Los últimos tres años estuvieron llenos de pruebas para la familia Amador. La hermana mayor falleció producto de las complicaciones de la covid-19, la madre murió por un infarto a los pocos meses, y el esposo de una de ellas falleció de depresión. Sin embargo, esos duelos los unieron como familia. Por esa razón, estos vecinos de San Diego de La Unión ―dos hijas, su padre y el esposo de una de ellas― quisieron ser de los primeros peregrinos de la romería de este año.
A paso lento, don Miguel Ángel, de 80 años, logró llegar sin problemas. Sabía que sus hijas y su yerno lo cuidaban y vigilaban su hidratación, su protección solar y otras necesidades.
“No solo se trata de pedir, agradecemos que estamos más unidos que nunca”, señaló Annia Amador Quesada, una de las hijas y quien perdió a su esposo.
Esta es solo una historia de fe de las muchas que se encuentran camino a la basílica de los Ángeles. María Elena Sandí Ramírez quiso compartir la suya. A inicios de año, ella no creyó que fuese posible estar con vida para festejar a “la Negrita”, mucho menos se veía con fuerzas para realizar una romería desde el cruce de La Galera. Sin embargo, pudo entrar de rodillas y luego ir por agua bendita a la pileta.
“Hace año y medio me detectaron un cáncer cerca del colon, este año me encontraron metástasis en el hígado. El año pasado pasé por radioterapia, quimioterapia, me iban a tener que hacer cirugía y ponerme una ‘bolsita para mis necesidades fisiológicas’ y no fue necesario porque me encontraron todo sano. Después vino la metástasis, me quitaron gran parte del hígado y la vesícula, pero aquí estoy, ni los médicos pueden creerlo”, relató a La Nación esta vecina de San Rafael Abajo de Desamparados.
Sandí, de 62 años, dijo que se siente fuerte y fue de las pocas de su grupo que no llegó adolorida. “Lo que tengo ahora es hambre”, dijo entre risas.
Ella dice que si el año entrante sigue así de fuerte, no faltará a la romería. “Hay mucho para agradecer”, resaltó.
Recuerdos, agradecimientos y unión familiar
Los amigos Marvin Aguirre, de Alajuela y Carlos Mejía, de Heredia se encontraron en el centro de San José, justo en la terminal de la línea de autobuses Tuasa para caminar juntos. El encuentro se dio a las 6 a. m.
Ambos iban con sus intenciones, pero Aguirre llevaba una en especial, impresa en su camiseta: la fotografía de su hermano, Eduardo, quien falleció hace casi tres años. En algunas ocasiones estos hermanos hicieron esta caminata juntos.
“Siempre está conmigo. Éramos muy unidos y quiero caminar en nombre de él”, resumió.
Édgar Zúñiga, un alajuelense que caminó con su familia desde Taras, tenía una intención similar: recordar a su papá, con quien tantas veces hizo la caminata y dejó esa tradición en su familia. Como tiene hijos pequeños el recorrido de ellos, en sus coches, fue mucho más pequeño del que acostumbraba con su padre, pero es una forma de que sus hijos vayan conociendo la tradición.
Bajo esa misma línea, la familia Brenes Corrales, vecina de La Carpintera, en La Unión, salió por primera vez con sus hijos Iker, de siete años, y Bradley, de seis. “Ya aguantan, más bien se nos van adelantando”, afirmó su madre, Ivannia Corrales.
Corrales contó que realizaba la caminata por “muchas cosas que agradecer y otras que pedir”. Prefirió reservarse para sí misma las razones específicas.
Rosas de motivación para los romeros
Ya en Cartago, en las cercanías del centro comercial Metrocentro, varias vecinas de Curridabat llegaron con 100 rosas en mano. Todas ellas llevaban impreso un dibujo de la Virgen de los Ángeles. Se las regalaron a los romeros que pasaron a su lado.
“Estamos aquí para agradecer a la Virgen por tenernos con vida. Y también para agradecer la fe de los romeros. Las flores son una motivación, muchos van a querer llevársela a “la Negrita”. La gente nos agradece el gesto, se pone feliz cuando les damos la flor”, comentó Giselle Corrales, una de las fieles que repartía las flores.
Camino seguro
La policía de tránsito estuvo reforzando con operativos y protección a los peregrinos durante el día. A medida de que la concentración de romeros crecía, se habilitó el espaldón con separadores viales para que las personas caminaran de forma segura.
Cuando la gente se acercaba a Taras, con los trabajos de ampliación de la carretera, la seguridad aumentaba. Durante algunos minutos, había paso regulado para los vehículos y se desviaban los carros que iban hacia Taras.
La policía de tránsito espera que la afluencia de peregrinos aumente durante este domingo 23 de julio.
Además, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) anunció que a partir de este 22 de julio a las 7 a. m. activó su plan de emergencias, para atender cualquier situación que se dé a raíz de la romería. Este se mantendrá hasta el 2 de agosto a las 5 p. m., inclusive.
Este plan divide los establecimientos de salud en cuatro anillos, según la distancia de la basílica de Los Ángeles y puntos más concurridos de la romería. Incluye las áreas de salud de las provincias de Cartago y San José, así como los hospitales Max Peralta, como centro inmediato, y el William Allen Taylor (Turrialba) y el Roberto Chacón Paut (Dulce Nombre de La Unión), en los anillos dos y tres.
El hospital Max Peralta de Cartago y áreas de salud de Cartago y El Guarco están en alerta amarilla. Los otros establecimientos, en alerta verde.
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