Como ocurre con la mayoría de edificios declarados patrimonio en nuestro país, el Teatro Nacional, la joya arquitectónica más preciada de los costarricenses, no contaba con un seguro que respaldara ante un desastre a su estructura y a lo que hay dentro de esta.
Sin embargo, esa situación cambiará a partir de este miércoles, pues el Instituto Nacional de Seguros (INS) donó una póliza en la modalidad “todo riesgo” para el histórico edificio, y otra para las obras de arte que se albergan en el inmueble.
A partir de ahora y por un año, el teatro estará asegurado por una cifra de poco más de $93 millones.
El INS donará los $183.000 anuales de prima que son necesarios para asegurar por ese monto a un edificio de este tipo.
“Esto significa una tranquilidad inmensa; esperamos que nunca haya que utilizarlo. Sin embargo, ahora que comenzaremos las obras de conservación y restauración del teatro para instalar un sistema contra incendios y darle una protección mayor, es una obligación contar con un seguro para poder comenzar”, comentó Fred Herrera, director de este ente cultural.
Elian Villegas, presidente ejecutivo del INS, dijo que el apoyo brindado al Teatro con esta iniciativa obedece al “fuerte componente social” que caracteriza a la institución.
Cuando acabe el patrocinio hecho por el Instituto, la administración del Teatro tendrá que buscar presupuesto para seguir costeando las pólizas.
Momento oportuno
El anuncio de la donación se realizó este miércoles 26 de abril, en un momento clave para el futuro del Teatro Nacional, que viene gestando la aprobación de un préstamo por $31,6 millones para convertirse en un sitio más seguro para los visitantes.
Entre otras obras, la intervención arquitectónica implicará dotar a la edificación de un sistema contra incendios, proveerle una nueva instalación eléctrica y realizar mejoras sustanciales en la tecnología teatral, situada, especialmente, en el escenario.
Dicho empréstito, otorgado por el Banco Centroamericano de Integración Economica (BCIE), ha tenido que superar una serie de permisos de distintas instancias. La última en dar el visto bueno, la Secretaría Técnica de Aprobación Presupuestaria (STAP) del Ministerio de Hacienda, ya lo hizo.
Ahora, lo que procede es que la propuesta se convierta en proyecto de ley e ingrese a la corriente legislativa para ser aprobada por los diputados, tarea que quedará en manos del nuevo congreso.
En esa labor de ir arando el terreno para amparar al Teatro Nacional, el inmueble fue declarado Símbolo Nacional el pasado 5 de febrero de este 2018.
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Intentos anteriores
Desde su construcción, en 1897, la edificación solo había contado con una póliza contra incendios que únicamente protegía su estructura. Esta fue contratada después del 2006, en una fecha que la administración del ente no especifica. Sin embargo, por lo oneroso de su pago, no superó los dos años.
La primera vez que se ideó una especie de sistema contra incendios para asegurar la estructura, se colocaron dos tanques de agua en la cúpula del edificio. De estos se desprendían mecates colgantes, para que, en caso de un evento, pudieran vaciarse.
El peculiar intento se mantuvo por décadas y llegó a tener una capacidad aproximada de 5.000 galones de agua.
En 1915, a los tanques se les agregaron tubos, llaves y mangueras que hicieran posible combatir un siniestro en el escenario y, además, se empezó a contar con la presencia del Cuerpo de Bomberos durante cada noche de función.
En 1925 se compraron los dos primeros extintores, necesidad que se había anunciado desde una década atrás, pero que se concretó por el temor desatado por un conato de incendio ese mismo año.
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En 1927, el siniestro del Hotel Francés, ubicado frente al Teatro Nacional, provocó la pérdida casi total de los cristales del foyer y de la cafetería.
Sin embargo, pasaron 70 años hasta que se retomaron las acciones preventivas y, en el 2001, se realizó un estudio para diseñar un sistema contra incendios.
Para echar a andar ese proyecto, en el 2006 se inició la construcción de un tanque de almacenamiento de agua para el sistema preventivo, el cual se concretó en un año.
Fue entonces cuando se contrató la primera póliza de la entidad cultural, la cual no prosperó por falta de recursos.
En el 2013 se desarrolló la fase inicial del Proyecto Adecuación Tecnológica del Escenario, y, aprovechando el cambio del piso en esa área de la estructura, se reconsideró la necesidad de instalar un sistema contra incendios novedoso y con tecnología de alta calidad.
No obstante, esta otra idea tampoco se ejecutó en aquel momento, sino dos años después, en el 2015, cuando se elaboraron los planos constructivos.
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Ya en la actual administración del Teatro fue cuando se propuso el Programa Integral de Seguridad y Conservación, que es el que se llevará a cabo próximamente para remozar por completo el edificio.
Esta icónica estructura fue declarada Monumento Nacional en 1965 e Institución Benemérita de las Artes Patrias en el 1998.