no está claro, pero inicialmente las autoridades investigan si podría tratarse de un problema generado por la venta de drogas.
Con arma blanca
Tanto agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) como efectivos de la Fuerza Pública explicaron que los cuerpos podrían tener entre 24 a 36 horas de muertos.
La habitación se encontraba revuelta, una señal de que al parecer se produjo una disputa, pero no se había determinado si sustrajeron alguna pertenencia.
Miguel González presentaba lesiones, al parecer, causadas con un arma blanca en los antebrazos, el tórax, las piernas y la espalda. Era evidente que el hombre trató de evitar la agresión, dijo un investigador.
En tanto, Xinia Aguilar tenía heridas principalmente en el tórax, comentó la fuente judicial.
Pese a un rastreo realizado en el lugar no se logró encontrar el arma usada en los crímenes.
Poca relación
Pobladores de Calle Los Pinos dijeron que la pareja tenía unos cinco meses de alquilar una casa en la localidad y que se relacionaban poco.
Ellos se distinguían por las reiteradas discusiones entre el hombre y la mujer, relataron vecinos que prefirieron no mencionar su nombre.
Otras personas, como Otto Quirós, manifestaron que a Xinia Aguilar era frecuente observarla pidiendo dinero pues según alegaba lo ocupaba para ir a Cartago.
Las autoridades verificaron que Miguel González era conocido como Llano Grande , porque era oriundo de esa localidad cartaginesa, y también como el Aguacatero , toda vez que, ocasionalmente, instalaba un puesto de vendedor público cerca del mercado municipal.
Asimismo, había sido investigado por las relaciones que mantenía con gente ligada a la venta y distribución de drogas en el sector de Los Diques. Empero, nunca se le detuvo por ese delito.