Este martes 2 de enero regresa a Costa Rica, proveniente de Venezuela, un tesoro arqueológico del que había sido despojada, como una víctima más del tráfico ilícito mundial de este tipo de patrimonio.
Se trata de 196 piezas precolombinas, principalmente en piedra y algunas en cerámica, esculpidas por nuestros antepasados indígenas. Es decir, objetos portadores de datos históricos acerca de las poblaciones nacionales más antiguas.
Entre los exponentes en piedra destacan dos esferas –como las situadas en la región del Díquis, en Osa, y que son patrimonio mundial– así como dos metates de panel colgante (usados por los aborígenes para moler granos) y dos figuras humanas.
En cuanto a las piezas en cerámica, entre estas figuran jarrones y ocarinas (instrumentos musicales).
“Los metates y figuras humanas fueron característicos de la región Central Caribe, o sea, de sitios como Turrialba y Limón; mientras que las figuras de cerámica y los jarrones son de Guanacaste”, dijo Marlin Calvo, jefa del departamento de Protección del Patrimonio Cultural del Museo Nacional.
En el lote hay exponentes de las tres regiones arqueológicas del país: Central-Vertiente Atlántica, Pacífico Norte-Guanacaste y Díquis.
La mercancía salió en barco de Caracas el 24 de diciembre y llegará a puerto Moín, en Limón, este martes. Son, en total, 96 bultos en un contenedor cuyo peso es de 5.000 kilos.
En casa de Harry Mannil
A la gran cantidad de información histórica que resguardan estos ejemplares, se suma una larga lista de antecedentes de tráfico ilegal.
¿Qué hacían estas riquezas costarricenses en Venezuela? Se encontraban en una mansión en Caracas, propiedad de Harry Mannil Laul, un conocido coleccionista de objetos de piedra quien se movió entre Costa Rica y ese país suramericano.
LEA MÁS: Piezas precolombinas de Costa Rica adornaban una casa en Venezuela
La propiedad era conocida como “la casa de los jaguares”, porque en su interior yacía una pared con cabezas de jaguares de piedra incrustadas.
Para tales fines, históricos metates elaborados por las milenarias culturas costarricenses fueron cercenados y divididos en partes.
“Algunas de esas piezas son las que se están trayendo ahorita”, aseveró la arqueóloga del Museo Nacional.
En octubre de 2016, La Nación publicó el especial Memoria Robada, el cual reveló que existe una red de traficantes costarricenses que abastece al ilícito mercado del arte arqueológico global.
El reportaje dedicó un apartado a este hombre, de origen estonio, a quien se le atribuyó la debilidad por las cabezas de jaguar de origen precolombino.
Mannil también había sido señalado por su presunta colaboración con los nazis desde su puesto en la Policía Política de Estonia, de 1941 a 1942, durante la ocupación alemana de ese país.
El coleccionista falleció en enero del 2010, a los 89 años, en su casa en San Rafael de Heredia.
Recién pasada su muerte, a mediados de ese mismo año, las autoridades costarricenses confiscaron más de 100 objetos precolombinos en esa vivienda.
Los artículos producto de dicha incautación se encuentran en condición de depósito judicial, en las bodegas del Museo Nacional, en Pavas.
Se trata de 13 esferas de gran tamaño, dos esculturas, además metates y barriles –todos estos de piedra– así como vasijas de cerámica.
Objetos con historial
Para recuperar el lote de 196 objetos que es devuelto actualmente a Costa Rica, fueron necesarios tres decomisos, en un controversial caso que data también del 2010.
Ese año, las autoridades aduaneras venezolanas confiscaron 56 piezas en cajas de madera cuyo destino era Nueva York, Estados Unidos.
LEA MÁS: Venezuela confisca piezas precolombinas costarricenses
Producto de tal hallazgo, la vivienda de Mannil, en Caracas, fue allanada en el 2011, operativo tras el cual las autoridades catalogaron la casa como un “pequeño museo”.
En el 2015 se llevaron a cabo dos decomisos más en la mansión del estonio. En esas ocasiones, se incautaron 62 y 78 piezas, respectivamente.
LEA MÁS: Costa Rica intenta repatriar tesoro precolombino desde Venezuela
¿Por qué estos objetos son devueltos a Costa Rica hasta ahora? Según comentó Calvo, por la situación política de Venezuela y porque, como las autoridades de aquella nación no podían darle mantenimiento a la mercancía, la habían dejado en custodia de los Mannil.
Sin embargo, la familia estonia vendió la residencia en el 2015 y el nuevo dueño mandó a retirar las cabezas de jaguar de la pared. Fue así como la Fiscalía venezolana las recuperó y pudieron ser devueltas a nuestro país, junto con el resto de artículos.
Trasiego insólito
¿Cómo es que pueden ser traficados objetos de esas dimensiones? Lo hacen, principalmente, vía marítima, por el peso. Solo un metate puede pesar más de 100 kilogramos.
En cuanto a desde cuándo empezó Costa Rica a ser despojada del tesoro precolombino que poseía Harry Mannil y que hoy le es devuelto al país, Calvo explicó que no se tiene una fecha exacta. Sin embargo, dijo que el caso data desde hace más de 40 años.
“Desde la década de los 70, la junta administrativa del Museo Nacional mandó una carta a la Policía porque tenían información de que ese señor (Harry Mannil) estaba sacando piezas”, contó.
LEA MÁS: ¿Puedo tener piezas precolombinas en casa? Mitos y respuestas sobre bienes arqueológicos
Asimismo, dijo que durante los años 80, las autoridades de esa casa de arte tica vieron en una revista de arquitectura norteamericana algunos de los exponentes en cuestión.
“La casa había salido en la publicación en la década de 1970, en la que salían personas adineradas luciendo sus casas. Nosotros nos enteramos en los años 80, porque alguien mandó la revista al museo”, agregó Calvo.
Piezas con nueva vida
Una vez que la mercancía llegue a Moín este 2 de enero, ahí permanecerá al menos dos días, mientras es desembalada.
Después de eso, la empresa Mudanzas Mundiales se encargará de nacionalizar la carga, y, más adelante, esta será trasladada a las bodegas del museo, en Pavas.
Es probable que los objetos arqueológicos se exhiban temporalmente en esta casa de cultura y, quizás, algunos se incorporen de forma permanente a la sala de Historia Precolombina de este lugar, aseveró Calvo.
Para que este tesoro arqueológico tico pudiera retornar al país, el museo invirtió ¢12,5 millones.
La repatriación de las piezas fue posible gracias a la ayuda de la cónsul de Costa Rica en Venezuela, Ana Patricia Villalobos, y a la cooperación de la Galería Nacional y el Instituto de Patrimonio Cultural de ese país.
En una conferencia de prensa realizada en Caracas el pasado 22 de diciembre para anunciar la devolución de los objetos, Ernesto Villegas, ministro del Poder Popular para la Cultura de Venezuela, dijo que esta es la primera gestión formal de ese tipo emprendida por su país.
Asimismo, afirmó que el proceso judicial continuará y que la Fiscalía venezolana se esmerará por sentar las responsabilidades en contra de los presuntos traficantes de estos materiales arqueológicos.