La comisión plenaria de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) ordenó paralizar el proyecto piñero que se instalaría en Osa hasta que la empresa desarrolladora, Pindeco, readapte su propuesta operativa en la zona.
La resolución Nº 956-2017 se giró este miércoles 17 de mayo, luego de que el ministro de Ambiente, Édgar Gutiérrez, solicitara una inspección detallada del caso a la Secretaría, así como al Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), la Dirección de Aguas del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) y el Museo Nacional.
Medidas por tomar
Uno de los mandatos que endilga la resolución a Pindeco, es colocar mojones en las 23 hectáreas de humedales donde se cultivaría la piña. Para esto, el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), por medio del Área de Conservación Osa (Acosa), tiene que delimitar dichas zonas. Una vez hecha esa demarcación, Pindeco puede proceder con el amojonamiento.
LEA: Piñera operará en territorio arqueológico de Osa
Otra de las solicitudes de la comisión plenaria a la transnacional es presentar un plan de prevención y protección complementario al que ya había elaborado para que Setena le otorgara la viabilidad ambiental, en diciembre de 2016.
"Setena le pide al desarrollador que especifique sobre los efectos que podría haber en cuanto al recurso hídrico y al uso de agroquímicos... Por ejemplo, en cuanto al control de los cuerpos de agua, en esa zona están una quebrada sin nombre y el río Culebra. Esos tienen que desfogar en otro cuerpo de aguas y ese monitoreo es de nuestro interés", aseguró Marco Arroyo, secretario general de Setena.
Según el jerarca, no se fijó un plazo para que la piñera cumpla con los nuevos requerimientos para su operación.
Ya Pindeco había comenzado con la corta de árboles para preparar la tierra que se dedicaría a los cultivos. Sin embargo, la comisión plenaria es clara en ordenar la paralización total del proyecto, como una medida cautelar, mientras esta empresa acata las solicitudes planteadas.
Una resolución 'inesperada'
Luis Gómez, director legal y de relaciones corporativas para Colombia, Ecuador, Centroamérica y Brasil de la empresa Del Monte (a la que pertenece la división Pindeco), comentó que reciben la resolución respetuosos de la ley, pero con sorpresa.
"La resolución no dice mucho más de lo que decía la viabilidad ambiental. Por eso nos toma por sorpresa este pronunciamiento. Incluso Setena y el Museo Nacional habían participado en el proceso con nosotros y ahora nos extraña lo que ocurre", aseguró Gómez.
El funcionario fue enfático en que Pindeco no violentará zonas de humedales ni arqueológicas.
"Una compañía como Del Monte no pensaría jamás en violar los principios legales. Nosotros firmamos una declaración jurada cuando nos otorgaron los permisos ambientales y a ella nos apegamos... Quiero hacer hincapié en que es falso que se diga que sembraríamos en el humedal y que se irrespetaría el patrimonio", agregó el representante.
Según explicó Gómez, el paso que sigue es analizar las consideraciones de la comisión plenaria para determinar las acciones que deben tomar.
Resguardo del patrimonio
La resolución no solo insta a Pindeco a cumplir con requisitos. También pide al Museo Nacional pronunciarse, en un plazo de un mes, sobre la valoración arqueológica que debe hacerse en las 56 hectáreas de material precolombino sobre las cuales se asentarían los cultivos de piña.
La presencia de esos restos arqueológicos en la zona también da al traste con la sentencia de la comisión plenaria de Setena de no realizar ningún movimiento de tierra, pues primero el Museo debe indicar cómo proceder con estos vestigios históricos.
Por medio de la oficina de prensa del Museo, Myrna Rojas, jefa del departamento de Antropología e Historia de esta institución, dijo que, desde ya, un grupo de arqueólogos trabaja en las recomendaciones respectivas.
Según la funcionaria, la evaluación arqueológica tiene que hacerse al área total del proyecto, y debe ser sistemática y científica, adecuada a las características particulares del terreno.
El caso en contexto
Setena había otorgado la viabilidad ambiental a Del Monte, con su división de piña Pindeco, a finales del 2016 para que, en dos años, empezara la expansión agrícola en Finca Palmar Sur, en Palmar Sur de Osa, Puntarenas.
Se trata de un terreno de 602 hectáreas ubicado a seis kilómetros del humedal Térraba-Sierpe, donde yacen los cuatro sitios precolombinos declarados patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en el 2014. Estos son los asentamientos cacicales Grijalba, Batambal, El Silencio y Finca 6.
Sin embargo, grupos ambientalistas y defensores del patrimonio histórico empezaron a manifestarse en contra, pues consideran que la operación de la piñera atentaría contra la salud de los habitantes de Palmar Sur y contra la conservación del legado histórico que caracteriza a Osa mundialmente.
La situación llegó a su punto más álgido este lunes 15 de mayo, cuando los opositores realizaron una marcha que salió del Museo Nacional hacia el Minae, en San José, en señal de protesta.
"La manifestación multitudinaria de esa mañana congregó no solo a campesinos, agricultores y ecologistas, sino también a muchas personas que llegamos preocupadas por una expansión piñera que pone en peligro las aguas, la tierra y sobre todo, la salud de los trabajadores de esas zonas", aseguró Flora Fernández, quien participó en el movimiento.
Ese mismo lunes, salieron de su casa, en Pavón de Los Chiles, en la Zona Norte, Jorge Castro y su esposa Mariana Paniagua, quienes se sumaron a la protesta con una caminata rumbo a Casa Presidencial, donde presentarán su disconformidad con el tema.