El cambio realizado al estilo arquitectónico de la Catedral de Cartago durante su restauración pudo haberse evitado con una declaratoria que confiririera a dicha edificación el rango de patrimonio histórico y arquitectónico.
El Centro de Investigación y Conservación Patrimonio Cultural (CICPC), del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ), alega que existía la intención de realizar la declaratoria, pero que en el camino no fue posible determinar quiénes eran los dueños del inmueble para notificarlos.
“Hubo discrepancia respecto a si el inmueble pertenecía a la arquidiócesis de San José, o a la diócesis de Cartago, por lo que la Asesoría Jurídica del MCJ se vio imposibilitada de notificar al propietario (lo que es un requisito de ley) y el proceso quedó detenido”, manifestó a La Nación el arquitecto Diego Meléndez Dobles, director del CICPC.
El problema es que ahora, si se determinara quién debe ser notificado, ya no procede la declaratoria por los cambios que ya se realizaron en el estilo del templo con la restauración.
“En 2018 iniciaron los trabajos de reforzamiento estructural y remodelación que destruyeron y alteraron los elementos originales, por lo que actualmente ya no procede la declaratoria, pues el edificio perdió un altísimo grado de integridad y originalidad”, explicó Meléndez.
Una queja externada por la arquitecta Sandra Quirós, exdirectora del CICPC, a través de su perfil de Facebook, señalaba que “el estilo de esta edificación claramente es art decó y la remodelan para que parezca un gótico”.
En entrevista con La Nación, Quirós calificó a esta nueva propuesta como un “arroz con mango”.
Sobre las afirmaciones de Quirós, el actual director del Centro de Patrimonio refutó que el templo fuera originalmente de estilo art decó.
“La fachada y los detalles del edificio de José María Barrantes son una copia-homenaje de la iglesia francesa de Notre Dame de Raincy, cerca de París, obra de Auguste y Gustave Perret de 1922, arquitectos franceses cuyas obras en hormigón armado revolucionaron la construcción, pues explotaron el uso del concreto expuesto como material expresivo.
“Su obra es muy anterior al art decó, que inició a partir de 1929”, manifestó Meléndez.
El proceso
Según el expediente de la catedral de Cartago, del cual La Nación tiene copia, fue el propio William Monge, en ese entonces director del CICPC, quien realizó las gestiones y pidió que se asignaran profesionales para realizar el estudio técnico para la declaratoria.
La carta de solicitud tiene fecha del 4 de agosto de 2016.
El CICPC asignó a una historiadora y una arquitecta para que realizaran dicho análisis. Este paso es vital en toda declaración de patrimonio, y busca determinar si la edificación en cuestión reúne los valores que ameritan esa consideración.
Se evalúan valores históricos, técnicos, arquitectónicos, simbólicos, científicos y otros.
Al concluir las pesquisas, ambas profesionales recomendaron la declaratoria.
El estudio fue presentado ante la Comisión Nacional de Patrimonio Histórico-Arquitectónico (CNPHA) en julio de 2017.
La Comisión avaló lo recomendado por las profesionales del CICPC y el expediente fue enviado a la Asesoría Jurídica del MCJ para la apertura del procedimiento de declaratoria y notificación a los propietarios del inmueble.
Y allí fue cuando, al no poder encontrar a los propietarios del templo, la declaratoria quedó paralizada.
“Hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance y la ley nos facultaba. De hecho, la solicitud de declaratoria surgió desde nuestra institución con el fin explícito de proteger este inmueble de lo que consideramos, desmerece por completo la imagen del templo”, recalcó Meléndez.
“Lamentablemente, en ocasiones los temas legales se constituyen en escollos para las declaratorias de patrimonio”, aseveró.
LEA MÁS: Ucrania quiere que ruinas de Chernóbil sean patrimonio mundial de la Unesco